El mundo se enfrenta a una situación epidemiológica compleja, pues los contagios por Ómicron, la nueva variante del SARS-CoV-2, siguen incrementándose en la República Mexicana. Las actividades culturales presenciales como el teatro, están bajo amenaza.
Del 3 al 9 de enero, casi 135 mil mexicanos enfermaron de COVID-19, además de que, de acuerdo con datos oficiales, ya se superaron las 300 mil defunciones.
Estas cifras han puesto en alerta a la comunidad del teatro de México, la cual abrió nuevamente sus espacios a mediados de 2021, tras haber pausado sus actividades durante casi todo 2020.
Actualmente, su panorama se ve un tanto desolador, pues muchas de las funciones confirmadas para enero de este año se han tenido que posponer o, incluso, cancelar.
Aunque se implementaron las funciones virtuales como una alternativa que, de acuerdo con la UNAM, tuvieron un impacto en 12 millones de personas a través de redes sociales y plataformas digitales, la principal fuente de ingresos para estos proyectos es la presencialidad.
Desde mitad de 2020 y hasta al menos julio del año pasado, la asistencia presencial a los foros teatrales disminuyó 77 por ciento.
Asimismo, la Cuenta Satélite de la Cultura de México, destacó que durante el primer año del confinamiento, la aportación a las artes escénicas decreció, pasando del 5.6 por ciento en 2019 a 3.8 durante 2020, dato que arroja un hecho contundente: en un año, el quehacer escénico se redujo un tercio.
Por ello, a inicios de este año y ante la nueva variante que amenaza a nivel global, el teatro una vez más se enfrentará al reto de resistir a una temporada de incertidumbre, alargar las terceras llamadas, dejar las butacas vacías por un tiempo y esperar que vengan tiempos mejores para el acto presencial.
Resistir y sobrevivir, la consigna del teatro
El teatro mexicano apenas empezaba a saborear la dicha y el disfrute de llevar nuevamente el acto escénico al público de manera presencial, cuando la nueva cepa del COVID-19 puso otra vez en riesgo esta actividad artística.
Verónica Musalem, directora de la obra “After Hours”, platica a Reporte Índigo que ante el alza de los contagios en estas últimas fechas decidieron posponer la temporada, que inició el 6 de enero, hasta la última semana del presente mes.
“Recibimos la noticia con mucha tristeza, pero a la vez entendiendo la contingencia y tratando de ayudar. Como compañía y productoras tenemos que responsabilizarnos”, explica Musalem.
Aunque la industria teatral ha sido una de las más golpeadas por la crisis sanitaria, la dramaturga y docente indica que eso no ha sido un impedimento para que este arte continúe vivo dentro de la sociedad. Un ejemplo fueron las funciones virtuales, que si bien, al inicio causaron controversia, sirvieron para que el teatro sobreviviera.
“Regresar a los escenarios me daba una reconexión del alma, del ser y que pudimos atestiguar afortunadamente con dos funciones llenas, pero ahora se nos da la noticia de que no es viable, y lo aceptamos con toda la solidaridad a la gente que está padeciendo los estragos más severos”, agrega.
“After Hours” estaba pensada para suceder en terrazas al aire libre, pero si la emergencia sanitaria continua, y el gobierno indica el cierre de teatros o un nuevo confinamiento, Verónica expresa que la pieza podría trasladarse a las plataformas digitales.
“Con mucha tranquilidad nos vamos a casa porque sabemos que el producto ya está listo, no queda más que esperar. Cuando nos den luz verde, les pedimos que apoyen al arte, porque, al menos, mis actores y con los que platico están haciendo mil cosas, como cocinar y ventas, porque no pueden trabajar de lo que saben hacer, que es actuar”, expresa la dramaturga.
Por su parte, Juan Carlos Saavedra, productor del montaje “Ojos de nube”, narra que este año se iba a cumplir su sueño de ver la pieza en los teatros, algo que lleva posponiéndolo por casi dos años.
“Íbamos con todo para estrenarla en enero y nos dan esta noticia, fue de ‘híjole, ¿ahora hasta cuándo? ¿Cuándo podremos estrenar? Nosotros sólo queremos presentar nuestro trabajo de manera presencial”, platica a Reporte Índigo.
A pesar de que en su tono se puede percibir la tristeza y la aflicción, Saavedra está también consciente de la situación que se vive y expresa que lo primero es la salud de toda la gente. Por ello, como productor, le fue difícil dar la noticia al equipo de “Ojos de nube”, más ante la incertidumbre que se vive en la actualidad.
Por ello, y tras analizar los hechos, decidieron posponer su estreno en el Teatro Helénico hasta el 19 de febrero, cuando esperan que los casos positivos hayan disminuido. No obstante, ante un cierre inminente, confiesa no sabría qué hacer, pues con el dinero que iban a obtener en taquilla les daría la solvencia económica justa para sacar lo de la temporada.
“Con esto se vería mermada nuestra capacidad monetaria. Platicando sobre las alternativas, pensamos hacer una versión al aire libre, pero ¿cómo cobras? Ya tenemos la obra grabada, pero no es lo mismo, porque es esperar hasta que la vuelvan a comprar”.