Relacionan accidente con Los Zetas
El desplome del avión y la consecuente muerte de Jenni Rivera, pudo haber sido producto de una explosión causada por un artefacto colocado en la nave. Y, según estas mismas versiones, pudo haber sido colocado por el grupo delictivo de Los Zetas.
Entre las repercusiones noticiosas que se especulan sobre la muerte de la cantante Jenni Rivera, ayer surgió esta, publicada por el conocido medio electrónico The Huffington Post.
Indigo StaffEl desplome del avión y la consecuente muerte de Jenni Rivera, pudo haber sido producto de una explosión causada por un artefacto colocado en la nave. Y, según estas mismas versiones, pudo haber sido colocado por el grupo delictivo de Los Zetas.
Entre las repercusiones noticiosas que se especulan sobre la muerte de la cantante Jenni Rivera, ayer surgió esta, publicada por el conocido medio electrónico The Huffington Post.
Entre elogios a la integridad moral de la artista, la nota firmada por Marian de la Fuente asegura que el avión de la cantante grupera pudo haber estallado en el aire antes de caer en terrenos de Iturbide, Nuevo León.
“Expertos consultados aseguran que cuando un avión así se desploma desde el aire, ya sea de panza, nariz o cola, el terreno donde cae presenta cráter o señales inequívocas como restos del combustible, que no presentaba el lugar donde fueron descubiertos la mayoría de los restos…”
En la publicación De la Fuente asegura (sin citar fuentes) que la industria de lavado de dinero producto del narcotráfico pudo haber sido causante de la agresión contra la artista, considerada un ícono en la cultura popular chicana de los Estados Unidos.
“Una investigación que está llevando a cabo ICE (Agencia de Migración y Aduanas de Estados Unidos) podría poner al descubierto una entramada y compleja relación entre los cárteles mexicanos de la droga y el supuesto lavado de dinero ilícito a través de los contratos de algunos gruperos y deportistas de élite (. . .) Hechos que podrían haber tenido consecuencias directas en la muerte o asesinato de Jenni Rivera”, dice la nota.
De la Fuente, a través de su fuente, asegura que ICE comenzó hace dos años una investigación a través de dos testigos protegidos. Uno de ellos muy cercano a Miguel Treviño, el Z40, que habían declarado que el grupo delictivo trató de que Jenni entrara en este tipo de actos delictivos y ella se negó.
“Las fuentes que prefirieron mantenerse en el anonimato (…) comentaron que el nombre del pelotero Esteban Loaiza también habría sido citado. Aparentemente, según estas mismas fuentes, Jenni lo habría descubierto tras ser invitada a participar en este negocio y negarse en forma tajante”.
Quien escribe en The Huffington Post relaciona las declaraciones de la Diva de la Banda a raíz de su divorcio con el beisbolista: “El día 21 de septiembre me di cuenta de algunas cosas que, por lo menos esta mujer, no tolera. Ni esas cosas, ni ese tipo de acciones. Las cosas que se hicieron en mi contra fueron tan graves que no las puedo aceptar”.
Y especula De la Fuente que, aunque estas declaraciones se relacionaron con la supuesta relación de Loaiza con su hijastra Chiquis, realmente eran alusivas a la invitación de Los Zetas a ingresar al negocio del lavado de dinero procedente del narcotráfico.
Y agrega la nota de Marian de la Fuente, citando a la fuente no identificada: “Ese sería el motivo por el que la habrían mandado eliminar. Matarla a bala hubiese sido muy evidente, era preferible tratar de meter el ganso simulando un accidente del avión”.
Y concluye: “El aparato, lejos de una falla mecánica o del piloto, podría haber explotado como consecuencia de un explosivo escondido, que al alcanzar el nivel de presión necesario, lo habría hecho estallar en pedacitos y desaparecer inmediatamente de radar”.
Como prueba agrega que la ropa de la Diva no estaba quemada, “sino que parecía haber caído desde el cielo y lo más importante, no se registró ninguna llamada de emergencia o Mayday a pesar de que un fallo en los motores en esta avioneta la haría planear unos dos minutos, dándole tiempo a comunicarse con la torre de control. Para completar no existía caja negra”, concluye.
Jenni vende tres veces más
Según datos que ha dado a conocer SoundsScan, el sistema que mide las ventas de música en Estados Unidos, apenas un día después del accidente, el 9 de diciembre, la venta de sus discos creció 334 por ciento.
“Joyas Prestadas: Pop” fue el que más posiciones avanzó en la lista de Billboard de los álbums latinos más vendidos: pasó del lugar 28 al número dos, mientras que “Joyas Prestadas: Banda” pasó del lugar 39 al cuatro de la tabla.
Pero nada tan espectacular como las descargas de su música, que se incrementaron 1,096 por ciento para llegar a un total de 12 mil canciones descargadas.
En la lista de Canciones Digitales Latinas, la canción “Basta Ya”, una colaboración que hizo con Marco Antonio Solis, reingresó en el número 19 de este chart gracias a las mil descargas que registró, lo que representó un incremento de 1,268 por ciento respecto a la semana anterior.
Las ventas que se registraron hasta el 9 de diciembre también provocaron que canciones como “Ya Lo Sé” y “Como Tu Mujer” reingresaran a la lista de las 50 canciones más descargadas en esa lista.
Sin embargo, se espera que esta semana se den a conocer los números que realmente reflejen el impacto que su muerte tuvo en las ventas de discos, cuando SoundScan publique la información de la semana que termina hoy lunes 17.
La diva de Google
Por Juan Antonio Zertuche
Sí, otra vez Reporte Indigo publica un artículo sobre ella, su trayectoria, su música, sus fans, su accidente, sus restos, su familia, las reacciones, las líneas de investigación, las sospechas, etcétera.
Pero también The New York Times, The Washington Post, TIME, The Guardian, Los Angeles Times, CNN, BBC, Hollywood Reporter, TMZ… y unas “1,232 fuentes informativas” más o “10,500,000 resultados” de búsqueda si le hacemos caso a lo que arroja Google News en inglés, o “cerca de 7,490,000 resultados” de búsqueda en su versión en español.
Hay quien cree que seguir publicando sobre ella distrae la atención de los temas importantes; otros van más allá al etiquetar todo lo que la relaciona (su música, sus fans, su origen, su medio) como algo “farandulero”, “caer bajo”, un “insulto” a la inteligencia y al buen gusto, “naco”.
Las exageraciones no han faltado, tanto en la crítica como en la adulación (ahí está la “¡Edición Especial!” de TvNotas).
Ahora que ella está bajo el escrutinio de todos, no ha faltado quien aproveche la ocasión para erigirse como Ombudsman del buen gusto y de la calidad musical, tachando de “porquería” su trabajo y de paso señalando de manera clasista a sus seguidores; del otro lado, no han faltado las comparaciones para poner en perspectiva su trayectoria a las audiencias de habla inglesa (se han barajado nombres como Tina Turner, Dolly Parton, Diana Ross y Loretta Lynn).
En el mejor de los casos, su muerte ha provocado que se “descubra” el trabajo de una cantante de un género regional menospreciado por cierto tipo de prensa/público, uno que le ha comprado más de 15 millones de discos porque se siente identificado con su letra y su historia de vida; en el peor de los casos ha evidenciado una profunda intolerancia a lo diferente, al gusto ajeno.
Cada quien es libre de decidir si cierta canción, álbum, artista o género es de su agrado –o no– y de opinar al respecto, pero en circunstancias como ésta, aflora en algunos una extraña necesidad de denostar lo que no es de su agrado. Todos lo hemos hecho.
En parte por la espectacularidad y el morbo que provoca que una figura artística muera de esa manera, pero también por la cada vez más relevante participación de los latinos –público de Jenni- en todos los ámbitos de la sociedad norteamericana, los medios estadounidenses han prestado especial atención a la noticia.
De alguna manera, las letras –y los videos– de La Diva de la Banda que están siendo diseccionados por los medios estadounidenses, podrían servir para ayudar a derribar la profunda división cultural que separa a una buena parte de la sociedad norteamericana con aquella comunidad latina que se sentía identificada con la historia de vida de Jenni. O quién sabe, quizá sea otra exageración más.