Refugios para mujeres dan segundas oportunidades a quienes huyen de la violencia de género

Los es Los espacios que ayudan a las mujeres que huyen de sus hogares por motivos de violencia están en crisis porque el Gobierno federal no les brinda los recursos necesarios
Daniel Flores, Jesús Padilla y Rubén Arizmendi Daniel Flores, Jesús Padilla y Rubén Arizmendi Publicado el
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Los refugios para mujeres en México se han erigido como centros de las segundas oportunidades para quienes huyen de la violencia que viven en su núcleos familiares o son expulsadas de sus hogares.

Ahí reciben resguardo y ayuda psicológica y emocional aquellas mujeres que llegan “rotas” en todos los sentidos; víctimas de golpes, maltratos y vejaciones por años. Por eso, buscan en estos lugares un respiro y una red de apoyo.

La violencia machista de sus parejas las orilla a dejar todo atrás y buscar resguardo en estos lugares que se han convertido en santuarios para rehacer sus vidas.

Desde el inicio de la pandemia los ingresos a estos refugios se han incrementado y enfrentan una crisis que pone en duda su operación el resto del año y la atención de las mujeres que asisten en un acto desesperado de ayuda.

Los datos confirman este problema: el 90 por ciento de los refugios en el país presentan deudas, problemas de mantenimiento e incluso han detenido su operación por algunos días debido a la falta de presupuesto.

En la actualidad, son 75 refugios los que brindan atención a las mujeres violentadas a nivel nacional, pero la mayoría de ellos apenas subsisten por falta dinero, escasez de personal e insumos para dar atención a las mujeres.

Wendy Figueroa, quien se desempeña como directora de la Red Nacional de Refugios (RNR), es enfática: estos lugares juegan un papel fundamental para resarcir el daño que reciben las mujeres que viven violencia doméstica, en la mayoría de las ocasiones por su pareja.

“Las mujeres que son madres y salen huyendo de sus casas para protegerse a ellas y sus hijos se encuentran con múltiples obstáculos al no existir políticas públicas para que encuentren trabajo inmediatamente o sean recibidas incluso por sus familias”, sostiene.

Y es que durante el primer trimestre del 2023, de las mujeres atendidas en refugios, 89 de 124 fueron madres, quienes acuden con sus hijos en busca de protección y salvaguarda.

La mayoría de ellas ingresa a estos centros de refugio víctimas de violencia física (64 por ciento), así como psicológica (67 por ciento), actos de acoso sexual y violaciones (38 por ciento) y también por razones económicas (38 por ciento) e incluso patrimonial (52 por ciento).

La directora de la Red Nacional de Refugios reconoce que la meta de estos centros es que las mujeres puedan ser autosuficientes una vez que salen de estas casas de emergencia, pues la mayoría de ellas dejó de trabajar para cuidar a sus hijos o nunca lo hizo bajo la idea de que el hombre es quien provee el sustento de la familia.

“Una vez que salen del refugio buscamos que estas personas puedan gestionar recursos y pagar el alquiler de una vivienda. Desde la RNR apoyamos a veces con recursos gracias a las donaciones que recibimos”, detalla la directora.

La violencia es tal que existen casos de mujeres que llegan a quedarse en estos refugios hasta más de un año o máximo dos, cuando la recomendación es de tres meses. Pese a ello, no hay restricciones sobre el tiempo.

Por ello la importancia de que los recursos fluyan desde el Gobierno federal para estos refugios, los cuales deben cubrir las necesidades para este sector de la población.

La impunidad de los agresores

Las mujeres que toman la decisión de dejar sus casas lo hacen con miedo de que sus parejas las persigan y las asesinen, por lo que estos refugios se mantienen en sigilo con ubicaciones anónimas y, quienes llegan, es solo por recomendación y bajo controles estrictos.

Acudir a las autoridades no es una opción para ellas por miedo a represalias de sus parejas. Incluso porque tampoco tienen un lugar a donde ir.

Las cifras de la RNR revelan que los agresores de las mujeres que asisten a solicitar apoyo usan armas, 30%; mientras que un 16% tienen vínculos militares o políticos, 21% participan en delincuencia organizada y 80% tienen alguna adicción.

Las mujeres llegan a presentar secuelas a causa de estas agresiones como alguna discapacidad. Se ha detectado que las parejas o incluso familiares iniciaron una persecución en contra de las mujeres cuando escapan de sus casas. En los casos más extremos, le cuesta la vida a las mujeres que llegan a dar con su ubicación.

Así sucedió con Wendy Ramos, a quien cambiamos su nombre por motivos de seguridad, quien escapó de su pareja sentimental en 2020.

El confinamiento agudizó las palizas que él le daba y escalaron a violencias más graves como el uso de ácido en diferentes partes de su cuerpo y golpes con herramientas por “no hacer la comida”.

“A mí me enseñaron que una mujer es para atender la casa, a sus hijos y a su marido. Me junté a los 15 años y a los 16 tuve a mi primer hijo, pero desde que nació, mi pareja empezó a ser cada vez más hostil, las agresiones fueron cada vez más fuertes hasta que me quemó con ácido por no haber limpiado la casa”.

Tras esta agresión, Wendy escapó junto con sus hijos semanas después, supo que si no salía de esa casa terminaría asesinada por su pareja sentimental, con quién había compartido la vida más de siete años.

La recibieron en un refugio de mujeres gracias a que una conocida supo de su existencia. Fue ahí que trató de reconstruirse y sanar las heridas que le había provocado el hombre que prometió cuidarla desde que se fue a vivir con él.

La terapia que recibió por 14 meses la ayudó a romper con el círculo de violencia que había normalizado para ella y sus hijos.

De acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) estos centros de apoyo deben contar con al menos una directora, trabajadoras sociales, psicóloga, así como enfermeras, educadoras y traductores de lengua indígena que den asistencia a las mujeres que llegan lastimadas.

“Esto refleja la importancia de estos espacios de protección en la transformación de la vida de las mujeres y sus hijos e hijas restituyendo derechos y promoviendo una cultura de cero tolerancia a cualquier forma de violencia machista”, sostiene la Red Nacional de Refugios.

Exigen garantizar operación de ‘santuarios’

La falta de presupuesto para los refugios que operan a nivel nacional provocaron un llamado de atención desde el Senado al Gobierno federal para que garantice los recursos para estos centros de apoyo.

De acuerdo con la senadora Kenia López Rabadán, es inaceptable que en un país donde diariamente más de 10 mujeres son asesinadas y la violencia en contra de ellas ha ido en aumento, el Gobierno federal siga sin entregar los recursos para el funcionamiento de los refugios.

La legisladora del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara alta explica que, de acuerdo con el último informe de Seguridad Pública, si comparamos el primer cuatrimestre del año pasado con el de 2023, ha habido un aumento del 36 por ciento en las denuncias por violencia de género y de 11 por ciento en las de violencia familiar.

“Esto es el reflejo del abandono del gobierno de López Obrador a las mujeres. Hoy no hay políticas públicas con perspectiva de género, ni se destinan los presupuestos para atender las violencias que sufren las mexicanas, ni se cuentan con servicios de salud dignos”, acusa  en entrevista con Reporte Índigo la también presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado.

Los recortes presupuestarios del Gobierno federal para los refugios que ayudan a las mujeres víctimas de violencia ha provocado un colapso en la atención. Foto: Especial
Los recortes presupuestarios del Gobierno federal para los refugios que ayudan a las mujeres víctimas de violencia ha provocado un colapso en la atención. Foto: Especial

Refiere que los refugios fueron creados como un espacio de protección, atención y empoderamiento de las mujeres que sufren violencia y quienes, en muchas ocasiones, han visto peligrar su vida.

Pese a esta problemática, López Rabadán asegura que esta administración ha optado por reducir el presupuesto a estos lugares de apoyo.

“A este paso, no podrán sobrevivir los refugios y las mujeres víctimas volverán a quedar en estado de indefensión”.

Por último, acusa que Morena generó un colapso en la atención de los refugios al no tener dinero para operar ni para brindar servicios a las víctimas de violencia ni a sus hijos.

Legislación local en riesgo

El desacuerdo que tienen los diputados de oposición del PRI y PAN del Congreso local con el gobierno de Samuel García pone en riesgo una iniciativa que propone la obligatoriedad para los municipios de contar con al menos un refugio para las mujeres víctimas de violencia.

Waldo Fernández, diputado de Morena de Nuevo León, es uno de los impulsores de este dictamen que modifica el artículo 48 de la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que fue aprobado el pasado lunes por los legisladores.

“El Estado y los municipios se coordinarán con los sectores social y privado para impulsar la creación de refugios para la atención de las víctimas de violencia. Los Municipios deberán contar en su territorio cuando menos con un refugio de atención a víctimas.

“Por lo que deberán contemplar en su Proyecto de Presupuesto de Egresos de cada ejercicio fiscal los recursos para su establecimiento y operación”, detalla el dictamen que consultó Reporte Índigo.

El dictamen tiene que ser enviado al Periódico Oficial estatal para su publicación, sin embargo, el desacuerdo entre el PRI y el PAN. Foto: Especial
El dictamen tiene que ser enviado al Periódico Oficial estatal para su publicación, sin embargo, el desacuerdo entre el PRI y el PAN. Foto: Especial

Waldo Fernández, explica en entrevista con Reporte Índigo, que lo que se intenta es sacar la ley para después armonizar en el presupuesto los recursos que se destinarán a los municipios y que monten los refugios.

“La política pública sin dinero es demagogia, entonces ahora tenemos que ir sacar el recurso de este presupuesto que viene, no estamos en la dinámica de ir a pedirle dinero a la federación.

“No es un asunto de que se necesite tanto dinero, es echarlo andar y hay suficiente dinero en Nuevo León, de los 120 mil millones de presupuesto se puede destinar recursos para esto, por eso no creo que pudiéramos estar batallando”, dice el legislador.

La propuesta plantea que los refugios sean operados desde los municipios, pues los policías locales son los primeros que tienen contacto con las mujeres que sufren de violencia familiar.

“El primer contacto es el policía municipal, no el policía de Fuerza Civil, no la Guardia Nacional, el que tiene la sensibilidad de lo que está pasando es el municipal, y el otro contacto es el alcalde”, dice Fernández.

No obstante, el legislador considera que existe un riesgo de que esta iniciativa quede congelada por una posible negativa del Gobierno estatal de publicar este dictamen en el Periódico Oficial por el antecedente que se tiene.

“Esta por sistema (Gobierno) vetando todo, entonces a mi me parece que está afectando la vida de todo Nuevo León; entiendo una disputa con el PRI y con el PAN, estoy de acuerdo, pero me parece que sí tendrían que tener criterio en los vetos.

“Porque están paralizando la vida de las personas y más con esta iniciativa que es muy noble. Sería un pésimo mensaje del gobernador que vete esta iniciativa que busca la posibilidad de ayudar a las mujeres”, considera el legislador de Morena.

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