Después de más de un año de estar suspendido por la pandemia de COVID-19, ya reinició el desarme de la Ciudad de México.
El día de ayer, las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México informaron que se reactivó el programa “Sí el Desarme, sí a la Paz” con el fin de retomar el camino de la pacificación de la capital.
Dicho programa, que consta del intercambio de armas o cartuchos por dinero en efectivo, ha sido calificado como un éxito por la actual gestión gubernamental y ha logrado retirar casi 6 mil armas de las calles.
Martí Batres, secretario de Gobierno de la Ciudad de México, consideró que la acción de seguridad ha contribuido a disminuir la incidencia delictiva en la ciudad.
Además, refirió Batres, ha contribuido a que los homicidios dolosos bajen 35.5 por ciento en el lapso mencionado.
“En lo que va del año, el 96 por ciento de las y los responsables de lesiones dolosas por arma de fuego están en la cárcel, están en prisión preventiva”, declaró.
El programa inició con la actual administración en enero de 2019, pero en marzo de 2020 fue suspendido debido a la contingencia sanitaria de COVID-19 y apenas el 9 de agosto pasado fue retomado.
La administración local planea que para finales octubre de 2021, concluyan las acciones de desarme de este año en las 16 alcaldías.
Es importante mencionar que el desarme se realiza a través de módulos colocados en iglesias de la ciudad y con supervisión de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la capital.
Millones canjeados por armas
En total, de 2019 a 2021 se han canjeado 5 mil 966 armas por un monto en efectivo que alcanza los 18 millones 654 mil 471 pesos.
Según la información proporcionada por las autoridades locales al anunciar que se había reiniciado el intercambio de armas por dinero, 2019 fue el año que más recursos entregó el gobierno de la capital: 12 millones 187 mil 884 pesos.
En su primer año de operaciones, también fue cuando la ciudadanía se deshizo de más armas; la cifra llegó a 4 mil 768.
Mientras que en 2020, cuando comenzó la contingencia sanitaria de COVID-19 y el desarme solo se realizó durante tres meses, se entregaron 925 artefactos y se dieron 5 millones 502 mil 284 pesos.
En el mes que ha operado en este 2021, se cambiaron 273 pistolas y rifles por 964 mil 303 pesos.
En total en los tres años del programa, han participado 4 mil 596 habitantes de las 16 alcaldías de la ciudad, de los cuales, 60 por ciento son hombres y 40 por ciento mujeres.
Tres años de historia del desarme
El secretario de gobierno local, Martí Batres, informó que durante los tres años que de existencia de “Sí al Desarme, Sí a la Paz” se han entregado para su destrucción, desde pistolas de salva —que son de municiones de calibres bajos y deportivos— hasta fusiles de asalto de uso exclusivo del ejército.
Aunque no detalló cifras, el funcionario mencionó que se canjearon pistolas deportivas o de salva, también de los calibres 22, 25, 380 y 9mm.
Igualmente, se recibieron revólveres de los calibres 22 y 38, que han sido los más comunes.
Respecto a las armas largas, Batres dijo que las más intercambiadas han sido rifles deportivos, calibre 22 y escopetas.
Sin embargo, la población también se ha deshecho de carabinas M1, fusiles mosquetón, rifles 270, 308 y 30-06, así como un fusil semiautomático, de uso exclusivo del ejército.
Por último, en lo que respecta a artefactos explosivos, las autoridades han recibido granadas de fragmentación, instrucción, gas y morteros.
Éxito relativo
Estrategias como “Sí al Desarme, Sí a la Paz” tienen un éxito relativo porque no existen evidencias ni vínculos científicos que indiquen que tienen incidencia en la reducción de los delitos de alto impacto, dice José Antonio Álvarez León, especialista en temas de seguridad y académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
“La evidencia nos dice que en el país y los estados estas estrategias tienen un éxito relativo, pero no efectivo”, menciona.
Detalla que el éxito es relativo porque las personas que entregan sus armas son ciudadanos que no están dedicados a actividades delincuenciales y que obtuvieron un arma pero no la usan.
Sin embargo, los miembros de grupos delictivos, que generan el índice más alto de violencia, no entregan los artefactos porque son su herramienta cotidiana.
“Los delincuentes reales no entregan sus armas porque viven de ellas. Por lo tanto, no hay una relación directa con la reducción de la delincuencia”, dice.
Además, considera, “Sí al Desarme, Sí a la Paz” por sí solo no es una estrategia de seguridad pero sí podría formar parte de una acción integral de prevención del delito.
“Dentro de una estrategia integral y como parte de un conjunto de acciones preventivas, es positivo, porque se puede evitar que las personas comunes que entran en conflicto, las usen para delinquir”, menciona.