El préstamo por 991 mil millones de pesos que el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) otorgó a Mexicana de Aviación, es un crimen financiero, asegura tajante Grabriel Reyes Orona.
El exprocurador fiscal de la Federación agrega que ese crédito no sólo descapitalizó, destruyó y canibalizó las operaciones de Bancomext “porque no era lógico sino metálico”, sino que además, mató a Mexicana.
Reyes Orona dice a Reporte Indigo que los empréstitos que entregó este banco de desarrollo deben ser materia de un escrutinio público y financiero muy profundo, deben ser revisados y auditados para sancionar a los funcionarios bancarios responsables.
Desde un principio, advierte, el financiamiento se estaba dando en condiciones que eran completamente inviables porque nació no rescatable.
Se estaba regalando el dinero al permitirle a los accionistas que encabezaba Gastón Azcárraga, que ya huyeron, llevarse dinero público y dejar a cambio un gran problema a la nación, asegura el exprocurador.
“Alguien tiene que pagar por el otorgamiento de un crédito que no tenía ninguna explicación, ninguna viabilidad, pero que hoy representa un gran quebranto para los mexicanos, pues se convirtió en un mecanismo de rescate a los accionistas”, explica.
La simulación
El punto es que todo eso fue una “simulación”, un quebranto o acto ilícito, asegura Reyes Orona.
Y a quien hay que traer a cuentas, advierte, es a quienes entregaron información falsa para la generación de un crédito como ese.
Si la información fuera cuestionable, pero se hubiera pagado a tiempo el crédito, pues quizá no habría mucho que decir, agrega.
Pero tratándose de un ilícito y no de un cobro de crédito, lo que se debe ver, asegura, es cuál fue la participación de funcionarios internos bancarios con funcionarios de Mexicana de Aviación que hoy están desaparecidos.
Y eso no es contra Mexicana, aclara el especialista financiero, sino contra todos los que participaron en la generación de ese quebranto económico.
De hecho, juzga, esa fue una forma de destruir directamente a la línea aérea.
“La muerte de Mexicana no es una situación fortuita sino bien diseñada y estructurada, en la cual al enfermo lo llenaron de crédito para sacarle el dinero y dejarlo muerto”, indica el especialista en la entrevista.
Un fraude anunciado
La estrategia de saqueo de Mexicana, expone Reyes Orona, fue perfectamente perceptible porque muchos de sus activos fueron vendidos antes de que recibiera el dinero de Bancomext o realizara algunas colocaciones.
“Cuando recibió dinero por distintas vías, ya se sabía que era una operación inviable, por lo tanto la estrategia fue diseñada deliberadamente de manera fraudulenta”, asegura.
Para rescatar el dinero que los accionistas habían metido a la empresa y que perdieron, simularon –con ayuda de funcionarios bancarios- una operación para recibir recursos, dice.
De esa manera, explica Reyes Orona, pudieron rescatar su capital.
Eso es perceptible en diversas etapas del proceso de Mexicana de Aviación, por eso es inaceptable que no haya responsables, reclamael experto.
La deuda
A finales de 2011 Gastón Azcárraga se enfrentó a la quiebra de Mexicana con demandas en su contra de los trabajadores tanto en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores como en la Procuraduría capitalina.
Los empleados se enteraron que el corporativo no había informado a la Bolsa Mexicana de Valores la venta de acciones de la aerolínea, y sólo se quedaba con 30.4 por ciento.
El pago de impuestos fue otra bomba que se activó y obligó a que Manuel Borja, su mano derecha en Mexicana de Aviación, dejara el país.
La Asociación Sindical de Pilotos Aéreos (ASPA) demandó a Azcárraga por ir en contra de la Ley del Mercado de Valores pues no informó sobre el crédito de Banorte por mil 572 millones de pesos, ni el de Bancomext.
El salvavidas de Azcárraga
El tema de Mexicana alcanzó al grupo hotelero, aunque los directivos trataron de deslindarlo al disminuir las acciones.
Pese a que el grupo logró expandirse en América Latina y Estados Unidos, y desarrolló marcas como Fiesta Americana, Fiesta Inn, Live Aqua, Cesar Business, Cesar Park, One y Explorean, las deudas lo seguían.
Para junio del año pasado debía 9 mil 522 millones de pesos, por lo que se vio obligado a vender la totalidad de la compañía aérea.
En su momento Azcárraga dijo que se trataba de una capitalización, pero no fue así.
La venta se la encargó a Rothschild, un banco inglés que se encarga de reestructuras empresariales.
Azcárraga tuvo que dejar Grupo Posadas, del que fue su presidente por más de 20 años.
Grupo Posadas asegura que invirtió 50 millones de dólares en Nuevo Grupo Aeronáutico (NGA), integrado por Compañía Mexicana de Aviación (CMA), Mexicana Click y Mexicana Link.
Pero el 21 de agosto de 2010, Tenedora K revelaba adquirió el 95 por ciento del capital de NGA en una operación simbólica (mil pesos), dado el elevado nivel de pasivos que traía y que la habían llevado a la quiebra.
La otra realidad
La enredada situación de la venta de Mexicana se mantiene así desde 2010. Una lista de futuros compradores que primero son aceptados y luego rechazados por no cumplir con los requisitos de solvencia.
En la edición de junio del año pasado, Reporte Indigo publicó que Med Atlántica, una de las tantas empresas interesadas en adquirir Mexicana, iba a asumir pasivos por cinco mil 500 millones de pesos, pero el dinero nunca se mostró.
En su momento, Christian Cadenas, presidente de la empresa, garantizaba que ese dinero no se pagaría en una exhibición, sino una parte de inmediato, otra en cuestión de meses y el resto en un lapso de 14 años.
Nunca exhibió el dinero aduciendo que no quedaba listo el contrato de reestructura ni se garantizaba el el Certificado de Operador Aéreo (OAC).
Esperaba también que se le regresaran todas las rutas y slots, ya que la aerolínea sin ello no tiene la capacidad de volar.
Pero la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) no otorgó el OAC, Med Atlántica no puso los recursos ni liquidó a los trabajadores y tampoco se firmó el convenio con los acreedores.
Tan sólo la liquidación de los trabajadores se estima en 75 millones de dólares.
La tardanza en la compra de Méxicana, que la llevó al Concurso Mercantil, sólo ha servido para proteger a Gastón Azcárraga.
Un revuelo de intereses
Grupos van y grupos vienen para tratar de ‘rescatar’ a Mexicana, sin embargo, ninguno concreta nada
Casi todos los grupos que se apuntaron para “rescatar” a Mexicana tienen o han tenido alguna relación con la antigua administración de la compañía, Grupo Posadas, que encabezaba Gastón Azcárraga.
El primero que dijo rescataría a la compañía, que estaba en manos de Tenedora K, fue PC Capital, de Pablo Coballasi y representada por Arturo Barahona.
Barahona fue revocado en 2009 como director de Alsea por la Asamblea de Accionistas, se integró al consejo de administración de Mexicana de Aviación en mayo de 2010, durante la administración de Azcárraga.
En marzo de 2011, el entonces secretario del Trabajo, Javier Lozano, confirmaba que PC Capital no tenía recursos para sacar adelante a la aerolínea, después de varios meses de negociaciones.
Luego llegó otro rescatista quien decía contar con 400 millones de dólares para poner a volar a Mexicana.
El empresario canadiense Mikhael Chamis, quien era cercano a Barahona, a quien propuso como director general de la nueva empresa.
Pero no pudo comprobar los recursos solicitados por la SCT, y su representante, Iván Barona, desistió de la operación.
Desde principios de 2011 se aseguraba que ya estaba en la lista Med Atlántica, un grupo de inversionistas representados por el empresario español Christian Cadena.
Pero a la fecha no se exhiben los recursos prometidos, violando la Ley de Consursos Mercantiles para encontrar una reestructuración financiera a la empresa y que pueda volver a volar.
Poco después se dio a conocer que el grupo español tenía entre sus inversionistas a Margarita del Villar Alrich, Martín Alberto Madero López y José Miguel Orozco Ortiz.
Del Villar Alrich es directora de Área Inmobiliaria y de Negocios del Grupo Diarq, cuya propietaria es Gina Díez Barroso Azcárraga, prima en segundo grado de Gastón Azcárraga.
A la fecha no se tiene un grupo firme para Méxicana, la reestructura de sus pasivos ya no se dio y el quebranto oficial es inminente.
Banorte paga el pecado
El pecado que cometió Bancomext con Mexicana, es el mismo que pagó en sus números Banorte, dado que la operación por mil 572 millones de pesos, era sumamente riesgosa, explica el experto.
Pero el mercado ya lo castigó y los costos los han pagado, dice, pues ahora son sus accionistas los que deben exigirle a su administración que vaya tras aquellos personajes que le causaron un quebranto.