Reforma del DF, el lento avance

La reforma política del Distrito Federal avanza lentamente en los congresos estatales; todo apunta que será el PRI quien dé el empuje definitivo para su entrada en vigor.

Hasta ahora, un total de 12 congresos locales han aprobado los cambios constitucionales para que el Distrito Federal se convierta en la Ciudad de México.

En nueve de ellos el PRI tiene mayoría de legisladores; en uno tiene mayoría el PAN; en otro el PRD; y en otro, Movimiento Ciudadano.

Imelda García Imelda García Publicado el
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congresos locales necesitan aprobar los cambios constitucionales para que avance la reforma que transformará a la Ciudad de México
Una vez aprobada y promulgada la declaratoria, la Constitución Política de la Ciudad de México deberá redactarse antes del 17 de enero del 2017

La reforma política del Distrito Federal avanza lentamente en los congresos estatales; todo apunta que será el PRI quien dé el empuje definitivo para su entrada en vigor.

Hasta ahora, un total de 12 congresos locales han aprobado los cambios constitucionales para que el Distrito Federal se convierta en la Ciudad de México.

En nueve de ellos el PRI tiene mayoría de legisladores; en uno tiene mayoría el PAN; en otro el PRD; y en otro, Movimiento Ciudadano.

Sin embargo, ha pasado casi un mes de que el Congreso de la Unión aprobó la reforma política del DF, y el proceso ha sido relativamente lento, comparado con otras reformas.

La energética, por ejemplo, pasó el filtro de los estados en un fin de semana; la de telecomunicaciones fue aprobada por la mayoría de los congresos locales en dos semanas.

La reforma política del Distrito Federal aprobada establece que los congresos estatales tienen hasta el 15 de febrero para emitir su voto.

El apoyo del PRI

No es una sorpresa que sean los congresos donde el PRI tiene mayoría los que han impulsado la aprobación de la reforma política del DF.

El tricolor va con todo para recuperar el gobierno de la Ciudad de México; en el 2018, si se puede. Y podría llevar ventaja en temas como la conformación de la Asamblea Constituyente que redactará la Constitución de la Ciudad.

Los congresos del Estado de México, Coahuila, Hidalgo, Chiapas, Durango, Nayarit, Michoacán, Zacatecas, Aguascalientes, Tabasco, Puebla y Jalisco ya aprobaron esta reforma.

En los primeros nueve, el PRI tiene el número mayoritario de parlamentarios; en Tabasco, domina el PRD; en Puebla, el PAN; y en Jalisco hay más diputados de Movimiento Ciudadano.

En algunos estados se convocó a periodos extraordinarios para aprobar, exclusivamente, la reforma a la capital.

En diciembre pasado, algunos senadores del PAN hicieron un llamado a los congresos estatales para que no aprobaran el cambio constitucional.

Dos argumentos llamaron la atención: el primero, que la Federación continuaría absorbiendo los gastos de la educación y la salud en la capital; el segundo, que el dinero que se destinará a los estados disminuirá, porque habrá un estado más que se beneficiará del reparto.

Esto tuvo eco, sobre todo, en el estado de Baja California, donde el Congreso está mayormente en manos del PAN y de donde provienen estos senadores.

La reflexión no encontró adepto alguno en otros partidos; menos en el PRI.

El PRI ya comenzó a ejecutar su plan para que el primer gobernante de la recién estrenada Ciudad de México sea gobernada por el tricolor.

En diciembre pasado ocurrió lo impensable: Manlio Fabio Beltrones, líder nacional del PRI, se reunió con sus diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para poner en marcha su estrategia.

El plan tiene un componente totalmente ciudadano, para ganar la simpatía de la población de la ciudad.

Primero, instruyó a sus diputados para revisar y denunciar a las gasolineras que venden litros incompletos de combustibles; exigir mayores índices de seguridad en las delegaciones; y cobijar causas populares, como el rescate del parque de Xochimilco.

El PRI, sin duda, viene a la conquista de la capital.

La discusión en los estados

La más importante preocupación en las entidades federativas ha sido el impacto que tendrá el cambio de estatus de la capital en las finanzas de cada estado.

Aunque la carta de los senadores panistas José María Martínez, Ernesto Ruffo Appel y Víctor Hermosillo donde se pedía no aprobar la reforma política del DF fue rechazada, sí prendió algunas alertas en ciertos estados.

En Tabasco, el PRD –que tiene mayoría en el congreso estatal- defendió la reforma sobre las acusaciones de que la capital del país podría beneficiarse injustamente de recursos públicos federales.

Ana Bertha Vidal Fócil, quien preside la Comisión de Hacienda, cabildeó con legisladores locales la aprobación del cambio constitucional; los convenció de que no habrá daño alguno a la entidad tabasqueña.

“No hay ninguna implicación presupuestal para Tabasco, sino que las delegaciones del Distrito Federal serán municipios. Lo que cambia es la figura jurídica de la Ciudad de México. El presupuesto de lo que es la capital del país seguirá siendo el mismo y, por ende, no impactará a los otros estados”, señaló Vidal en declaraciones tomadas por medios locales.

Eso sí, todos los partidos ven como un botín el beneficio político que puedan obtener de la nueva conformación de la capital.

Javier Mercado Zamora, diputado del PAN en el Congreso de Nayarit, afirmó, por ejemplo, que los principales beneficiarios de esta reforma serán los ciudadanos de la Ciudad de México; pero también podría representar una puerta abierta para su partido.

Una vez que la Cámara alta tenga los oficios de aprobación de por lo menos 17 congresos estatales, se hará la declaratoria de constitucionalidad y será enviada al Ejecutivo para su promulgación.

 

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