Rebelión penitenciaria rebasa a autoridad

La muerte de 13 reos durante disturbios en el Penal de Cadereyta exhibió ayer la incapacidad del Gobierno estatal para controlar esta cárcel, que apenas en marzo había registrado un evento similar con saldo de cuatro internos fallecidos
Jesús Padilla Jesús Padilla Publicado el
Comparte esta nota

En tan solo dos años, el Sistema Penitenciario de Nuevo León se degradó al punto en que no se tiene pleno control, pues las muertes, vejaciones y el autogobierno imperan con impunidad en los penales de Cadereyta, Topo Chico y Apodaca.

Esto ha marcado al gobierno independiente de Jaime Rodríguez “El Bronco”, que no ha logrado erradicar la rebelión de reos afines a células del crimen organizado, quienes presumen que tienen el dominio en estas prisiones.

Incluso, durante esta administración se destacó a nivel nacional por la muerte de 49 reclusos en un motín, en febrero de 2016, la mayor cantidad en la vida penitenciaria del estado.

Ayer, un nuevo amotinamiento en el Penal de Cadereyta exhibió la falta de capacidad del Gobierno estatal para controlar esta cárcel.

El vocero de Seguridad de Nuevo León, Aldo Fasci, confirmó anoche la muerte de 13 reos y saldo de 8 heridos de gravedad, uno de ellos elemento de Fuerza Civil.

Fasci detalló que se esperan las autopsias para determinar cuántos fueron muertos por el uso de la fuerza letal de las autoridades, justificada en el Código Penal, que debió aplicarse para evitar más víctimas luego de que los internos tomaron como rehenes a tres custodios.

Los incendios y disturbios comenzaron desde la madrugada de ayer, con decenas de internos que protestaron contra Samuel Franco, nuevo director de esta prisión, al que acusan de tener supuestos vínculos con el grupo delictivo de Los Zetas.

Así lo denunciaron en varias mantas sostenidas por internos que subieron a la azotea de un ambulatorio de esta prisión.

Para evitar que los uniformados ingresaran,  los reos instalaron barricadas con colchones y cajas en la entrada de un túnel que conduce hasta las celdas, para después prenderles fuego.

Los reclusos advirtieron que continuarían con los desmanes si no lograban una negociación con las autoridades penitenciarias. El autogobierno fue evidente.

Un helicóptero de Seguridad Pública del Estado sobrevoló el Penal y se escuchó por altavoz que el secretario policial, el general Arturo González García, advertía a los reos que tenían 30 minutos para volver a las celdas. Orden que no tuvo efecto en los internos.

La negociación entre una “comisión” de reos con autoridades penitenciarias fracasó, ocasionando que la violencia regresara.

Elementos de Fuerza Civil ingresaron al reclusorio y alrededor de las 18:00 horas las autoridades aseguraron que la rebelión fue disipada.

Reporte Indigo publicó que a través de un documento, altos mandos del Gobierno estatal advertían a los funcionarios penitenciarios que mantuvieran la situación de máxima alerta en los tres Penales.

“Mediante la cual reitera instrucción de mantener la alerta máxima, en el marco de actuación que establece el plan de acción de los centros penitenciarios.

“Para la solicitud de apoyos a la vigilancia e informar en forma verbal y escrita las novedades que ocurran en el centro penitenciario, en razón a lo expuesto y atendiendo a lo ordenado por la superioridad”, dice el oficio.

“El Estado ha transformado las cárceles en crematorios, porque se le está saliendo totalmente de las manos, y los penales siguen siendo una bomba de tiempo”
Samuel GarcíaCoordinador de MC en el Congreso local

Acusan filtración de Los Zetas

Aparentemente un grupo de reos ligado al Cártel del Noreste protestaba por las nuevas medidas de seguridad en la cárcel, así como por el cambio del nuevo director de esta prisión, a quien identifican como Samuel Franco.

“No queremos al director Z”, se apreció en una manta sostenida por varios internos.

Familiares de los reos acudieron al Penal para obtener información de los reclusos, pero no tuvieron fortuna.

Unas 50 patrullas con policías y militares arribaron al centro penitenciario para reforzar la seguridad en el área, y también llegó un camión de bomberos de Cadereyta.

El pasado 29 de marzo, un motín en este centro penitenciario dejó cuatro reos muertos y 21 heridos.

‘No estamos jugando’

Elementos de Fuerza Civil lucharon ayer para disipar el motín de reos en el Penal de Cadereyta, en donde se escucharon varias detonaciones.

Un video en poder de Reporte Indigo exhibe la acción policial para recuperar el control de este centro penitenciario, que estuvo durante toda la mañana y parte de la tarde en dominio de los reclusos.

Se observa cómo varios policías someten a un reo, quien es golpeado cuando se encontraba tirado en el piso.

“Mira la película que nos estamos quebrando cabrón, no estamos jugando… hijos de su puta madre… mira cómo se le están bañando al compa”, se escucha la voz de un reo en el video.

Cárceles son crematorios

El coordinador de Movimiento Ciudadano en el Congreso local, Samuel García, aseguró que las prisiones se han convertido en crematorios.

“Con total respeto, quisiera recalcar que el Estado ha transformado las cárceles en crematorios, porque se le está saliendo totalmente de las manos, y los penales siguen siendo una bomba de tiempo”, señaló el legislador.

Por su parte, el coordinador de la bancada del PAN, Arturo Salinas, aseguró que los disturbios en el Penal de Cadereyta son para recordarle al Gobierno estatal que la seguridad no camina en la entidad.

“Siempre que intenta rendir un informe, siempre sucede un motín o una desgracia para recordarle al gobernador y a su equipo que la seguridad del estado está muy mal”, dijo Salinas.

“Siempre que intenta rendir un informe, siempre sucede un motín o una desgracia para recordarle al gobernador y a su equipo que la seguridad del estado está muy mal”
Arturo Salinas Coordinador del PAN en el Congreso local
Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil