La magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Janine Otálora Malassis, tiene quién la defienda, además de ella misma.
Luego de que el magistrado José Luis Vargas solicitó que la funcionaria renunciara a su cargo tras avalar el triunfo de Martha Erika Alonso como gobernadora de Puebla, la Asociación de Tribunales Electorales de la República Mexicana, liderada por Lorenzo Wong Meraz, emitió un comunicado en el que respaldaron la labor de Otálora.
“Reiteramos nuestro respaldo a la magistrada Janine Otálora Malassis como presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, quien tanto hoy como siempre se ha conducido con apego a los principios rectores que dirigen a la materia electoral”, señaló la Asociación de Tribunales.
Agregó que Otálora por ningún motivo puede ser objeto de acusaciones ni señalamientos que pretendan tener como consecuencia la remoción de su cargo.
Por su parte, la magistrada aseguró vía Twitter que tiene el respaldo de la integración de la Sala Superior para continuar en su puesto, y pidió que quien tenga pruebas de que ella no respetó la legalidad del Tribunal, que las presente
“Es mi responsabilidad la protección de la confianza y el profesionalismo del TEPJF. Por ello, reitero que quien esté inconforme con su desempeño debe exigir, más allá de legítimas opiniones en medios, el esclarecimiento formal de los motivos de su inquietud”, compartió Otálora.
En una entrevista con María Scherer, el pasado 30 de julio, a la magistrada se le cuestionó que si el TEPJF estaba al servicio del PRI.
“No me lo parece. Ni está al servicio del PRI ni de ningún otro partido. Así lo confirman nuestras decisiones (…) Se puede confiar en el Tribunal, tomemos una decisión de manera unánime o dividida. Le pido a quienes duden, revisen todas las sentencias que hemos aprobado y también los votos minoritarios”, declaró.
¿Quién es Janine Otálora?
Su padre murió cuando ella tenía cuatro años. Y su madre volvió a casarse. Otálora quería ser antropóloga, pero le atraía más el derecho penal. Entró a la UNAM y trabajó en el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos.
En 1982 se fue a la Sorbona, en París, y se quedó en ese país por 15 años.
Su tesis doctoral, sobre la evolución del perfil sociológico de los senadores de Francia, le abrió las puertas del Senado de ese país.
“Quería aterrizar en México. Estaba por cumplir 40 años y quise empezar de cero”, dijo a María Scherer.
Se incorporó al Consejo de la Judicatura Federal, y ahí aprendió del Poder Judicial. Después de coordinar la ponencia del magistrado Manuel González Oropeza, fue nombrada magistrada del Distrito Federal.
Dirigió la Defensoría Pública Electoral para Pueblos y Comunidades Indígenas. En 2016, fue nombrada presidenta de la Sala Superior del Tribunal Electoral.
