En enero de 2008 la vida de Rafael Méndez Valenzuela cambió por completo luego de ser detenido en el Estado de México. Agentes federales y militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) lo obligaron a firmar una declaración en la que reconocía que formaba parte del grupo criminal La Familia.
Su historia es similar a la de muchas personas que fueron injustamente presas durante el peor año de la guerra contra el narcotráfico del expresidente Felipe Calderón.
Tras 10 años en prisión, un tribunal federal ordenó la reposición del proceso para mantenerlo preso en lo que se investigaban los hechos, esto a pesar de que Rafael ya había cumplido su sentencia en la cárcel.
Debido a esta situación fue que su madre Judith Valenzuela acudió a la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador para exponer su caso, conseguir que la Suprema Corte de Justicia lo revisara y semanas después se ordenara su liberación.
Ya libre, Rafael platica con Reporte Índigo sobre su experiencia con el sistema judicial mexicano, su estadía en prisión y sus planes a futuro para intentar recuperar su vida.
Sus vivencias, que dice le marcaron la vida, las plasmó en el libro Prisionero del Sistema. Testimonio de un sobreviviente a la tortura y la injusticia carcelaria publicado este año por editorial Grijalbo.
Actualmente Rafael estudia la licenciatura en Educación Deportiva en la Universidad Autónoma de Sinaloa y trabaja en el Instituto Sinaloense del Deporte. Comenta que actualmente se encuentra “tratando de vivir la vida”.
“Estoy intentando vivir la vida, con las obligaciones y todo, es mejor que estar tras las rejas. Lo que más he aprendido es a disfrutar de las cosas porque estando uno dentro se abstiene de muchas cosas por las reglas.
“Disfrutar de la libertad es el tesoro más preciado que tengo junto con mi familia y el trabajo. Todavía tengo muchos amigos. En la cárcel se demostró quienes son mis amigos y quienes no”
Hace 13 años Rafael Méndez se encontraba buscando trabajo en la Ciudad de México. Uno de esos días se vio en el Zócalo de la capital del país con un contratista que le ofreció un trabajo para la construcción de una carretera en el Estado de México la cual conectaría Valle de Bravo con Toluca.
Ya en carretera fueron detenidos en un retén policial debido a que la camioneta en la que circulaban tenía un supuesto reporte de robo.
La revisión de rutina se convirtió en 13 años de encarcelamiento injustificado luego de que llegaran agentes de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) y del Ejército.
Con los ojos vendados y esposado de manos, Rafael fue interrogado a la par que torturado. Le preguntaron por “El Perro”, “El Bóxer” y “El Caballo”. Lo subieron a un helicóptero hasta las oficinas de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SIEDO).
Durante su proceso judicial, que transcurrió mientras permanecía interno en el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 1, “El Altiplano” fue víctima de extorsiones, jueces corruptos y de la lentitud de la burocracia del sistema judicial mexicano
Rafael dice que fue encarcelado siendo inocente en una época en la que la política de seguridad exigía elevar el número de detenciones ante la creciente ola de violencia.
Su libertad la consiguió gracias a su madre Judith Valenzuela, quien compartió trinchera con el periodista asesinado, Javier Valdez, en Río Doce, y quien expuso las injusticias de las que fue víctima su hijo en la conferencia mañanera del presidente López Obrador.
Otros casos como el de Rafael Méndez
Rafael está consciente de que corrió con suerte y con una red de apoyo sólida, pero en prisión conoció a muchas personas con historias similares a la de él.
“Conocí a varios compañeros inocentes que los agarraron en una fiesta o que iban por algunos que sí la debían y se llevaban a más gente que ni al caso.
“Si se puede cambiar el sistema. Yo he visto que el presidente le ha puesto atención a estos asuntos, pero no puede dedicarse al 100 por ciento. Hay mucha gente que lleva años peleando y no hay solución. El que tiene el mando es el que pone las reglas. En este sexenio he visto cambios, yo soy uno de ellos, por él (el presidente) estoy aquí en libertad”, expone.
El joven escritor pide al Poder Judicial y a los Ministerios Públicos hacer mejores pesquisas desde las primeras instancias y revisar los casos de muchas personas que fueron detenidas durante el sexenio de Calderón.
A los presos, dice Rafael, les recomienda leer mucho y dedicarse a alguna actividad artística. Durante los 10 años en prisión él aprendió pintura al óleo y perfeccionó su escritura.
“El arte me liberó de este mundo para irme a otro mundo en mi mente. Solamente así pude sobrevivir y me sirvió de terapia. Actualmente, metafórica y literalmente, me siento liberado, voy agarrando otra vez el hilo de la vida aquí afuera. Al principio se me hizo muy difícil salir, me preguntaba cómo me iban a mirar, qué iban a decir, pero con el tiempo me fui acostumbrando, ya me liberé de ese ‘otro mundo’”, concluye.
Los siguientes pasos
Después de la publicación de Prisionero del Sistema. Testimonio de un sobreviviente a la tortura y la injusticia carcelaria (Grijalbo 2022) Rafael Méndez Valenzuela dice que ya está trabajando en otro libro de cuentos sobre el sistema penitenciario.
“Mi siguiente libro será sobre cómo se vive allá adentro. Contaré las historias de las personas que estuvieron internas conmigo”, revela.
A la par, Rafael dice que continuará con sus estudios para ya que haya terminado poder acceder a un mejor puesto dentro del Instituto Sinaloense del Deporte (ISDE).
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