Este sábado fueron hallados tres cuerpos en un camino de terracería en la comunidad del Aguaje, del municipio de Elota, Sinaloa. Todos presentaban huellas de violencia y de acuerdo con los primeros reportes policiales, tenían las manos atadas y varios disparos.
De acuerdo con medios locales, fuerzas del orden acudieron al lugar donde se encontraban los cuerpos luego de recibir reportes anónimos. En el lugar había casquillos, por lo que se cree que pudieron ser ejecutados en ese sitio.
Una de las víctimas fue identificada de forma preliminar como Martín García Corrales, lugarteniente de Ismael “El Mayo” Zambada y por quien el gobierno de Estados Unidos ofrecía una recompensa de hasta 4 millones de dólares por información que condujera a su captura.
De acuerdo con la DEA, García Corrales estaba a cargo de supervisar los envíos de fentanilo y metanfetamina hacia Estados Unidos, acción que llevaba a cabo junto a su hermano Leobardo García Corrales, alias “Leoba”, por quien también se ofrecen hasta 4 millones de dólares de recompensa.
El gobierno de Estados Unidos acusa a ambos de ser partícipes de conspiración para traficar narcóticos y comprar armas para introducirlas ilegalmente en México.
El asesinato de García Corrales ocurre luego de la detención, el pasado 25 de julio, de Ismael “El Mayo” Zambada, quien fue entregado al gobierno de Estados Unidos por Joaquín Guzmán López, hijo de su exsocio, “El Chapo” Guzmán.
De acuerdo con las autoridades estadounidenses, este caso implica una serie de traiciones dentro de las facciones que integran al Cártel de Sinaloa, por lo que se prevé un posible ajuste dentro de la estructura del grupo criminal.
Se desconoce, hasta el momento, si esta ejecución fue llevaba a cabo por grupos criminales rivales o si es parte de la restructuración de la organización delictiva.
El Cártel de Sinaloa operaba, por un lado, a la gente de “El Mayo”, mientras que “Los Chapitos”, es decir, los hijos de Guzmán Loera, tenían su propia facción.
