En el ámbito digital existe el riesgo de caer en una red de trata de personas, incluso sin llegar a ver en persona a los delincuentes.
Actualmente existe un término que se conoce como “el triángulo del delito”, en donde coinciden los victimarios, las víctimas y los usuarios de contenidos ilegales en Internet.
“Un ejemplo de esto son todos los sitios ilegales que hay de ‘Livetime’ (en tiempo real) en donde los explotadores y los tratantes se aprovechan y pueden estar en un país distinto al del usuario y se comete este delito de trata de personas en modalidad de explotación sexual a través de la web, entonces de ahí que se vuelve un problema.
“También hay que ver la parte positiva de las tecnologías, como las investigaciones criminales que permiten ser mucho más certeras y que permiten judicializar los casos de una manera mucho más efectiva y eficaz”, expone.
La pandemia por COVID-19 que azota al mundo también ha incidido en la trata de personas, considera el experto.
“Ha tenido tres impactos fundamentales: el primero en el tema de las víctimas, personas que ya estaban en esta condición de víctimas se encuentran todavía más vulnerables, por ejemplo en bares o en centros nocturnos, estos lugares han cerrado, muchos de ellos por la pandemia, por lo que ahora además de haber sido víctimas de trata de personas, están en condición de calle”, considera Bastién.
Los cuerpos de policía también se han visto impactados en sus funciones y se han alejado de la investigación contra la trata de personas en este periodo de la pandemia.
“El impacto número dos es el que ha tenido en los cuerpos de policía. Muchos de ellos ahora están abocados a hacer cumplir diversas normativas que existen por la pandemia, por el COVID-19, y ya han dejado de lado los trabajos de prevención y atención a víctimas.
“Y el impacto número tres es el que ha tenido en la Fiscalía y en el Poder Judicial, como sabemos muchos de estos procesos de investigación y de juicio se realizan en persona, y ahora por la pandemia se han suspendido las actividades”, explica.
El especialista Mauricio Bastién lamenta que estos procesos judiciales no hayan migrado todavía al mundo digital, lo que ha impactado en la investigación contra la trata de personas.