Remesas, no negociables

Las remesas se han constituido como uno de los principales ingresos del país. Por ello, cuidarlas se convertirá en la próxima cruzada del Gobierno federal.

En 2016, la entrada de remesas fue de más de 26 mil 970 millones de dólares, unos 546 mil millones de pesos, según cifras del Banco de México.

Es la segunda entrada de divisas de México, solo debajo de las exportaciones no petroleras –que engloba las agropecuarias, extractivas y las manufactureras-, que el año pasado sumaron 355 mil 187 millones de dólares.

Imelda García Imelda García Publicado el
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millones de dólares serían los ingresos anuales para EU de gravarse el envío de remesas
Si el gobierno de Donald Trump prohibiera a indocumentados enviar dinero a sus países, se crearía un mercado negro de remesas
Las remesas no pagan ningún impuesto en Estados Unidos, a pesar de que ha habido intentos en ese país por cobrar por su envío, aunque sí se paga la comisión por el envío del dinero 
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Las remesas se han constituido como uno de los principales ingresos del país. Por ello, cuidarlas se convertirá en la próxima cruzada del Gobierno federal.

En 2016, la entrada de remesas fue de más de 26 mil 970 millones de dólares, unos 546 mil millones de pesos, según cifras del Banco de México.

Es la segunda entrada de divisas de México, solo debajo de las exportaciones no petroleras –que engloba las agropecuarias, extractivas y las manufactureras-, que el año pasado sumaron 355 mil 187 millones de dólares.

Por la venta de petróleo, México recibió 18 mil 743 millones de dólares; es decir, 43 por ciento menos que de remesas.

El turismo internacional dejó una derrama económica a México de 17 mil 445 millones de dólares (de enero a noviembre del 2016); nuevamente, una cifra menor a la que se recibe por dinero enviado por los paisanos.

El ingreso de las remesas representa dos veces el total del presupuesto de la Secretaría de Educación Pública (SEP); 4.5 veces el presupuesto en Salud; o 5 veces todo el gasto que se hace en Desarrollo Social.

Por ello, México está desesperado por no perder estos ingresos. Son fundamentales para la vida del país.

Las alertas se prendieron desde el año pasado, cuando el entonces candidato Donald Trump amenazó con gravar o retener las remesas que envían los mexicanos al país para que, de esos recursos, se pagara el muro fronterizo que quiere construir al sur de Estados Unidos.

Si las amenazas de Donald Trump se cumplieran, significaría que miles de familias dejarían de recibir dinero para sus gastos elementales, desde alimentación, pago de renta, servicios, vestido y educación, lo que pondría en un serio dilema no sólo a la economía de estas familias, sino al país.

De acuerdo con el Anuario de Migración y Remesas 2016, realizado por el Consejo Nacional de Población y la Fundación BBVA Bancomer, México ocupa el cuarto lugar mundial en recepción de remesas, y el primero entre países de América Latina y el Caribe.

Para Michoacán, las remesas representan hasta el 10 por ciento del PIB.

El perfil predominante de quienes reciben remesas son familias rurales, donde el jefe o jefa de familia tienen la primaria incompleta. Se trata pues, de hogares sin otra alternativa más que el dinero que reciben del exterior.

Miles de hogares no sólo gastan el dinero de las remesas, sino que lo invierten en micronegocios.

En 2014, se calculaba que 384 mil hogares receptores de remesas habían invertido parte de ese ingreso en abrir un pequeño negocio. La mayoría puso tiendas de abarrotes.

Entre sus planes, el Gobierno federal plantea fomentar el uso de las remesas para el emprendimiento de negocios en todo el país.

Propondrá impuesto del 2 por ciento

El legislador republicano por Alabama y presidente del Subcomité de Seguridad del Transporte de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Rogers, presentará una iniciativa de ley para gravar las remesas que envían los mexicanos al país con un impuesto de 2 por ciento, y así pagar el muro en la frontera con México.

De acuerdo a Rogers, el costo del muro propuesto por Donald Trump se estima entre 12 mil y 15 mil millones de dólares, mientras que las partidas enviadas desde EU a países latinoamericanos ascienden a unos 30 mil millones de dólares al año.

La Ley de Financiamiento Fronterizo 2017 (Border Funding Act of 2017), que intentará presentar el legislador republicano, generaría para Estados Unidos cerca de mil millones de dólares al año.

Principales ingresos para México

Según cifras del Banco de México, las remesas son la segunda entrada de divisas al país, solo debajo de las exportaciones no petroleras:

>17,445 millones de dólares dejó el turismo internacional a México negociables
>18,743 millones de dólares recibió México por la venta de petróleo
>26,970 millones de dólares fue la entrada de remesas
>355,187 millones de dólares entrada por exportaciones agropecuarias, extractivas y manufactureras

¿De qué van las remesas?

Día con día, un promedio de 73 millones de dólares son enviados de Estados Unidos a México por paisanos que apoyan a familiares que se quedaron en el país.

En Estados Unidos viven alrededor de 12 millones de mexicanos; de ellos, aproximadamente la mitad son indocumentados.

La mayor parte de todos los inmigrantes mexicanos que viven en la Unión Americana se encuentran entre los 18 y los 49 años; es decir, están en plena edad productiva.

Según datos del Anuario de Migración y Remesas 2016, el 95 por ciento de los mexicanos en EU se encuentra trabajando.

En el 2015, cuando fueron enviados 24 mil 771 millones de dólares de remesas, el promedio de cada movimiento fue de 292 dólares.

El 95 por ciento de las remesas que llegan a México provienen de Estados Unidos; aproximadamente el 1 por ciento llega de Canadá; y 3.4 por ciento, de otros países.

La mayor parte de estas remesas (94 por ciento) son enviadas a México por transferencias electrónicas; el 1.9 por ciento es hecha en efectivo; y el 0.7 por ciento, por Money Orders.

El 63 por ciento no utiliza los bancos para hacer estos envíos, sino que utilizan empresas como Western Union o Money Gram para realizar las transferencias. Apenas el 37 por ciento utiliza el sistema bancario.

Las remesas no pagan ningún impuesto en Estados Unidos, a pesar de que ha habido intentos en ese país por cobrar por su envío.

Uno de esos intentos ocurrió en el 2004, cuando el congresista republicano Tom Tancredo intentó pasar una propuesta para cobrar un 5 por ciento al envío de remesas. La idea no prosperó.

Al siguiente año, en 2005, un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos señaló que las remesas representan un elemento de estabilidad en las naciones que las reciben, pues miles de familias dependen de ellas para su manutención.

Después de 12 años de esa afirmación, sigue aplicando para México.

Para algunas entidades, el ingreso por remesas es el que permite la vida de las familias, sobre todo en las comunidades rurales.

El Banco de México muestra que la entidad que más recibe dinero del exterior es Michoacán, que en 2016 obtuvo 2 mil 747 millones de dólares, el 10 por ciento del total de las remesas que entraron al país.

En segundo lugar se encuentra Jalisco, al que llegaron 2 mil 518 millones de dólares. Le sigue Guanajuato, con 2 mil 414 millones de dólares.

El dato disponible más reciente del INEGI señala que en el 2014, más de 1 millón 292 mil hogares eran receptores de remesas, lo que representa el 4.1 por ciento del total nacional.

Esta proporción bajó en ocho años, pues en 2006 eran 1 millón 949 mil hogares, el 7.1 por ciento del total.

Las familias usan las remesas que reciben para diferentes propósitos, pero el básico es para alimentación y vestido; pago de deudas; vivienda; salud y otros.

Son enviadas, principalmente, de cuatro estados de la Unión Americana. De California, son mandados 29.6 por ciento de las remesas totales a México; de Texas, el 14.2 por ciento; de Illinois, el 5.1 por ciento; y de Nueva York, el 4.1 por ciento.

A pesar de que las remesas no pagan impuestos, lo que sí pagan es la comisión por el envío del dinero, lo que deja ganancias millonarias a las empresas que realizan las transferencias.

Los costos por envío, por ejemplo, de 300 dólares, oscilan entre los 9 y los 6 dólares y varían dependiendo de la localidad.

Proteger la palanca de desarrollo

Desde la lógica oficial, las remesas deben ser cuidadas porque no sirven solamente para sobrevivir, sino para crear otras fuentes de empleo en México.

El Anuario de Migración y Remesas 2016, señala que alrededor de 384 mil hogares que reciben remesas (el 33 por ciento del total) han emprendido un negocio con este dinero.

La mayor parte de esos negocios fueron emprendidos por mujeres, quienes encabezarían 216 mil microempresas. Los hombres habrían creado 168 mil.

Con el dinero que los paisanos mandan, en México se han abierto 75 mil tiendas de abarrotes; 32 mil negocios de procesamiento de alimentos; 27 mil restaurantes; 15 mil salones o clínicas de belleza; o 10 mil talleres de fabricación de productos metálicos.

Por ello, el Gobierno mexicano busca fortalecer esa capacidad de inversión de las remesas para la creación de nuevos negocios, más empleos y más consumo interno.

La Administración del presidente Enrique Peña Nieto ya ha comenzado a crear una estrategia que permita proteger las remesas de los connacionales.

En días pasados, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, dijo que se presentará en los próximos días una iniciativa de ley para incorporar a la banca de desarrollo al esquema de envío de remesas, sumando las alternativas tecnológicas para realizar transferencias electrónicas.

Si el dinero entra a la banca de desarrollo nacional –compuesta por el Banco de Comercio Exterior (Bancomext), el Banco Nacional de Obras (Banobras) y Financiera Rural-, desde el Gobierno federal se podría lanzar una campaña de acceso al crédito para la creación de nuevas empresas o negocios, financiados con dinero enviado por los paisanos al país.

Otra de las alternativas que se explora es que los connacionales puedan enviar dinero a las Afores administradas por el Estado para que, desde ellas, las familias mexicanas puedan disponer de los recursos.

Disputa por millones

La lucha por gravar –o no- las remesas representa millones de dólares que se quedarán en un país u otro, por lo que los gobiernos de México y Estados Unidos comenzarán una férrea lucha por hacerse de esos recursos.

Para la Administración de Donald Trump, el solo hecho de gravar con 2 por ciento todo el envío de remesas podría generarle ingresos por 539 millones de dólares anuales.

Si el mandatario estadounidense decide retener las remesas, como amenazó en campaña para obligar a que México pague por el muro fronterizo, podría quedarse de un plumazo con el dinero de los migrantes mexicanos, aunque se trate de una medida autoritaria y que se iría a tribunales.

Para Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN), para el Gobierno mexicano es fundamental defender que llegue a México la mayor cantidad posible de remesas, pues una baja en este ingreso pegaría directo a la economía de cientos de miles de familias.

“Si estas remesas caen, estamos en peligro de una detonación social muy grande, porque muchas comunidades se sostienen con ese ingreso. Y no habría una baja solo porque se le cobrara un impuesto, sino porque quizá habría millones de personas deportadas que ya no podrían mandar dinero a sus familias en México. Sería una tragedia para muchas personas”, afirmó.

El experto comentó que es poco lo que México puede hacer para proteger a los paisanos de un nuevo impuesto a las remesas que sería cobrado por el gobierno estadounidense.

Si por ejemplo, el gobierno mexicano pretende introducir a la banca de desarrollo en el envío de remesas para que los paisanos no paguen el posible impuesto Trump a las remesas, tendría que abrir sucursales en muchas localidades de Estados Unidos, pues hoy día los mexicanos allá pueden enviar lo mismo desde un banco que desde una tienda de conveniencia.

“Lo que puede hacer es abrir ventanillas de Bancomext, de Financiera Rural o de Banobras en Estados Unidos, pero hay que preguntarse, si ese fuera el caso, ¿cómo el gobierno mexicano va a absorber la comisión del depósito? ¿Qué es lo que va a hacer el gobierno mexicano? Prorratear entre todos los contribuyentes la operación de esa ventanilla.

“Y habría que preguntarse si los contribuyentes mexicanos estarían dispuestos a financiar esa expansión de la banca a Estados Unidos”, afirmó.

Si el gobierno de Donald Trump decidiera, por ejemplo, que ninguna persona indocumentada pueda enviar dinero a otros países, el especialista augura que se crearía una especie de mercado negro de remesas, y las opciones de los connacionales para enviar dinero serían desde comisionar a alguien para que transporte el dinero físicamente a México o pedir a alguien legal que envíe el dinero en su nombre, con el inconveniente de que esa persona podría ser fiscalizada”, opinó Martínez.

Sin embargo, para otros, las medidas deben ser más agresivas. Armando Ríos Piter, senador por el PRD, considera que si el gobierno de Donald Trump decide retener las remesas de los paisanos, en México de debe responder de una manera similar expropiando bienes de ciudadanos norteamericanos para compensar el daño.

“Se plantea de manera genérica que aquel Estado, aquel país que busque atentar contra los intereses de nuestros nacionales en el extranjero tendrá de parte del Estado mexicano una profunda revisión de todos y cada uno de los instrumentos de política pública para actuar en reciprocidad frente a los connacionales de dicho país”, afirmó Ríos Piter.

Los legisladores, en especial desde el Senado, trabajan en una propuesta con organizaciones de migrantes para buscar alternativas a las medidas que tome el gobierno de Donald Trump. Se encuentran a la espera de lo que determine el mandatario estadounidense para afinar los detalles de su plan.

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