A poco más de seis años de arrastrar el proyecto para la construcción del Cetram Chapultepec, el retiro de 500 comerciantes ambulantes del paradero fue una señal para reactivar la fallida inversión que inició Marcelo Ebrard Casaubón y que Miguel Ángel Mancera Espinosa pretende aterrizar.
En esa zona, las firmas españolas Inveravante y Desarrollo Urbanístico Chapultepec SAPI de C.V. de BBVA Bancomer fueron seleccionadas como ganadoras por la entonces Calidad de Vida, Progreso y Desarrollo para la Ciudad de México, que más tarde se convirtió en ProCDMX.
La historia del Cetram Chapultepec ha registrado irregularidades. Ahí se pretende modernizar uno de los paraderos de mayor afluencia de pasajeros en la capital y construir una torre de 41 pisos que se sumará a las otras megaedificaciones de Paseo de la Reforma.
En abril de 2011, durante el sexenio de Marcelo Ebrard, la Contraloría General del Distrito Federal dio a conocer los resultados de la auditoría 01D, clave 2202 del Centro de Transferencia Modal Chapultepec de la que concluyó que el proceso de selección del inversionista “presenta irregularidades y desapego a diversas disposiciones normativas”.
Desde aquella fecha, el inversionista ganador del proceso, Desarrollo Urbanístico Chapultepec, detalló que el costo general de la obra sería de mil 735 millones,750 mil 262 pesos, mientras que el costo del ATM sería de 114 millones 434 mil pesos.
“Al aplicar el planteamiento original de 2 por ciento de comisión para la Entidad (Calidad de Vida), sobre la inversión total, sería obtener ingresos aproximados por 34 millones 715 mil pesos, en cambio con la modificación que se plasmó de manera discrecional en los criterios de selección, ahora la entidad sólo podrá obtener ingresos aproximados de 2 millones 288 mil pesos), es decir, 32 millones de pesos menos”.
Sin capital suficiente
En la auditoría se detalla que se presentaron dos situaciones irregulares relativas a la información que entregó una de las ganadoras, Desarrollo Urbanístico Chapultepec, las cuales no fueron detectadas ni cuestionadas por Calidad de Vida.
La primera es que aunque se giró invitación a los representantes legales de cinco empresas para que asistieran al proceso de selección, la única que presentó propuesta fue Desarrollo Urbanístico Chapultepec.
La empresa PDI GUTSA declinó participar por los tiempos tan reducidos que les dieron para presentar una propuesta formal.
A diferencia, la documentación que entregó Desarrollo Urbanístico Chapultepec con su propuesta, muestra fechas de elaboración mucho antes de que iniciara el proceso mismo de selección, de lo que se infiere que recibió información privilegiada con anticipación, a manera de favoritismo.
Tampoco se acreditó que la ganadora tuviera el capital social mínimo requerido para garantizar la inversión, de los 300 millones de pesos solicitados como mínimo, la firma sólo presentó papelería por 8 millones 800 mil pesos.
“Con lo cual se corrobora que esta empresa no cumple con el requisito del capital social solicitado”, puntualiza la Contraloría al mismo tiempo de advertir que fue imposible constatar el capital social.
A cinco años de ese informe de la Contraloría General se desconoce si las irregularidades que dieron pie a las observaciones fueron subsanadas.
Algunos funcionarios cercanos al tema en el Gobierno de la Ciudad de México, pidieron tiempo para cotejar si en algún momento de la administración de Marcelo Ebrard o de Miguel Ángel Mancera, las áreas se dieron tiempo de hacer las enmiendas necesarios o si la auditoría del Centram Chapultepec quedó en el olvido.
¿Y el impacto?
Para el diputado local de Morena, José Alfonso Suárez del Real, además de esclarecer aquel proceso de selección del inversionista del Cetram Chapultepec, las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México están obligadas a presentar los estudios de impacto ambiental y los permisos correspondientes del INAH respecto a los monumentos de la zona.
“Me atrevería a decir de una vez que se va a alzar una acción de gobierno de la cual no existe el cumplimiento de la ley”, sentenció.
Explicó que a pesar de que la obra no toca las rejas de la primera sección del Bosque de Chapultepec, sí la acera, lo que significa que la sombra que va a producir la mega construcción de 41 pisos que se planea afectará a los milenarios ahuehuetes que se encuentran en el Bosque de Chapultepec.
“¿Hay estudios?, qué va a pasar con la fuente original del Acueducto, ya el INAH tiene conocimiento de qué se va hacer con ella, la van a recuperar, la van a reinstalar?”, cuestionó.
Aventuró si el gobierno de Miguel Mancera está utilizando como pretexto la modernización del Cetram para dar paso a los desarrollos inmobiliarios.
Desde la Asamblea Legislativa del DF (ALDF), la diputación permanente solicitará a las autoridades involucradas se ingrese la información y luego la comparecencia de los funcionarios responsables para que expliquen el proyecto.