El nombre Naasón Joaquín García se ha posicionado, desde el jueves, en las tendencias de Twitter debido a un supuesto homenaje que se le brindó, el pasado miércoles, en el Palacio de Bellas Artes.
El ámpula se levantó entre el sector cultural, social y político debido a que Joaquín García es el líder de la Iglesia denominada La Luz del Mundo y en el recinto jamás se había realizado un evento con tintes religiosos.
Aunque el INBAL salió a desmentir la realización del homenaje, aceptó que sí se pretendió hacer sin la autorización correspondiente pero fue frenado a tiempo… ““Por respeto a los asistentes, el programa artístico se llevó a cabo”, especificó en un comunicado.
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¿Quién es Naasón Joaquín García?
Es el apóstol de Jesucristo, se lee en la página oficial de la Luz del Mundo, Restauración de la Primitiva Iglesia Cristiana, de la cual es el líder.
Nació el 7 de mayo de 1969 en Guadalajara, Jalisco. Según el sitio, a los 14 años dirigió en la Iglesia de Guadalajara un grupo de jóvenes. En ese periodo fue enviado como misionero en España y Portugal, naciones donde apenas comenzaba la obra evangelista.
Por 22 años, fue ministro de la Iglesia en varias ciudades de Estados Unidos, la primera de ellas en Phoenix, Arizona, además de Huntington Park, Nort Hollywood, Los Ángeles, Santa María, San Diego y Santa Ana en California, siendo ungido como diácono en 1994 y como pastor en 2000.
Desde el año 2003 al 2014 fue Director de la Jurisdicción Norte de la Iglesia en México que comprende todos los estados fronterizos con la unión americana.
Por descendencia, Joaquín García tomó el puesto de líder espiritual cuando su padre, Samuel Joaquín Flores, falleció el 8 de diciembre de 2014.
Samuel Joaquín condujo la Iglesia, fundada por su padre Eusebio Joaquín Jonzález, en Jalisco en 1926, durante 50 años. La misma nació en un momento de guerra cristera.
“La expansión de la congregación se sustenta en la promesa religiosa de salvación y en la oferta de bienestar social, es decir, la doctrina y la mejora en las condiciones de vida de los creyentes”, subrayaba Bernardo Barranco en una columna que escribió en La Jornada el 17 de diciembre de 2014.
En 1997 la Iglesia sufrió un embate mediático que la minó de manera considerable: se le acusaba de ser una “secta potencialmente destructiva” y a su líder, Joaquín Samuel, por abuso sexual y pederastia, hechos que jamás se comprobaron.
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