El avance de la campaña de vacunación y la gradual reactivación de actividades han generado cierto optimismo de cara al cierre del año. Sin embargo, los indicadores contrastados y el riesgo de una cuarta ola producto de esta reapertura ponen un asterisco sobre las proyecciones de recuperación.
En entrevista con Reporte Índigo, Ana Gutiérrez, coordinadora de Comercio Exterior y Mercado Laboral del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), explica que la mayoría de los indicadores no han repuntado luego de que el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajera en más del 18 por ciento a inicios de la pandemia, principalmente afectando a los sectores del comercio y servicios.
“Lo que nosotros hemos visto es que, desde el punto de vista de los componentes de la economía, solo hay uno, el consumo de gobierno, que realmente ya recuperó su nivel del primer trimestre de 2020. Los otros pilares de la economía, el consumo privado, la inversión tanto pública como privada, y la exportación de bienes y servicios, siguen por debajo de ese nivel”, explica.
Instancias como el Banco de México, el Fondo Monetario Internacional, BBVA y la calificadora S&P proyectan que el país cerrará con un crecimiento no menor al seis por ciento, lo que ha sido visto como una estimación optimista, Gutiérrez señala que no se le puede considerar como tal, dado que apenas se sobrepondrá a la mencionada caída del 18 por ciento.
Incluso dice que estas expectativas podrían mitigarse con cifras como las publicadas este lunes en el Indicador Global de la Actividad Económica que da a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía respecto a una caída en la actividad de agosto, así como que, por segundo mes consecutivo, septiembre registró una baja en la población ocupada tras seis meses al alza.
Esto además de que Banxico registró una aceleración de la inflación del 6.2 por ciento en la primera quincena de octubre, lo que a su vez repercutió en un alza en los precios de gas y gasolina, de acuerdo con el INEGI, lo que podría tener un efecto inhibitorio en la recuperación ya que, recuerda Gutiérrez, la inflación encarece productos a los consumidores, pero también a negocios.
“Es una bolsa mezclada de condiciones de recuperación que estamos viendo. Sí vamos a ver estos niveles de crecimiento del seis o siete por ciento en el año, pero esto no significa que tengamos ya un nivel de crecimiento económico sostenido porque todavía falta sentar bases como la inversión y la certeza jurídica para atraerla”, expone.