Si el índice de morosidad aumenta más allá de un nivel manejable se abre la puerta a que los criterios para conceder crédito se vuelvan más estrictos en los próximos meses, aunque un punto a favor de la banca en México es que el indicador se encuentra en niveles bajos en comparación con otros países.
Al mirar hacia América Latina la situación es diferente. En la medición de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), al cierre del año pasado, la cartera vencida de los mexicanos se ubicó en 5.1 por ciento, debajo de Brasil que fue de 6.8 por ciento.
La capacidad de pago de los usuarios en México se complica a medida de que la tasa de desempleo va en aumento.
Uno de los mayores retos a los que se enfrentará el sistema financiero después de esta pandemia será incentivar a la población que no está bancarizada a sumarse a las filas de quienes manejan algún tipo de crédito.
Hasta antes de que se decretara la emergencia sanitaria, el crédito bancario creció 10.4 por ciento en términos nominales, según la CNBV.
No obstante, si las personas no cuentan con ingresos suficientes o su capacidad de pago no basta para ser sujetos de crédito, millones de personas seguirán al margen del sector.
Jorge Sánchez, director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), coincide con el presidente de la ABM en que el estado de salud de la banca en México es favorable, aunque insiste en que se deben mantener los avances tecnológicos para enfrentar los retos que derivarán de la crisis económica y la baja actividad de las empresas.
Contextos diferentes para el crédito
En los próximos meses las instituciones financieras se enfrentarán al incremento de la morosidad, sobre todo aquellos que le prestan a la base poblacional.
Cifras a mayo muestran que el índice de morosidad financiera de Banco Azteca se ubicó en 11.3 por ciento, mientras que el de Bancoppel fue de 14.05 por ciento.
El papel que juegan estas entidades es fundamental, ya que le permiten a los sectores más vulnerables de la población acceder a instrumentos financieros. El problema radica en los términos o candados que en algunas ocasiones imponen a sus clientes.
Luis Gonzalí, vicepresidente y senior de portafolio manager de Franklin Templeton Investment Services México, opina que quienes aprovecharán los programas de apoyo de la banca serán las MiPymes, debido a que han aumentado sus líneas de crédito con el objetivo de seguir operando durante la pandemia sin afectar el ingreso de sus trabajadores.
“Las empresas pidieron más crédito y esto beneficiará a los bancos, pero con los ciudadanos de a pie la situación será diferente y más complicada porque tal vez ocurra un deterioro en su historial crediticio ocasionando que los bancos más grandes les restrinjan los préstamos”.
Dar el salto completo
La pandemia aceleró la digitalización de los sistemas y procesos de los bancos en México, al tiempo de que les dio una mayor ventaja a las instituciones que nacieron bajo este esquema.
Las medidas de distanciamiento social y el cierre temporal de las sucursales provocó que miles de mexicanos vincularan sus cuentas bancarias al teléfono celular o que recurrieran a medios digitales para realizar sus operaciones.
La crisis sanitaria le dio una oportunidad a los bancos para llegar hasta los teléfonos de los usuarios digitales, pero se dejó de lado un factor clave: la cultura financiera en el país
Durante años los bancos se esforzaron para que los mexicanos optaran por acceder a sus dispositivos móviles en lugar de hacer largas filas, sin embargo, solo lograron que el 16.8 por ciento de la población bancarizada realizara operaciones a través de este canal, según la última Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) del Inegi.
HSBC informó que entre enero y mayo se realizaron mil 138 millones de transacciones a través de sus canales en Internet y en su aplicación móvil.
En ese mismo periodo el uso de la banca digital se disparó 55 por ciento entre sus clientes, gracias a que 800 mil usuarios trasladaron sus consultas en sucursales a la red.
Jorge Sánchez asegura que esta crisis le dio una oportunidad a los bancos para llegar hasta los teléfonos de los usuarios digitales, pero se dejó de lado un factor clave para lograr el cometido: la cultura financiera en el país.
Combinar ambos mundos
En la evolución de la banca deben combinarse el mundo digital y el físico, pues ambas partes atienden a usuarios con necesidades diferentes.
Las sucursales se convirtieron en un facilitador de trámites para algunas personas, mientras que las aplicaciones móviles ayudan a reducir tiempos y costos en puntos físicos.
Luis Gonzalí, vicepresidente y senior de portafolio manager de Franklin Templeton Investment Services México, considera que el país tenía problemas importantes de rezago digital y con esta pandemia eventualmente se va a convertir en una necesidad de todos los días hasta formar parte de la cultura bancaria en México.
“La banca digital permite aumentar la inclusión financiera a un menor costo y aunque las sucursales no van a desaparecer, el auge del Internet estará acompañado del crecimiento de una mayor presencia de los servicios de este tipo”.