Rezago en Atlas de Riesgos en Nuevo León vulnera a la población ante desastres

La ecologista Ivonne Bustos advierte que estos instrumentos carecen de actualización en Monterrey y otros municipios, lo que puede generar problemas en la temporada de lluvias
Ricardo Alanís Carreón Ricardo Alanís Carreón Publicado el
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Las autoridades en Nuevo León carecen de Atlas de Riesgos actualizados, lo que dificulta hacerle frente a problemas geológicos como el deslave en el Cerro de las Miras o los daños en el Túnel de la Loma Larga que ocurrieron en los últimos días derivados de las constantes lluvias.

La ecologista Ivonne Bustos advirtió que ni el Atlas de Riesgo de Nuevo León ni los municipales han sido renovados, y ello puede provocar problemas graves, ya que además, no hay mantenimiento adecuado en parte de la infraestructura urbana.

“Toda esta acumulación de agua que ha habido desde la tormenta ‘Alberto’ a la fecha, lo único que ha dejado al descubierto, es la falta de mantenimiento que hay en muchas zonas, y sobre todo la falta de un Atlas de Riesgos que nos permita ver cuál es el alcance del agua, de acuerdo con los pronósticos que hay, tanto de los fenómenos naturales como del acopio de lluvia, el agua que se está recuperando en los mantos acuíferos, en el manto freático, porque a partir de ahí viene el desgajamiento de los cerros que es sobre todo lo más importante.

“Hay zonas que hemos estado impactando y que nos cobran factura cuando este tipo de situaciones pasan, y si llegara a suceder un huracán, que tenga mucho mayor volumen de agua, vamos a tener mayores padecimientos, si no tomamos medidas desde ahorita”, explicó.

Así impactó a la tierra el cambio de uso de suelo

La ambientalista abundó que también se deben de analizar los permisos de uso de suelo en zonas naturales, ya que estas adecuaciones generan consecuencias importantes.

Precisó que es la Zona Metropolitana de Monterrey donde más daños se han causado. Puso como ejemplo la construcción en zona de montañas que ha generado deslaves o desgajamientos.

Bustos Paredes señaló que al no contar con una cultura de la prevención por parte de la autoridad podrían perderse vidas humanas, así como tener daños millonarios.

Otro aspecto que señaló es la falta de mantenimiento a los drenajes pluviales, aunado a la acumulación de basura que arroja la ciudadanía y a la falta de desazolves en los ríos que cruzan la Zona Metropolitana.

“¿Qué tienen que hacer las autoridades? Pues actualizar el Atlas de Riesgo, el estatal y el de cada municipio, que es algo que ya no se hace; Guadalupe, me atrevo a decir que es el único municipio que lo tiene actualizado en sus estudios con la Universidad Autónoma de Nuevo León para tener clara toda la zona de impacto y que tiene que ver con esta radiografía que se hace de las zonas hídricas, veneros, arroyos, cuencas, ojos de agua que después son los que causan este tipo de problemas.

“También es una contradicción muy grande que tuvimos años de sequía y los volvamos a tener en el futuro por la zona geográfica en la que estamos y también derivado del tema del cambio climático, y no estamos viendo cómo hacer para la acumulación de agua; toda esta agua que está llegando extra, la estamos dejando que se pierda, entonces ese es otro de los puntos que se deben tomar en cuenta para poder prevenir las fallas”, expresó.

Deslaves y derrumbes, los estrago de “Alberto”

La versión de Bustos surge luego que con el paso de la tormenta tropical “Alberto” el pasado mes de junio, en el Cerro del Topo Chico se presentaron dos deslaves o derrumbes, y uno más en el Cerro de las Mitras, a causa de tanta agua que se permeó en grietas diaclasadas y provocaron desprendimientos de paredes y rocas, que afortunadamente no provocaron pérdidas materiales o humanas, pero que generan riesgos a la comunidad.

Esas mismas lluvias provocaron dos derrumbes en el Cerro del Topo Chico, que dañaron algunas viviendas de escasos recursos.

Aunado a ello, con las lluvias de las últimas semanas en Nuevo León, otras afectaciones geológicas se presentaron en distintos puntos de la entidad. En el municipio de Santiago, la semana antepasada se escuchó un estruendo en distintas comunidades, hecho que fue reportado a las autoridades.

El alcalde David de la Peña ordenó revisar una pedrera que hay en su municipio, y que tiene más de un año clausurada, tras sospechar que habría actividad laboral, y que ello pudo generar el estruendo.

Finalmente comprobaron que la pedrera continuaba cerrada, y que el estruendo pudo ser generado por un reacomodo de capas tectónicas, por lo que buscarían apoyo con la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

El último hecho registrado, y que se cree fue originado por las lluvias de los últimos días, es la afectación al techo del Túnel de la Loma Larga, que fue semicerrado a la circulación al desprenderse parte de su estructura de concreto, luego de un reblandecimiento generado por la humedad.

A raíz de esta situación, el profesor especialista en Geología de la Universidad de Monterrey, Adrián Minor Franco, advirtió hace dos meses de los riesgos que se podrían presentar en los diferentes cerros y montañas de la Zona Metropolitana con las lluvias que se esperaban, en aquel entonces, a raíz de la posible llegada del huracán “Beryl” a Nuevo León.

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