Pueblos sin lengua
En México, uno de los países más ricos en diversidad lingüística madre, las lenguas indígenas están a punto de desaparecer. El abandono oficial de los pueblos indígenas y la transculturación, son las principales causas de la pérdida de las lenguas naturales.
De las 74 lenguas indígenas y sus 67 variantes, que reconoce el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) que existen en nuestro país, se estima que por lo menos 28 de ellas están en alto riesgo de desaparecer y otras 21 ya se encuentran muertas.
J. Jesús Lemus
En México, uno de los países más ricos en diversidad lingüística madre, las lenguas indígenas están a punto de desaparecer. El abandono oficial de los pueblos indígenas y la transculturación, son las principales causas de la pérdida de las lenguas naturales.
De las 74 lenguas indígenas y sus 67 variantes, que reconoce el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) que existen en nuestro país, se estima que por lo menos 28 de ellas están en alto riesgo de desaparecer y otras 21 ya se encuentran muertas.
Pese a la recomendación que desde el 2008 hizo la Organización para las Naciones Unidas (ONU) para que los gobiernos con lenguas maternas vivas hicieran un esfuerzo para conservar el legado histórico de los pueblos naturales, actualmente en ninguna instancia del Gobierno federal existen programas para el rescate de las lenguas madre.
En México, la tarea para buscar la conservación de las lenguas indígenas en riesgo de desaparecer, ha corrido por cuenta de organizaciones no gubernamentales, y algunos colectivos de los pueblos indígenas, los que sin mucho éxito, y sin recursos económicos, intentan preservar el legado del habla de los pueblos naturales.
Tampoco ninguno de los gobiernos estatales en donde se asientan los pueblos indígenas que ven amenazada la permanencia de su lengua, como Baja California, Yucatán, Sonora, Baja California Sur, Tabasco, Michoacán, Oaxaca, Nuevo León, Coahuila, Hidalgo, Puebla, Veracruz, Jalisco, Nayarit, Campeche y Chihuahua, han hecho algo para conservar las lenguas originales.
Dialectos muertos
De acuerdo a datos del INEGI, hacia finales del 2015, en México ya estaban extintas al menos 21 lenguas indígenas. Se les considera así porque no tienen hablantes al 100 por ciento, y porque los que hablan esas lenguas son menos de 50 personas, todas mayores de 60 años de edad. Tampoco tienen menores de 10 años que hablen la lengua.
A la fecha, las lenguas indígenas consideradas como muertas por su bajo número de hablantes son Cucapá, Kaliwa y Ayapaneko del norte y sur de Baja California; Papago de Sonora; Qato’k, Caqchiquel, Ixil, Teko y Awakateko de Yucatán; Ayapaneko de Tabasco, Cochimi de Baja California Sur; y Solteko y Papabuko de Oaxaca.
A esas lenguas se suman las que están totalmente extintas, como es el caso del Ópata y el Eudeve que se usó en el norte de Sonora hasta hace 10 años; y el Lipán que se habló entre algunos pueblos indios del norte de Nuevo León, Coahuila y Chihuahua hasta mediados de los 80’s.
También se ha decretado la formal desaparición de la lengua Pochiteco de Oaxaca, que se dejó hablar hace 6 años; el Tubar que se dejó de hablar en los pueblos del norte de Sonora hace 10 años; el Piro de Chihuahua, en desuso desde hace más de dos décadas.
‘El olvido nos ha alcanzado’
El próximo domingo 21 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna, pero para muchos pueblos indígenas de México no habrá mucho que celebrar, pues su principal identidad ha ido desapareciendo de a poco.
“La transculturación se está comiendo a los pueblos indígenas, el olvido nos ha alcanzado. No solo las lenguas están muriendo, también los pueblos naturales. Los gobiernos nos han dejado en el olvido. Parece que quisieran desaparecernos”, dijo Arcadio Lorenzo, indígena de Michoacán.
Y puede que tenga razón. En Michoacán, como en los otros estados donde perviven pueblos indígenas, la población Purépecha solo es objeto de atención del gobierno cuando se trata de presumirlos como atractivo turístico. Oficialmente no hay acciones encaminadas a conservar su cultura ni sus tradiciones, por eso la desesperanza.
Pedro Victoriano Cruz, activista en defensa del pueblo Purépecha, ha sido más claro: la defensa de la cultura indígena es algo más que solo mostrar a los pueblos indios como atractivo para los turistas. La defensa de la cultura debe ser defender sus tradiciones, su cosmogonía, su forma de vida, su lengua. Y para defenderla, el gobierno necesita acciones que arraiguen esa forma de vida entre los propios pueblos indios.
Una de las principales razones por las que la causa principal es la pérdida de las lenguas madres, es la emigración, dijo el sociólogo Nicolás López, de la Universidad Autónoma de Hidalgo. Porque la emigración, lo primero que volverá es la lengua. Y la emigración es causa directa de la pobreza y la marginación en la que el Gobierno federal mantiene a decenas de pueblos indígenas de todo el país, a los que no les queda más opción que dejar sus pueblos.