Riesgo de tsunamis en 47 poblaciones de Jalisco por actividad sísmica

En los municipios que conforman la Costalegre de Jalisco, el Centro Nacional de Prevención de Desastres identificó zonas de riesgo por el impacto de disturbios submarinos
Luis Herrera Luis Herrera Publicado el
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Jalisco cuenta con 47 poblaciones que se encuentran en zona de riesgo por la llegada de posibles tsunamis ante un evento sísmico, así lo informó el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CNPD).

De acuerdo con el Programa Hídrico Regional 2021-2024. Región Hidrológica Administrativa VIII Lerma Santiago Pacífico, el CNPD identicó en su Atlas Nacional de Riesgos en línea una superficie potencialmente afectada por disturbios submarinos de 23 mil 497 hectáreas.

Las poblaciones de mayor riesgo son las que se encuentran dentro de esta zona y que tienen altitudes mayores o iguales a los 20 metros sobre el nivel del mar. Para Colima son 13 poblaciones las que podrían verse afectadas, mientras que para Jalisco son 47.

“Sin embargo, aquellas poblaciones que tienen una altitud de nivel del mar a 10 metros, deberían contar con sistemas de alerta temprana de tsunamis”, afirma el documento.

La Región Hidrológica Administrativa VIII Lerma Santiago Pacífico comprende prácticamente la totalidad del territorio jaliscience, pues está integrada por 332 municipios: 11 en Aguascalientes, 10 en Colima, 44 en Guanajuato, 122 en Jalisco, 30 en el Estado de México, 68 en Michoacán, 13 en Nayarit, cuatro en Querétaro y 30 en Zacatecas.

Según el programa, publicado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para el año 22, esa zona contaba con 25 millones 649 mil 083 habitantes; además, coloca al estado que gobierna Enrique Alfaro como uno de los estados que presentan mayor actividad telúrica.

“La alta sismicidad en el país se debe, principalmente, a la interacción entre las placas de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la del Caribe, así como a fallas locales que corren a lo largo de varios estados, aunque estas últimas menos peligrosas. La Placa Norteamericana se separa de la del Pacífico, pero roza con la del Caribe y choca con las de Rivera y Cocos, de aquí la incidencia de sismos”, precisa el informe.

Explica que Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima y Jalisco son las entidades con mayor propensión a sismos en la República Mexicana debido a la interacción de las placas oceánicas de Cocos y Rivera “que subducen con las de Norteamérica y del Caribe sobre la costa del Pacífico frente a estos estados”.

Por esta misma acción se ven afectados los estados de Veracruz, Tlaxcala, Morelos, Puebla, Nuevo León, Sonora, Baja California, Baja California Sur y la Ciudad de México.

“Dicho mapa de riesgos en Jalisco es a nivel estatal, sirve para identificar las zonas más vulnerables y poder hacer estudios más detallados a nivel regional, tal es el caso del municipio de Cihuatlán en donde prácticamente todos los años se inundan los cultivos y parte de la cabecera municipal.

“Además,  cada año hay que invertir recursos para recuperar los daños. Estas zonas deben contar con estudios detallados y un mapa local de riesgo, para evitar la construcción de infraestructura en estas zonas”, precisa el programa.

Los municipios con mayor riesgo son: Cabo Corrientes, Cihuatán, La Huerta y Tomatlán.

Prevención en caso de sismos y tsunamis

El estado de Jalisco requiere de una estrategia de prevención en materia de sismos, afirma el investigador del Centro Universitario del Sur (CUSur), de la Universidad de Guadalajara, Ricardo García de Alba.

“No existe una estructura para salvaguardar la vida de las personas y que la gente reaccione de manera adecuada, la alerta sísmica o cualquier alerta es un elemento complementario. Es necesario identificar el mayor peligro y cuáles acciones podemos realizar en materia de prevención, generando una estrategia y una política de prevención”, menciona.

Asimismo, agrega que deben desarrollarse más estudios para conocer con mayor precisión las condiciones del subsuelo de Jalisco y distinguir las características geológicas y tectónicas del territorio, así como reconocer cuáles son las zonas con materiales más sólidos y cómo se comportan en los movimientos sísmicos.

“Tener un sistema para la gestión del riesgo”, apunta.

Por su parte, Rocío Castillo Aja, investigadora del Departamento de Geografía y Reordenación Territorial, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), dice que, en materia de tsunamis, cuentan con una red de estaciones mareográficas que miden las perturbaciones en el mar, lo que ayuda a comprender este fenómeno derivado de un sismo.

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