La relación entre Enrique Alfaro Ramírez y Raúl Padilla López, con episodios de señalamientos y desencuentros, parece llegar a una nueva etapa.
Miembro privilegiado de la clase política de Jalisco, Padilla, presidente de la Feria Internacional del Libro y exrector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), ha cimentado un sólido coto de poder.
En 2010, Alfaro, líder de Movimiento Ciudadano en Jalisco, arremetió contra López cuando era alcalde de Tlajomulco. Ahora, como alcalde de Guadalajara, ha tenido que ceder ante el exrector.
Los guiños entre ambos se hacen más visibles. Recién entrado el año la UdeG firmó un convenio de colaboración con el gobierno de Alfaro Ramírez, mientras que Raúl Padilla mandó un saludo a éste mientras era reconocido.
“Quiero saludar y felicitar a los nuevos gobiernos metropolitanos, especialmente al de Guadalajara”, expresó Padilla en su discurso al recibir una medalla del Instituto Cultural Mexicano Norteamericano de Jalisco el pasado martes.
El miércoles, en el tercer informe de Tonatiuh Bravo como rector de la UdeG, Alfaro estuvo en la mesa principal,lo que no había ocurrido en versiones anteriores, ya que asistían otros políticos de MC, pero no él.
Los desencuentros
En febrero de 2010, así describía Enrique Alfaro al líder universitario Raúl Padilla López.
“En las últimas dos décadas, los jaliscienses han sido testigos de los afanes de poder de Raúl Padilla López. Su modus operandi ha consistido en intentar cercar y secuestrar a varias organizaciones e instituciones públicas locales, incrustando a sus incondicionales en posiciones estratégicas de control político y financiero.
“Bajo el velo de la promoción cultural y la renovación académica, Raúl Padilla López ha construido redes de complicidad para intentar convertirse en factor de decisión de la vida pública de Jalisco”, dijo Alfaro.
La relación entre Alfaro y el poder factico que significa Raúl Padilla no disfrutó de las mieles de la institucionalidad de hoy.
La rivalidad inició desde el 2008, cuando Alfaro Ramírez aún pertenecía al Partido de la Revolución Democrática. Mientras Alejandro Encinas disputaba la dirigencia nacional del sol azteca, Enrique Alfaro coordinaba una campaña que quedó en segundo plano tras la victoria de Jesús Ortega.
“Algunos funcionarios que no entienden cuál es su papel, han venido utilizando recursos e instalaciones de la universidad a favor de Jesús Ortega y Raúl Vargas”, expresó entonces Enrique Alfaro.
Las disputas con la cúpula en Jalisco persistieron hasta que en febrero de 2010, ya como presidente municipal de Tlajomulco, Enrique Alfaro denunció que Raúl Padilla le había exigido el 60 por ciento de los espacios de la nómina municipal.
“Si Raúl Padilla espera que nos dobleguemos ante él, sacrificando todo lo que el Ayuntamiento de Tlajomulco representa, se va a quedar esperando. Como cabeza de este gobierno le digo, una vez más, que nosotros no negociamos con caciques ni con mafiosos”, sentención Alfaro en la rueda de prensa que dio en 2010.
Las confrontaciones permanecerían hasta el 2012, cuando llegó el periodo electoral en Jalisco y la UdeG fue partícipe de dichos en contra de Enrique Alfaro.
Por medio de un comunicado de junio de ese año, el Sindicato de Trabajadores Académicos de la UdeG señaló que miembros de la Federación de Estudiantes de Guadalajara, organización desplazada por Padilla en los años 90, estaban en las filas del partido naranja.
“Lamentamos profundamente que Enrique Alfaro, candidato a la gubernatura por el partido Movimiento Ciudadano, recurra al apoyo de una organización criminal como lo es la Federación de Estudiantes de Guadalajara”, señalaba el gremio académico.
Incluso durante la campaña, Enrique Alfaro, Andrés Manuel López Obrador y Gerardo Fernández Noroña señalaron que en Jalisco debían votar por MC y no por el PRD en Jalisco, que es controlado por el exrector de la FIL.
Ahora, agenda compartida
Fue tras la derrota de Enrique Alfaro como candidato a gobernador de Jalisco que las confrontaciones fueron bajando de nivel, trascendiendo que en noviembre de 2012 coincidieron en una reunión.
Tras esa reunión Enrique Alfaro declaró que no estaba peleado con la UdeG y que sus dichos no eran personales, mesurando sus señalamientos hacia Raúl Padilla y reconociéndolo como un importante actor político de la entidad.
“Me guste o no me guste, es un actor político importante del Estado”, expresó entonces.
No obstante volvió a dejar claro que no negociaría con Raúl Padilla a pesar de la cordialidad en la reunión de noviembre, aunque fue a partir de ese momento que comenzaron a fluir las reuniones entre miembros de la UdeG y Enrique Alfaro.
“Voy a decirlo con todas sus letras: yo, con el señor Padilla, políticamente no voy ni a la esquina, no tengo nada que acordar con él, nada que construir, pero tampoco tengo un problema personal que se deba convertir en un pleito permanente”, expresó Alfaro Ramírez.
Ya como virtual ganador de la alcaldía de Guadalajara, el pasado 2015, Enrique Alfaro Ramírez recibió buenas opiniones de Raúl Padilla, puesto que el primero ya había sostenido reuniones públicas con el rector de la UdeG, Tonatiuh Bravo Padilla.
“Nuestra disposición siempre será al diálogo, al trato respetuoso, trato constructivo, ésa ha sido nuestra postura siempre”, declaró Padilla López sobre el nuevo alcalde de la capital.
Además fue en la reunión de septiembre de 2015 en la que Tonatiuh Bravo y Enrique Alfaro hablaron de una agenda compartida, destacando que el nuevo alcalde señalaba que quería convertir a Guadalajara en “capital cultural”.
Esto como un claro guiño a las empresas universitarias y culturales cuyo presidente de consejo es Raúl Padilla López. Además de que se comprometía a mejorar los espacios deportivos.
Aunado a esto durante el primer mes de este 2016, en Zapopan el alcalde emecista Pablo Lemus ordenó quitar los puestos de comida que estaban afuera del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, argumentando falta de reglamentos, pero en un claro favor a los arrendamientos que la UdeG otorga.
Además, la UdeG requiere de la negociación con el Municipio de Guadalajara ya que cada año se otorga un subsidio de más de 7 millones de pesos tan sólo para el Festival Internacional de Cine, Papirolas y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Estos montos aún permanecen como subsidio para este año, aprobado en el presupuesto de egresos del municipio.
De esta forma Padilla mantiene su coto de poder, mientras que Alfaro sienta a la mesa a uno de los políticos más importantes de la región sin tener que ceder su envestidura de alcalde.
Mientras la UdeG firma un convenio con el Ayuntamiento tapatío, el exrector se mantiene fuera de foco y negocia con el alcalde, a pesar de los dichos que en años pasados el hoy alcalde veía como inadmisibles.