Radio: el negocio se transforma con la 4T

Este medio de difusión es actualmente la principal fuente de información de millones de mexicanos a pesar de los avances tecnológicos, por lo que se encuentra inmerso en un proceso de muchos cambios relacionados con la reconfiguración de sus contenidos y la apertura a nuevos jugadores apoyados por el Gobierno federal
Nayeli Meza y Viviana Bran Nayeli Meza y Viviana Bran Publicado el
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La radio está más viva que nunca. En los últimos años esta industria ha sufrido diversos cambios y con los planes en materia de telecomunicaciones del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador experimentará una nueva transformación.

Derivado de la reforma de telecomunicaciones, en territorio nacional existen cuatro tipos de concesiones de radio: comerciales; públicas; sociales y privadas. Conformando todas un sector que creció más de seis por ciento en el último año, de acuerdo con cifras del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

En el cuarto trimestre de 2018, las telecomunicaciones y la radiodifusión (TyR) aportaron más de 243 mil empleos en el país y la contribución al Producto Interno Bruto (PIB) nacional fue de 2.6 por ciento.

La radio sigue teniendo un amplio potencial en México, a la fecha se mantiene como el medio tradicional con mayor cobertura. De manera mensual llega a 94.1 por ciento de la población del grupo socioeconómico alto y al 83.9 por ciento del estrato bajo.

En México apenas 5.8 por ciento de la población escucha algún programa de radio por internet y el tiempo que le prestan atención no pasa de los 10 minutos

Fabiola Peña, abogada en telecomunicaciones, considera que existe un gran interés en el mercado de la radiodifusión y la mejor prueba de ello es que cada vez más empresarios realizan importantes inversiones, sobre todo en el segmento comercial.

“Es un sector que lleva muchos años enfrentando comentarios de que está por morir, pero constantemente se ha enfrentado a nuevas modernidades y siempre se ha reconfigurado. El mayor valor de la radio es que toca las mentes de las personas y genera un vínculo especial con ellas”, asegura la también Consejera del Consejo Consultivo Ciudadano del Canal del Congreso.

Dentro de la ecuación de la radio pública, el Instituto Mexicano de la Radio (Imer) juega un papel fundamental. Sin embargo se ha enfrentado a malas sintonías: la primera fue el recorte a sus ingresos de 178 millones aprobados para el año pasado, a 159 para el ejercicio fiscal de 2019.

La reducción de su presupuesto, aunado a la prohibición de contratar personas y servicios por honorarios, agudizaron más la crisis del grupo radiofónico que depende del Estado.

Sin embargo, Peña dice que hoy más que nunca los radioescuchas están dispuestos a defender los espacios radiofónicos con los que tienen un mayor arraigo.

“En esta época de coyuntura existe un empoderamiento de las audiencias y sus derechos. La capacidad que tienen para levantar la voz les permite rescatar a medios como el Imer”.

Pendiente la radio digital

La industria de la radio en los últimos años se ha enfrentado a constantes presiones económicas, que muchas veces la han orillado a tomar decisiones que afectan todo su sistema operativo, incluyendo a las personas que hacen posible la transmisión de información.

Además es uno de los medios de comunicación más antiguos en territorio azteca, aproximadamente 51 por ciento de las personas cuentan con este sistema en sus hogares.

Entre los programas más escuchados por el público se encuentran: los musicales con 76 por ciento; noticiarios 35 por ciento; deportes 12 por ciento; entretenimiento 11 por ciento; programas de opinión 9 por ciento; y culturales y científicos 8 por ciento.

A pesar de estas cifras, la radio podría estar en decadencia al tener como competencia directa a plataformas como Google, Facebook, YouTube e incluso Netflix, en donde la mayoría de las personas en la actualidad prefiere pasar su tiempo.

Jorge Negrete, director de la consultoría Mediatelecom Policy & Law, asegura que la radio al ser el primer modelo de comunicación se quedó como parte de un fenómeno a nivel global de sistemas muy caducos y poca capacidad de negocio al no poder adaptarse al entorno digital.

La radio está condenada a evolucionar si quiere salir de sus problemas, tiene que adaptarse a un modelo distinto. Cada vez que se incrementa la banda ancha, hay mayor conectividad y eso reduce las posibilidades para la radio
Fabiola PeñaAbogada en telecomunicaciones

El internet fue una de las alternativas que se encontró para que la radiodifusión pudiera adaptarse a la era digital, sin embargo, esto no ha sucedido porque no generó el interés que muchos esperaban.

En México, apenas 5.8 por ciento de la población escucha algún programa de radio por internet, y el tiempo que le prestan atención, no pasa de los 10 minutos, de acuerdo con la Primera Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales del IFT.

Negrete insiste en que hace falta innovación por parte de los empresarios, porque hasta el momento nadie se ha preocupado por implementar estrategias que liguen a la radio con las plataformas digitales o incluso con la tecnología 5G.

“Esta industria no se está preparando para un ecosistema que está cambiando radicalmente, no va a sobrevivir si sigue manteniendo el mismo modelo burocrático y de administración”.

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Lucha por la expresión

La información es un derecho y tuvo que pasar mucho tiempo para que la radio se desplegará a los lugares más recónditos del país, pues este era un privilegio al que solo unos pocos podían acceder en un principio.

Las barreras de la expresión se rompieron conforme las comunidades que no estaban cerca de las capitales comenzaron a alzar la voz. Así nació la radio comunitaria, como un espacio de resistencia que aún conserva la intención de fortalecer las identidades de los pueblos originarios.

Con esta clase de estaciones, miles de personas tienen la oportunidad de exigir sus derechos, crear conocimiento y estar al tanto de las noticias de otros lugares. Además de que son una oposición a la centralización de los medios y actúan en contra de la violencia, como una forma de lucha permanente.

Las radios comunitarias nacen como un espacio de resistencia que aún conserva la intención de fortalecer la identidad de los pueblos originarios

Erick Huerta, coordinador general de Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad, asegura que la situación de la radio en México es complicada, ya que su audiencia no es tan grande como la de la televisión u otros medios de comunicación.

El coordinador también comenta que en las radios comunitarias e indígenas el tema es mucho más complejo.

A pesar de que el año pasado el IFT abrió la posibilidad de otorgar 29 concesiones de uso social en frecuencia FM y AM en distintos estados de la República, estas no fueron suficientes para cumplir con las demandas actuales.

“De todas las concesiones del país, solo nueve pertenecen a las radios indígenas. Por otra parte, las que no cuentan con ningún tipo de sustento, sobreviven de sus propios recursos e incluso del apoyo por parte de voluntarios. Se debe poner atención a las estaciones que operan de manera inconstitucional, porque son a ellas a quienes les otorgan dichas concesiones”, explica Huerta.

Discriminación comunicativa

Su alto costo es la barrera que les impide mantenerse al aire A pesar de las dificultades para financiarse, y del recorte de 500 millones de pesos que se hizo a la Organización de Radios Comunitarias de Occidente (ORC) por parte del IFT, el número de radios comunitarias e indigenas continúa en aumento.

En el territorio mexicano existen 304 radiodifusoras con fines sociales, las cuales reciben la señal tanto de FM como de AM, de acuerdo con Radio Comunicación Estratégica.

La radio social también se ha visto afectada por las medidas de austeridad que tomó el presidente Andrés Manuel López Obrador, pues además de la escasez de recursos, la falta de una política sólida ha hecho que diversas estaciones detengan sus operaciones.

Por otro lado, especialistas aseguran que las radiodifusoras comunitarias son y serán la alternativa de comunicación más importante para esas poblaciones, ya que cerca de 50 millones de mexicanos siguen sin estar conectados a internet, sobre todo en Oaxaca, Chiapas y Guerrero.

Erick Huerta argumenta que para sacar adelante a este sector es necesario que se atiendan los temas de seguridad, debido a que las agresiones en contra de las radios comunitarias no están exentas de la violencia que aqueja a la labor periodística en el territorio mexicano.

A pesar de las dificultades para financiarse y del recorte de 500 millones de pesos que se hizo a la Organización de Radios Comunitarias de Occidente por parte del IFT, el número de radios comunitarias e indigenas continúa en aumento

Los servicios de comunicación comunitaria se enfrentan a muchos retos para desempeñar su labor, pues están enmarcados en condiciones estructurales de desigualdad y marginación social y jurídica.

En lo que va del 2019 destaca el asesinato de Rafael Murúa, el director de la radio comunitaria Radio Kashanayen en Oaxaca.

“Otro tema que se debe atender es de las concesiones, su trámite se realiza de forma gratuita en la Ciudad de México, pero esto representa un gasto para aquellas radiodifusoras que apenas pueden solventar sus gastos, eso sin tomar en cuenta el tiempo que luego tienen que esperar que va de uno a dos años”.

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Instituciones religiosas buscan participar en la radio

Desde hace décadas, la religión ha intentado llegar a más hogares a través del espectro público con el objetivo de promover sus ideas. Las organizaciones más interesadas en obtener espacios radiofónicos en territorio nacional son las cristianas.

Sin embargo, en el artículo 16 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público se establece que ninguna organización o asociación religiosa podrá obtener alguna concesión para operar medios de comunicación

Gerardo Mantilla, gerente de proyectos regulatorios en Artifex Consulting, considera que el interés de los grupos religiosos en la radio surge porque es un medio que llega a millones de personas, sin importar su ubicación o estatus socioeconómico.

Además, opina que no es malo que existan emisoras con ciertas características religiosas mientras se den las condiciones adecuadas con un formato legal, pero en México esto es complicado.

“Mientras haya pluralidad e igualdad de oportunidades no debería haber inconveniente, aunque se debe establecer un marco normativo adecuado que no viole el Estado laico. También el número de estaciones existentes debe ser representativo en función del número de personas afines a cierta religión”, detalla el analista de telecomunicaciones.

A la fecha, en territorio nacional existen 9 mil 359 asociaciones religiosas, de las cuales 3 mil 185 corresponden a la Iglesia Evangélica Pentecostal, en tanto que mil 246 son parte de la Diócesis Católica Apostólica Romana, de acuerdo con datos de la Dirección General de Asuntos Religiosos de Segob.

A pesar de las posturas en contra, a finales del año pasado, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) entregó una concesión de uso social al Centro de Rehabilitación El Olivo, A.C para transmitir a través del 1620 de AM, en el municipio de Guachochi, Chihuahua.

También en diciembre, Radio Dabar, A.C, consiguió hacerse de la frecuencia 95.5 de FM, en el municipio de Guadalupe, Chihuahua. Tiempo antes, en Hidalgo del Parral, Chihuahua, ya operaba en el 107.9 de FM la estación de corte católico Radio Familia.

Aunque están prohibidas, la asociación civil Libertad y Dignidad contabiliza al menos 170 estaciones de radio clandestinas en el país.

¿La fe mueve a la 4T?

Con la llegada de la Cuarta Transformación, el tema se volvió a poner sobre la mesa cuando en marzo pasado, 20 integrantes de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice) se reunieron en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Días después, el 10 de abril, el IFT dio la autorización a la organización religiosa cristiana La Visión de Dios A.C. para operar bajo el esquema de tipo social una estación de radio, así como un canal de televisión por cable y satélite, ambos en Mérida, Yucatán y sin fines de lucro.

La petición de La Visión de Dios A.C. ocurrió por primera vez en 2017, cuando la organización buscó con el gobierno del entonces presidente Enrique Peña Nieto el otorgamiento de la frecuencia radial 101.9 de FM en el estado del sur.

Una de las voces que más se opuso a esta decisión fue la investigadora de la UNAM Florence Toussaint, quien hace unas semanas declaró que la concesión de radio y televisión a la organización viola la Constitución, pues la difusión de los mensajes religiosos solo debe hacerse dentro de los templos.

El interés por parte de los distintos grupos religiosos en el país por obtener frecuencias de radio a través de las cuales puedan transmitir sus mensajes e ideas se debe principalmente al amplio alcance que este medio de comunicación tienen en México

El presidente López Obrador ha asegurado que se buscará la forma de entregar más permisos a las asociaciones relacionadas con la adoración a Dios sin que ello implique que se deba hacer una reforma constitucional.

Aunque la promesa del mandatario se mantiene firme hasta la fecha, Gerardo Mantilla insiste que esto debe tratarse con especial cuidado, porque abrir la puerta a programas religiosos en radio y televisión en ámbitos comerciales pondría en riesgo la laicidad del Estado.

“Antes de que el regulador otorgue concesiones debe revisar cuáles son los intereses que persiguen los grupos detrás de las estaciones, porque esto abre un espacio a que ocurran irregularidades en materia legal”.

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