Tras la cancelación del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, llamó a prepararse para enfrentar el eventual retorno de estos jóvenes, quienes demandarán educación media superior y superior.
Señaló que la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, deja en vulnerabilidad migratoria a más de 618 mil jóvenes mexicanos, conocidos como dreamers, aunque la magnitud del problema se conocerá de forma gradual.
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“¿Por qué nos pasó esto? Porque no nos preparamos para lo que venía, para tener un desarrollo homogéneo, indicó en un comunicado de prensa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De esos 618 mil jóvenes, no se sabe cuántos quieran regresar, qué tantos se pueden amparar y en qué tiempo sucederá ni a qué grupos etarios y niveles de educación corresponden, expuso.
“Algo vamos a tener que hacer en todo el sistema de educación media superior y superior nacional para enfrentar este problema”, aseveró en un encuentro con becarios del programa Líderes en Desarrollo, que apoya a estudiantes de la Facultad de Contaduría y Administración para estudiar una maestría en alguna de las 200 mejores universidades internacionales y 100 mejores programas del orbe.
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Graue Wiechers felicitó a los 58 universitarios incluidos en este proyecto (que realiza la Facultad de Contaduría y Administración, en colaboración con Banco Santander, Fundación UNAM (FUNAM) y la Fundación Mexicana para la Educación, la Tecnología y la Ciencia (Funed).
A los estudiantes los reconoció por planear y prepararse para entrar “por la puerta grande” a las mejores universidades internacionales, y confió en que a su regreso ayuden a desarrollar al país y su economía.
Presupuesto y lugares insuficientes en las aulas
El retorno paulatino de los soñadores pone en una encrucijada al sistema educativo mexicano, debido a que no hay espacios suficientes para dar educación en escuelas como la UNAM.
El 25 de marzo, antes de que iniciara la primera sesión del Consejo General de la UNAM, Graue aseguró que la institución analizaría un “presupuesto extra” para atender a los ‘dreamers’ que fuesen deportados, pero que eso iría en función de los estudiantes que solicitaran entrar a la universidad.
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La Universidad Nacional ha tenido en los ciclos escolares de los últimos 6 años una población de alrededor de 310 mil estudiantes de bachillerato y licenciatura, en conjunto. Si de los 618 mil jóvenes, que ahora son deportables con la decisión del Ejecutivo estadounidense, la mitad fueran estudiantes que buscaran un lugar en las aulas, la UNAM por sí sola se vería rebasada, pues requeriría una inversión similar a la que recibe para brindarles educación.
Otras instituciones tanto públicas como privadas han mostrado apoyo para recibir a los jóvenes repatriados que su etapa escolar. Es el caso del Instituto Politécnico Nacional, cuando su director Enrique Fernández, aseguró a principios de este año, que habría la opción de revalidar materias y de matricularlos al inicio de los semestres; no obstante, en 2016, 7 de cada 10 aspirantes a un lugar en esa escuela, se quedó fuera.
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Por su parte, la Universidad Iberoamericana también dijo que se sumaría a las muestras de apoyo ofreciendo mil 500 becas para jóvenes que podrían dejar de ser beneficiados por el programa DACA, cifra que a pesar de contribuir a su inserción en el sector escolar, no mitigaría la problemática de la repatriación eventual de más de medio millón de ‘dreamers’.