A cinco años de haberse implementado, el tratamiento sustentable de los residuos sólidos en la Ciudad de México está en el rezago.
Así lo dice un estudio de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) de la capital del país, que indica que desde el 2017 entró en vigor la norma ambiental NADF-024-AMBT 2013.
La ley establece la forma en que la ciudadanía tiene que separar los residuos para disminuir la generación de desechos, contribuir a su reciclaje y llevar a cabo su manejo sustentable con el objetivo de no saturar los rellenos sanitarios.
Sin embargo, la autoridad también reconoce que actualmente el tratamiento de los desechos a nivel local es ineficiente.
Especialistas adjudican esta problemática, principalmente, a que no se han implementado las campañas de difusión para que la ciudadanía conozca las ventajas de hacer un manejo adecuado de sus residuos.
La problemática del manejo de residuos
En la Ciudad de México, la generación de residuos sólidos disminuyó un 6 por ciento en 2020 en comparación con el 2019, sin embargo, la eficiencia en el manejo de los desechos retrocedió, señala el Inventario de Residuos Sólidos 2020 de la Sedema, publicado el 9 de febrero del 2022.
Según el inventario al día, durante el 2020 se generaron 12 mil 306 toneladas de residuos sólidos, 843 menos que en el 2019.
Pese a ello, el documento indica que la eficiencia en su manejo como lo dicta la norma (la separación para su reciclaje, recolección selectiva y almacenamiento) disminuyó en la mayoría de las alcaldías de la capital en porcentajes de entre 15 y 44 por ciento respecto a 2019, indica el informe.
Las alcaldías que más retroceso padecieron fueron Benito Juárez, que pasó de una eficiencia del 48 por ciento al 20 por ciento del 2019 al 2020; mientras que en Cuauhtémoc disminuyó del 55 por ciento al 18 por ciento; y en Tláhuac la eficacia bajó del 88 por ciento al 44 por ciento.
Solo dos alcaldías lograron un aumento en la eficiencia del tratamiento de residuos: Milpa Alta pasó del 73 por ciento en 2019 al 92 por ciento en 2020; y Tlalpan alcanzó el 62 por ciento de eficacia en el 2020, uno por ciento más que en el 2019.
Las causas
El inventario de la Sedema adjudica la problemática a que la pandemia de COVID-19 provocó que las demarcaciones territoriales y el Gobierno de la Ciudad de México suspendieran sus programas de tratamiento de residuos para evitar contagios; y porque las prioridades fueron la atención de la emergencia.
El documento detalla que las acciones gubernamentales afectadas fueron la atención de mercados públicos, el programa de Escuela Limpia, las acciones de sensibilización para el manejo responsable de los residuos sólidos, la atención y erradicación de tiraderos clandestinos, así como los tequios (jornadas de trabajo comunitario) y el manejo adecuado de grasas y aceites.
No obstante, José Marcos Bustos Aguayo, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que la problemática ya existía en la capital desde antes de la pandemia y se debe a que hay un proceso lento de aceptación social de las nuevas disposiciones en materia de residuos.
“El éxito de la norma se trata de que las amas de casa, residentes y papás participen en estas medidas para una menor generación de residuos como lo es el tratamiento integral, pero debe haber una promoción y capacitar a la gente para que no solo los trabajadores de limpia y funcionarios obedezcan la norma”, indica.
Por ello, comenta el especialista, las autoridades deben intensificar las campañas de información y recalcar los beneficios de reciclar y separar los desechos.
“Tienen que informar a la ciudadanía que el reciclaje de residuos tiene hasta beneficios económicos y de salud (…) porque sí influye que todavía mucha parte de los grupos sociales no siguen las normas de manejo de los residuos”, declara.
Sin embargo, Bustos Aguayo considera que existen avances significativos en infraestructura para la recolección y aprovechamiento de desechos como la adquisición de camiones recolectores con mejor tecnología y la construcción de la planta biodigestora de la Central de Abasto en la alcaldía Iztapalapa.
Las repercusiones
La falta de aplicación de las normas en materia de residuos y su ineficiencia repercute directamente en la salud de las personas, declara Erika Ornela Montes, especialista en derecho ambiental de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle.
Ornela Montes dice que si la ley y la norma 024 no se aplican, habrá más residuos, que generan gases tóxicos.
Además, afirma que también afectará a la calidad del aire: la Sedema ha señalado que la basura genera gases contaminantes de efecto invernadero como el dióxido de carbono, metano y el óxido nitroso.
El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) del Gobierno de México, según información que se puede consultar en su portal de internet, señala que los rellenos sanitarios de las ciudades y localidades tienen residuos reactivos que al contacto con el agua o el sol pueden generar gases tóxicos.