Entre las innumerables manifestaciones que a diario convergen en el Zócalo de la Ciudad de México hay una que por su pequeña dimensión pasa desapercibida: la de los bomberos.
Se trata de 10 integrantes de la heroica corporación, quienes fueron despedidos desde el pasado 13 de julio sin ninguna justificación legal, esto, a pesar de que son trabajadores sindicalizados.
De acuerdo con el bombero segundo, Luis Gerardo Pérez Zaldívar, fueron removidos de sus cargos porque protagonizaron una manifestación en contra de sus superiores.
“Fuimos al Gobierno del Distrito Federal (GDF) unos 300 bomberos a solicitar el apoyo de las autoridades para que se nos dotara de equipo adecuado para las labores de rescate y auxilio”, explica.
Guantes para realizar excavaciones como protecciones de incendios y herramienta de apoyo (llámese pinzas, desarmadores y marros) son de las principales exigencias de los bomberos.
Otro de los factores que generó la protesta del pasado 25 de junio deriva de las condiciones deplorables de los vehículos de uso oficial.
“Los camiones más recientes que usamos son del año 2001 y constantemente se la pasan en los talleres mecánicos por detalles, eso nos hace difícil realizar nuestras tareas diarias”, dice Pérez Zaldívar.
Incluso, hace menos de dos años, la administración de Marcelo Ebrard dio el banderazo de salida a una nueva flotilla de vehículos, “pero se trata de los mismos que tenemos desde hace más de 10 años, solo que recién pintados”.
“Casualmente, a los pocos días de la protesta, el director general del Heroico Cuerpo de Bomberos, Raúl Esquivel, nos mandó llamar a ocho de los elementos que participaron en el mitin”.
Y agrega: “Sin darnos ningún detalle o justificación nos dijo que a partir de ese día ya no trabajábamos más para la institución. Le pedimos una explicación y nunca nos las dio”.
Por esa razón estuvieron en huelga de hambre durante cuatro días; acto de protesta que fue suspendido por un “acuerdo” que las autoridades locales asumieron con los disidentes (consistía en atender sus peticiones)
“Pero a los pocos días nos dimos cuenta de que solo nos tomaron el pelo, y decidimos regresar al plantón por un lapso de 54 días”. La promesa del Gobierno del DF era simple: ya estaba en curso un proceso de licitación.
En entrevista con Reporte Indigo, explica que en los últimos días se pudieron corroborar los dichos de la disidencia.
“Apenas vimos que el grupo élite de los bomberos fue a competir a Puerto Vallarta con bomberos de otras entidades, y los compañeros se tuvieron que regresar al primer ejercicio, desgraciadamente esto es por que la capacitación no existe, eso ya lo sabíamos y es algo que estamos solicitando”.
Tras ser víctimas del supuesto engaño del GDF, reactivaron el plantón.
Conforme la demanda laboral por despido injustificado avanza, el bombero segundo explica que comenzaron a recibir una serie de denuncias penales para presionarlos a dejar su empleo.
‘Tenemos bastantes carencias’
Luis Gerardo Pérez Zaldívar es el único de los 110 bomberos despedidos que ya ganó un laudo, con lo cual espera ser reinstalado en el Heroico Cuerpo de Bomberos en los próximos meses.
Asegura que tuvo que pagar una fuerte suma para defender su caso, pero debido a que no había elementos probatorios para su despido tomó la determinación de recurrir a las instancias correspondientes.
Tiene 21 años de servicio, tiempo en el que ha participado en por lo menos 10 rescates y múltiples incendios.
“Hay bastantes carencias en los servicios de emergencias. Normalmente le tenemos que pedir a los usuarios herramientas básicas para poder auxiliarlos con una fuga de gas o cuestiones de esa índole”.
Con mirada fija al horizonte y voz pausada hace un recuento del equipo que tienen en las estaciones de bomberos:
“Tenemos guantes de carnaza, esos son duros y gruesos para resistir a altas temperaturas, pero no tenemos unos más flexibles como para poder maniobrar con las fugas”.
Por eso asegura que ha podido observar diversos accidentes entre sus compañeros: “en ocasiones se han astillado o lastimado porque los otros guantes que tenemos son de látex”.
Dentro de la corporación trabajan turnos de 24 horas por 48 de descanso. Los sueldos oscilan entre los 3 mil a 6 mil pesos quincenales, según la explicación que ofrecen a esta casa editorial.
En un día normal, tienen una serie de actividades que van de la revisión y mantenimiento de su equipo, al desayuno, prácticas, deporte libre y horario de esparcimiento.
Él, como la mayoría de sus compañeros, se dice apasionado de su trabajo, y asegura que lo único que pide son mejores condiciones y herramientas para continuar su labor.