Recortan privilegios

Contrario a lo que se daba por hecho, el presidente Enrique Peña Nieto presentó su Reforma Hacendaria y de Seguridad Social que aprieta las tuercas a los de mayor ingreso  y beneficia a los de menores ingresos.

Así, de un plumazo, la propuesta de Peña Nieto –sin dar a conocer todavía “la letra chiquita”– mantiene sin cambios el IVA en 16 por ciento y no grava con ningún impuesto a medicinas y alimentos.

La propuesta anuncia el cobro de impuestos sobre las ganancias que las empresas pagan a sus dueños,  y las utilidades obtenidas en la Bolsa Mexicana de Valores.

Georgina Howard Georgina Howard Publicado el
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El homologar el IVA parece conveniente, aunque supone que ya tengan diseñado el esquema de promoción a una franja del país (la frontera)
En nuestro país, el problema es que tenemos una pirámide trunca donde la cúspide donde se concentra el mayor ingreso, prácticamente no paga
Hoy ya son insostenibles los regímenes especiales, particularmente el de la consolidación, el cual permite llegar a un indefendible resultado fiscal, al “sumar” las ganancias de unas empresas con las pérdidas de otras
Para reducir la obesidad infantil, como ya se esperaba, anunció un impuesto especial para los refrescos
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Contrario a lo que se daba por hecho, el presidente Enrique Peña Nieto presentó su Reforma Hacendaria y de Seguridad Social que aprieta las tuercas a los de mayor ingreso  y beneficia a los de menores ingresos.

Así, de un plumazo, la propuesta de Peña Nieto –sin dar a conocer todavía “la letra chiquita”– mantiene sin cambios el IVA en 16 por ciento y no grava con ningún impuesto a medicinas y alimentos.

La propuesta anuncia el cobro de impuestos sobre las ganancias que las empresas pagan a sus dueños,  y las utilidades obtenidas en la Bolsa Mexicana de Valores.

Además, eliminar tres cuartas partes de los tratamientos preferenciales y la mitad de los regímenes especiales, para mantener solo aquellos que tengan una justificación y probada eficacia.

Se propone también eliminar el régimen de consolidación fiscal para que todos los contribuyentes, sin excepciones, paguen lo que les corresponda, pero de acuerdo a sus ingresos.

“Pagará más quién más tenga”, expuso el presidente ante el azoro del sector empresarial que ya anticipó analizar a fondo la propuesta para evitar que se caiga la competitividad en el país.

Para aminorar el apretón, el ISR se reduce de 295 a 186 artículos, para que sea mucho más sencillo y será de 1 por ciento para los que más ganan.

Lo que más se aplaudió en la presentación, fue la desaparición del IETU y del Impuesto a los Depósitos en Efectivo.

Anunció un régimen de consolidación fiscal para los emprendedores, y una reducción de las cuotas al Seguro Social para los trabajadores de bajos ingresos.

La  aplicación de impuestos verdes  que promueven el cuidado del medio ambiente, propuso un impuesto especial por unidad de carbono emitida. Esto para desincentivar las inversiones que afectan el medio ambiente.

Además, se eliminará gradualmente el subsidio a la gasolina, pero se garantiza que los aumentos que se hagan serán menores a los que actualmente se aplican.

Para reducir la obesidad infantil, como ya se esperaba, anunció un impuesto especial para los refrescos.

Son, en síntesis, once decretos que conforman la reforma que modifica los artículos 4 y 123 de la Constitución, se crean cuatro artículos, se abrogan dos y se establecen 15 ordenamientos legales.

Esperan recaudar más 

Con la reforma hacendaria se espera aumentar recaudación en 1.4 por ciento del PIB y llegar a 3 por ciento en el 2018, un punto porcentual se canalizará a los estados y municipios del país. Estos recursos adicionales se destinarán a rubros fundamentales para el desarrollo.

Para evitar recortes en el gasto, contraproducentes sobre la actividad económica, el Gobierno anuncia la creación de un Programa de Aceleración Económica.

Solicita la aprobación, de manera extraordinaria, de un déficit de 0.4% del PIB para 2013, sin inversión de Pemex, con el fin de incrementar el potencial de crecimiento.

Nuevo régimen a Pemex

Con la Reforma se establece un nuevo régimen fiscal para Pemex, igual al de cualquier otra empresa petrolera del mundo. 

Con el nuevo régimen, las utilidades de Pemex después de impuestos serán mayores. De esta manera se pretende fortalecer a Pemex para realizar  mayores inversiones.

La Reforma propone establecer una Regla de Balance Estructural que garantizará un mayor ahorro y una mayor calidad del gasto público.

Paquete económico

Se estima que durante 2014 el valor real del PIB de México, considerando el efecto de las reformas estructurales, registre una expansión de 3.9%; una inflación de 3% y una tasa de interés promedio de los Cetes a 28 días de 4%. 

Asimismo, se prevé que el precio promedio de la mezcla mexicana de crudo de exportación se ubique en 81 dólares por barril, en tanto que las plataformas de producción y exportación de crudo sean de 2,520 y 1,170 miles de barriles diarios, respectivamente.

Se proyecta que, en conjunto, las medidas incluidas en la Reforma incrementarán los ingresos públicos correspondientes a 2014 en un total de 240 mil millones de pesos, con respecto a los que se observarían en ausencia de la Reforma. Dicho monto equivale a 1.4% del PIB estimado para 2014.

De aprobarse la Reforma se estima que los ingresos presupuestarios asciendan a 3,829.5 mil millones de pesos de 2014, monto superior en 5.9% en términos reales con relación al monto estimado para el cierre de 2013.

Se proyecta que, en conjunto, las medidas incluidas en la Reforma incrementarán los ingresos públicos correspondientes a 2014 en un total de 240 mil millones de pesos, con respecto a los que se observarían en ausencia de la Reforma. Dicho monto equivale a 1.4% del PIB estimado para 2014.

De aprobarse la Reforma Fiscal en los términos planteados por el Ejecutivo, se estima que los ingresos presupuestarios asciendan a 3,829.5 mil millones de pesos de 2014. 

Para Desarrollo Social se proyecta 9.0% y para Desarrollo Económico, 9.9%, todos en términos reales respecto a lo aprobado para 2013.

El total de recursos presupuestarios para las entidades federativas y municipios se ubicará en 1,442.4 mil millones de pesos, monto superior en 4.7% en términos reales respecto a lo aprobado en 2013. 

Tecnócratas de izquierda

La propuesta de la reforma fiscal pone en el escenario los privilegios de muchas empresas, sus deducibles, evasiones por consolidar y el contraste de las fuertes cargas a los cautivos

por Gabriel Reyes Orona

Mucho se ha escrito de la mala distribución de la riqueza en nuestro país, la cual no sólo ha persistido, sino que se ha ampliado brutalmente. 

Sin duda alguna el sistema fiscal es uno de los engranes que favorece la subsistencia de tal esquema. La aparente complejidad técnica del mundo tributario ha permitido que grotescos abusos por parte de quienes más reciben del aparato productivo, hayan sobrevivido durante décadas. 

El ocultismo tecnocrático ha conseguido que los legisladores sean capturados por el miedo de no ser evidenciados como personajes poco conocedores o de plano ignorantes del tema, dando paso a evidentes perversiones técnicas.

Hay que decir que el primer gran truco para entender el galimatías fiscal en nuestro país, es el concepto de utilidad fiscal, concepto que permite dar y quitar prebendas, por la vía de los deducibles, o incluso, llegando al extremo de la constitución de los regímenes especiales. 

Es desde ahí desde donde debió construirse un nuevo modelo fiscal y no a partir de regímenes que son efecto y no causa. Pero a no negarlo, es un avance que se aborden dichas desviaciones del esquema constitucional. 

Por supuesto, las personas físicas tienen acceso a deducibles tan esporádicos y marginales, que la tasa del ISR es prácticamente aplicada de manera directa. 

En efecto, si se parte de una base cuyos elementos cambian de persona a persona, pueden introducirse variables que hagan posible la proporcionalidad y la equidad exigida hasta ahora constitucionalmente, pero también, como en el caso mexicano, puede servir para ocultar ingresos, exagerar costos y erigir prebendas donde los más influyentes pueden escapar de la tasa general. 

Nos guste o, no el impuesto corporativo promedio es del 2 por ciento de los ingresos brutos, en otras palabras, las grandes corporaciones conservan el 98 por ciento de sus ingresos para “cubrir” costos y tener utilidades, en un país donde los cautivos pagan tasa del 30 por ciento de sus ingresos, ya que las deducciones para estos son pura fantasía.

Consolidación y evasión

La concesión fiscal otorgada en los gobiernos panistas para que las empresas pudieran consolidar las ganancias y pérdidas en sus corporativos, será revisada en la reforma 

El cuento de la utilidad fiscal y los regímenes especiales, es una historia que se hilvana desde las altas esferas del poder, situación que ha permitido que los vientos electorales, los patrocinadores y los fiscalizadores, hayan entrado en un juego perverso hace mucho tiempo. 

A paso y medida que se introdujo el lenguaje ocultista, a modo de gestar un coto exclusivo para iniciados, se erigieron reglas que tienen como objetivo el diluir la utilidad fiscal, el caso extremo por supuesto es el de quienes consolidan peras con manzanas, hasta prácticamente no pagar impuesto alguno. 

En tanto, más allá de la aristocracia empresarial, en el área del manejo territorial de votos, partiendo de asimetrías en ciertos sectores se ha dado trato de personas con bajo perfil educativo y de ingresos, a consorcios que no precisan de ser monopolios para convertirse en minas de oro, tal es el caso de las empresas dedicadas al sector agrario y al transporte. 

No se trata pues de campesinos o choferes de camión, sino de grandes transportistas ocultos tras unidades aparentemente propiedad de hombres-camión, o, comercializadoras del campo, agazapadas tras cultivadores que nunca ven los beneficios que supuestamente derivan del aparato fiscal. 

El régimen especializado ha permitido que intermediarios aprovechen el beneficio que de suyo pertenece a contribuyentes de bajo ingreso.

El costo fiscal de los regímenes especiales no debe verse en cuanto a la población objetivo supuestamente beneficiada, sino en las pocas  empresas que monetizan el beneficio, mediante una y mil simulaciones.

Por ello, aunque en desde Smith y Keynes los tecnócratas han aprendido que debe recargarse el costo sobre las clases que menos acceso tienen a los medios de defensa, hoy ya son insostenibles los regímenes especiales, particularmente el de la consolidación, el cual permite llegar a un indefendible resultado fiscal, al “sumar” las ganancias de unas empresas con las pérdidas de otras. 

El garlito es evidente en los hechos, pero imperceptible en la norma.  Se trata de tener unas empresas en las que se maximizan los ingresos y otras en las que se incurre en gastos, excesos y abusos, para ocasionar pérdidas. El resultado de la suma es que la utilidad fiscal se colapsa y se paga entre el 2 y el 3 por ciento de impuestos sobre los ingresos brutos.

La ampliación de la base es conceptualmente ineludible, pero miente quien diga que ahí está el problema.

No faltarán quien ahora dé irresponsables –pero poco confiables– cifras de cuánto es el impuesto diferido hasta la fecha “registrado” por las empresas que consolidan. La cifra real dejaría claro cuál es el verdadero problema de las finanzas públicas. 

En nuestro país, el problema es que tenemos una pirámide trunca  donde la cúspide donde se concentra el mayor ingreso, prácticamente no paga. Tenemos 30 años ampliando la base, agregando más pobres al sistema fiscal, y ni aún en otras dos décadas agregaremos suficientes pobres que representen lo equivalente a identificar 1 por ciento del impuesto que no pagan las empresas que consolidan. 

En un país donde el principal comprador de medicinas es el Gobierno, y la industria farmacéutica no lleva cuentas serias hace décadas, la propuesta del IVA solo puede ser hecha por ignorantes. El uso de efectivo y la nula fiscalización de inventarios farmacéuticos por parte de las autoridades han generado hoyos negros, a los que sin duda se les puede poner más impuesto que tampoco se cobrará.

La Reforma Peñista

Debe decirse que en su mayoría, los temas de la agenda son los correctos, aunque la ingenua implementación demande muchas mejoras y horas de trabajo.

Primero habrá que destacar que no se incluye IVA en alimentos, ni en medicinas, bandera que durante dos sexenios campeó.  

Ello entraña un cambio cultural, que afortunadamente rompe uno de los paradigmas tecnocráticos. No es mediante impuestos al consumo como se obtiene un sistema tributario justo, eficaz y rentable. La supuesta generalidad no solo era un suicidio político, sino que devela el gran error del tricolor al eliminar una barrera de sus estatutos de manera estéril. Mala asesoría interna y falta de visión.  

En efecto, el uso de medicamentos no mide la capacidad contributiva, sino la necesidad a consecuencia de la enfermedad, que es más recurrente en las clases bajas. 

Lo más destacable de la reforma es que regresa a la esencia de lo que debe ser el sistema fiscal equitativo, los impuestos directos, que demandan más profesionalismo de los recaudadores y no más tecnología para aumentar disimuladamente la carga fiscal de la base de la pirámide. 

En su tiempo Francisco Gil Díaz no sólo acomodó las fichas para una fusión que pasó por encima de los mexicanos con un impacto de 3 mil 500 millones de dólares evadidos, sino que también regresó al esquema que hoy todos pagamos, el régimen de consolidación. 

A sabiendas de que la propuesta no está exenta de batallas campales en tribunales, por parte de las empresas que soportan el ingreso fiscalizable más relevante, se establece un mecanismo de respaldo, y ese, es el aumentar el porcentaje de ISR a los cautivos.

 Esa medida –dicho sea de paso– es la única real y efectiva al siguiente día de la publicación, ya que la supresión de regímenes no tendrá efectos inmediatos, poniendo en la mesa no la capacidad de litigio del Gobierno, que en manos de Javier Laynez, (procurador fiscal de la federación) no arroja buenos números, sino de la capacidad de captura de la mayoría de ministros de la SCJN, a la que José Antonio Meade apeló durante muchos años, de ahí su permanencia. 

IDE y IETU, eliminados

Para todos los nacidos después del 82, debemos recordar que Ernesto Zedillo había encontrado en el 94 la fuente de la eterna impunidad, sí, no obstante que se trata de un personaje anodino, dio en el clavo. Lo importante es tener picaporte en las oficinas que tienen la última palabra. No importa qué se haga, diga o deje de hacer, si la voluntad de la SCJN es propicia, el objetivo está asegurado. 

Ahí reside el monopolio de la verdad formal. El control –de al menos seis– ha sido determinado por presidentes panistas y por uno que sin reconocerlo también lo era. En eso se basó la construcción de un sistema fiscal injusto, a modo y degenerativo de la economía nacional. 

Como muestra bastan dos botones. Al depositar efectivo no se genera riqueza, ni se incrementa valor, solo empleados judiciales pudieron ver constitucionalidad en el IDE. No se trata de control tributario, sino de un exceso ante la incapacidad de las autoridades para combatir el lavado de dinero.

Por otra parte el IETU fue la mejor manera de transferir el flujo al sector público y acabar con el aparato productivo, ahí están las cifras.  De forma que el IETU sirvió para canalizar la  poca liquidez  disponible al sector menos productivo de la economía, asegurando el pago de un gasto corriente absurdo y derruyendo a pequeñas y medianas empresas, las cuales solo tenían como alternativa a la banca más cara del mundo.La desaparición de tales esperpentos fiscales no puede sino aplaudirse.

En cuanto a gravar las utilidades en bolsa, debe decirse que la ley era ya clara en cuanto a que los llamados cruces de acciones tenían un trato fiscal favorable, pero nunca estuvo en ley el abuso mediante el cual operaciones ya cerradas y operadas fuera de bolsa solo se repetían en ella para no pagar impuestos. Las ganancias bursátiles son ingresos como cualquier otro, por lo que era inevitable –tarde o temprano– que ellas y el retiro de dividendos fueran gravados. Sin embargo, es preciso depurar la Bolsa Mexicana de Valores que ha venido construyendo –a partir del control corporativo de sus instancias– un mercado negro de valores, estigmatizado por fallas de sistema, comités simulados, transparencia no efectiva y manipulación perceptible desde su dirección general. El manejo orquestado ha producido riqueza y quebranto, que nada tiene de financiero. Por otro lado la reducción de la carga fiscal de Pemex supone uno de dos supuestos, el primero, que será cubierta y sustituida con el aumento del ISR a los cautivos o bien, que suponen que no enfrentarán mayor adversidad litigiosa. Ambos extremos son preocupantes. 

¿Y el agua de la cerveza?

El IEPS en bebidas gaseosas, siendo México el mayor consumidor de ciertas marcas, es insuficiente, porque debe estar acompañado de otras medidas de salud pública de la aún inexistente Secretaría de Salud. 

El precio del azúcar o sustancias sustitutivas debe ser notoriamente diferenciado, tratándose de uso doméstico. uso que hace de agua el sector cervecero, la Federación no haya establecido fuertes impuestos y desincentivos al consumo de cerveza y al despilfarro de agua en su elaboración.

Finalmente, el apoyo en frontera no debe ser por la vía tributaria, ya que esa medida por su incontrolable generalidad exporta un subsidio, sin reportar el beneficio buscado, por eso resulta conveniente terminar con las tasas diferenciales de frontera y buscar otros mecanismos.. El homologar el IVA parece conveniente, aunque supone que ya tengan diseñado el esquema de promoción a una franja que por razones propias presenta problemas diversos al resto del país. 

Pasar de las buenas intenciones a normas eficaces será el gran reto. Muchas de las reformas constitucionales aprobadas hasta hoy, no eran necesarias, bastaba aplicación de la ley.  

Los discursos políticos que se han incorporado al texto constitucional, sin duda eliminan molinos de viento que no existían. No es deseable alterar el marco constitucional. La consolidación es una criatura que tiene más cabezas de aquellas que atiende la reforma, es sin duda el área más débil de la propuesta. La iniciativa no es meta, sino un mero arranque.

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