“México está partido en dos, estamos polarizados”, advirtió el senador Ricardo Monreal Ávila ante miles de simpatizantes reunidos en la Arena México para manifestarle su apoyo durante la presentación de su Plan de Reconciliación por México, lo que marcó el inicio de su aspiración por suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
En su mensaje, el legislador fue contundente al señalar que las y los mexicanos hablamos con gentileza y respeto; sin embargo, “ahora empezamos a escuchar con mayor frecuencia un tono fuerte, agresivo y humillante. Estamos viendo cómo la descalificación y una lucha sorda para tener razón, generan división social en nuestro país”.
Ante el grito de “presidente… presidente”, el también coordinador de Morena en el Senado, acompañado de su esposa e hijos, desde el cuadrilátero sentenció que, como pocas veces en la historia de nuestro país, el tono de piel, nuestro lugar de nacimiento, nuestros estudios y hasta nuestras aspiraciones en la vida, generan una percepción de que hay grupos de buenos y malos, ricos y pobres, morenos y güeros, los correctos y los equivocados.
Muchas gracias a quienes me acompañaron hoy, de manera digital y presencial en la Arena México. A quienes ya no pudieron ingresar al recinto les digo que próximamente habrá oportunidad de saludarnos. El sentimiento de reconciliación nos une como mexicanas y mexicanos. pic.twitter.com/8dZlAuI9D9
— Ricardo Monreal A. (@RicardoMonrealA) November 19, 2022
Eso, agregó el legislador zacatecano, se está expandiendo por el país: “Esta nación tan grande se está encogiendo debajo de las descalificaciones que sólo nos hacen más pequeños y muestran a todas y todos en su peor versión a este país tan culturalmente diverso.
“Se está reduciendo a opuestos, se inventan enemigos donde antes había amigos, se generan rechazos donde podría haber convivencia y se pronuncian descalificaciones en lugar de opiniones”, dijo.
En su mensaje, al que también acudieron senadores de su bancada como Eduardo Ramírez, Eli Cervantes, Maribel Villegas, el politólogo Gibrán Ramírez y hasta “Juanito”, Monreal Ávila comentó que “hay hermanas y hermanos que ya no se frecuentan. Hay familias que ya no comen juntos los domingos, porque supuestamente son de diferentes bandos”, en alusión a la polarización que se ha generado desde la actual administración federal.
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En un ambiente festivo que inició y concluyó con grupos musicales, desde tropicales, jarochos y mariachis, el senador se refirió a los partidos políticos: “Es más frecuente que las discusiones importantes sobre contenidos y propuestas se sustituyan por confrontaciones llenas de agravio y ofensas; incluso, en ocasiones las descalificaciones llegan a enfrentamientos físicos.
Resaltó que esta polarización ha trascendido fronteras y se instala en la vida de los migrantes de nuestro país que se encuentran en Estados Unidos, Europa y otros lugares en el mundo.
“Esa polarización es veneno para nuestro país. Genera desconfianza entre nosotros, incluso en nuestras relaciones cercanas enciende conflicto, empujones y violencia. Esto crea odio”.
Ricardo Monreal también desglosó diversos temas como la mujer, el cambio climático y el medio ambiente, el campo, salud, turismo, jóvenes, nuevas tecnologías, empleo, inclusión, pero sobre todo inseguridad, rubro en el que consideró se debe revisar esa estrategia.
Dejó en claro que la reconciliación no se trata necesariamente de acuerdos ni de tener las mismas opiniones o convicciones políticas, ni de ser iguales, al contrario, “la reconciliación es la materia prima con que la que se puede crear un México próspero y con justicia social, donde se viva con igualdad de oportunidades, donde el futuro deje de ser preocupante para volverse a llenar de esperanza y de planes para disfrutar una vida mejor”.
Casi al final de su discurso, visiblemente emocionado y afónico, Ricardo Monreal dijo que, para lograr un México próspero y con justicia social, “respondamos a cada provocación con propuesta de reconciliación.
Recordó que destruir a un país con división y descalificaciones no tarda más que un abrir y cerrar de ojos; sin embargo, reconstruir y reconciliar requiere paciencia.