Buscando reposicionarse rumbo a las próximas contiendas electorales, los partidos Revolucionario Institucional (PRI), y de la Revolución Democrática (PRD) se presentan hoy como fuerza socialdemócrata de centro izquierda, teniendo como común denominador el querer perfilarse como una alternativa al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Este año el PRD perdió Michoacán, su última gubernatura, y el PRI no gana una desde 2017, cuando retuvo los estados de México y Coahuila
El pasado 11 de diciembre, en su XXII Asamblea Nacional, el PRI modificó su definición ideológica a “la corriente socialdemócrata de los partidos políticos contemporáneos”. Así lo anunció el diputado federal Ismael Hernández Deras, quien presentó el dictamen final de la estrategia política que seguirá el tricolor.
Alejandro Moreno, dirigente nacional del partido aseguró que el PRI ganará la Presidencia de la República en 2024, a lo que sus correligionarios respondieron con cánticos de “¡Presidente, Presidente!”.
Sin embargó también reconoció que han perdido liderazgo por la “percepción de deshonestidad” y por “haber actuado con soberbia” cuando fueron Gobierno.
De los cuatro gobernadores emanados del PRI, Moreno estuvo flanqueado por Omar Fayad y Alejandro Murat, a quien llamó “su hermano”, además de Rubén Moreira, coordinador de los diputados federales. Destacaron las ausencias del senador Miguel Osorio Chong, así como de los gobernadores Alfredo del Mazo y Miguel Riquelme.
En entrevista con Reporte Índigo, José Encarnación Alfaro, exsecretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional que encabezó César Camacho, y quien hoy es parte del sector crítico a la dirigencia de Moreno, señala que este posicionamiento es un mero intento de “sorprender” a quienes desconocen la historia y la ideología del PRI.
“A partir del 2008 el PRI es un partido socialdemócrata, igual que el PRD e igual que Morena. El problema de la actual dirigencia es su escasa formación académica y su incomprensión respecto al significado de las ideologías. No sabe distinguir los matices dentro de la socialdemocracia que hacen la diferencia entre Morena, PRD y PRI”.
Además opina que “si el PRI no se convierte en la vanguardia democrática de México, su existencia histórica va a carecer de sentido”, pues Alfaro Cázares pugna por una auténtica refundación basada en la democracia interna. Así como considera que términos como “progresismo” o “centro izquierda” son ambiguos ideológica y hasta sociológicamente.
“No es novedad, abonan a la confusión con términos que no van con las cuestiones aprobadas por las otras asambleas nacionales. Esta asamblea que acaba de pasar no tuvo facultades para modificar una sola coma a los documentos básicos del partido. Lo que se expuso, lo que dicen los dictámenes, son puro discurso político mal construido”.
Apenas una semana antes, el 4 de diciembre, el PRD, aliado del tricolor y de Acción Nacional en la coalición opositora Va Por México, también aprovechó su XVIII Congreso Nacional para hacer una modificación similar a sus estatutos, optando por denominarse como un partido socialdemócrata de centro izquierda enfocado en “construir una nueva sociedad”.
Al respecto, Jesús Zambrano, dirigente nacional del Sol Azteca y fundador de la corriente Nueva Izquierda, adelantó que uno de sus objetivos es enfrentar a “esa versión de la izquierda radical que no tiene nada de izquierda ni de democrática y que hoy está instalada en la conducción del país”.
Esta postura del Sol Azteca es producto del proceso de relanzamiento convocado por la dirigencia de Zambrano tras los resultados de las pasadas elecciones en las cuales el PRD perdió el registro a nivel local en 15 estados de la República y obtuvo el 3.77 por ciento de la votación federal, apenas librando la guillotina a nivel nacional.
En entrevista con Reporte Índigo, Verónica Juárez Piña, coordinadora nacional de la corriente Nueva Izquierda y excoordinadora de los diputados federales del PRD, dice a Reporte Índigo que este reposicionamiento es un “triunfo histórico del pensamiento progresista” que servirá para que la ciudadanía vea al partido como una opción.
“Dimos un giro, pero previo a esto llevamos reuniones en los distintos estados. Foros con académicos y estudiosos, precisamente, de lo que es la socialdemocracia, a partir de que la propia realidad nos ha empujado a que tenemos que transformarnos. Nos parece que la socialdemocracia es un instrumento para la protección de derechos y libertades”.
En ese sentido, argumenta que, ante la crisis del sistema político mexicano y del “populismo militarista más desencarnado que hemos visto, se nos abre una nueva ventana de cambio que no puede esperar.
“El sistema político mexicano también tiene que transformarse y por eso tenemos que tomar otro tipo de decisiones desde el PRD”
Considerando que “la ciudadanía ya no quiere grandes recursos ideológicos”, Juárez Piña señala que este reposicionamiento no es solo una invitación a los perredistas, sino a la sociedad civil para convertir al partido en su instrumento y para construir esta nueva identidad como un instituto socialdemócrata y progresista.
