Qué inmensa incongruencia…

“La izquierda mexicana, por angas o mangas, decide poner como senador de la República a Alejandro Puente, presidente de Canitec y vinculado a Televisa, en lugar de uno de los principales artífices de la discusión política de las últimas décadas y promotor incansable de la reforma del Estado y de la reforma a los medios de comunicación. Qué inmensa paradoja, Porfirio”.

Con estas palabras Carmen Aristegui puso el dedo en la llaga al cierre de su programa radiofónico del pasado viernes, tras su charla con Porfirio Muñoz Ledo.

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“La izquierda mexicana, por angas o mangas, decide poner como senador de la República a Alejandro Puente, presidente de Canitec y vinculado a Televisa, en lugar de uno de los principales artífices de la discusión política de las últimas décadas y promotor incansable de la reforma del Estado y de la reforma a los medios de comunicación. Qué inmensa paradoja, Porfirio”.

Con estas palabras Carmen Aristegui puso el dedo en la llaga al cierre de su programa radiofónico del pasado viernes, tras su charla con Porfirio Muñoz Ledo.

El debate en torno a las arteras acusaciones con las que, mediante un desplegado, Alejandro Puente Córdoba intentó desacreditar el trabajo de la prestigiada comunicadora fue mucho más lejos. 

Al subrayar la incongruencia de que Puente haya sido designado por el Movimiento Progresista de Andrés Manuel López Obrador, como candidato al Senado de la República. 

Esto se hizo luego de echarle atrás la candidatura a Muñoz Ledo.

El diputado petista se comunicó al programa de Aristegui, luego de que Ricardo Monreal charlara con ella. 

Minutos antes, el coordinador de campaña de López Obrador se empeñaba en defender a su candidato con desesperación. 

Argumentaba que era injusto se responsabilizara al tabasqueño por lo de Alejandro Puente, de Movimiento Ciudadano. Decía que él no había participado de la selección de las candidaturas.

Luego vino la llamada de Porfirio. Habló para aclarar cómo fue que lo invitaron a contender por una candidatura que, luego, ya no le sostuvieron. 

–¿Te propuso López Obrador y dijiste sí?

– Sí, me lo planteó amablemente. Le dí una vuelta y luego le dije sí… 

–¿Para ser senador?

– Para ser senador. Y además firmé un documento que está ahí. Me pidieron mis papeles.

Luego Muñoz Ledo añadió: “esa designación no pasó a Consejo Nacional… porque estaba reservada… para una sugerencia de López Obrador. Entonces, a esta persona que no he conocido… pues sí sabían quién era. No es un tema de un desplegado. El tema es una posición respecto de problemas fundamentales de la vida del país que se vieron reflejados en ese manifiesto… No es una puntada. No es una ocurrencia. Es una posición política de fondo, que va mucho más allá de lo que han hecho las telebancadas”.

El legislador que por 40 años ha pugnado por una reforma constitucional en materia de radio y televisión apeló a la congruencia para reconsiderar la candidatura de Puente.

“No puede ser en lógica elemental que alguien critique a una periodista tan distinguida como tú por decir, en otros palabras y desde su trinchera, lo mismo que dice su candidato a la Presidencia de la República. Es que, ¡desafía a la razón! 

“Si Andrés ha hablado de la mafia de poder, no ahora sino desde la otra campaña… Ahí hay una incongruencia que hay que reparar”, afirmó Muñoz Ledo.

El hecho es uno. Contundente. Como sostiene Aristegui, la izquierda mexicana decidió darle la candidatura de senador a Alejandro Puente Córdoba, un empresario vinculado con los intereses de Televisa, e incluso, de Enrique Peña Nieto. 

Qué inmensa incongruencia es decir lo menos.

Fotografía de chableproductions, tomada de Flickr. 

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