Psiquiátrico Fray Bernardino, entre carencias y contagios

Residentes del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino atienden a pacientes con coronavirus sin el equipo necesario desde que inició la pandemia, al menos una decena de médicos se contagió del virus y dos tuvieron que ser internados
Laura Islas Laura Islas Publicado el
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Para los médicos que cursan su especialidad en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez los desafíos se multiplicaron durante la pandemia por COVID-19.

No solo enfrentaron los primeros cuatro meses de la contingencia sin equipo de protección necesario, sino que un brote infectó por lo menos a 10 residentes de psiquiatría —de los 100 que hay—, dos de los cuales tuvieron que ser internados.

A esto se suma la difícil tarea de atender a los pacientes que resultaron positivos del virus SARSCoV-2, pero que fueron rechazados de otros hospitales por la dificultad de tratarlos por sus padecimientos psiquiátricos.

De acuerdo con personal médico, la semana pasada había alrededor de ocho pacientes enfermos de COVID-19, mientras que en los meses anteriores el número ha ido de 5 a 10. Aunque no saben con precisión debido a que la información no está disponible para ellos.

Las autoridades del hospital no informan el número de contagios que se presentan en el hospital o el seguimiento de cada caso, la comunidad hospitalaria se entera mediante sus compañeros

El primer caso de SARS-CoV-2 en el hospital psiquiátrico se presentó el 22 de mayo, cuando una paciente empezó a mostrar síntomas como fiebre. Sin embargo, residentes mencionan que nunca se les notificó a ellos, ni con quién había estado en contacto.

“En el momento lo que hicieron fue bajarla al servicio especial, se le hizo una prueba y salió positiva. No se hizo el estudio de los casos que estuvieron en contacto, ya sea en el área de piso o de servicio especial y así se quedó”, narra una residente del cuarto año de la especialidad de psiquiatría, quien pidió omitir su nombre por temor a represalias.

Tras ese caso tuvieron una junta con el servicio de enseñanza y solicitaron varias cosas por escrito para hacer frente a los casos de COVID-19 que se presentaran.

Sin embargo, los residentes generalmente tienen que comprar el equipo para protegerse, ya que la mayor parte del que les dan en el hospital es donado y no siempre está en buen estado.

“Muchas veces los paquetes vienen incompletos y rotos”, relata.

Otro de los primeros obstáculos para los residentes cuando inició la pandemia en marzo fue la falta de los médicos adscritos que tenían riesgos por ser mayores de 60 años con comorbilidades, ya que fueron enviados a sus domicilios.

“Varios de nosotros los residentes, más personal de mayor jerarquía perdimos rotaciones en otros hospitales. Lo que ha hecho el hospital es concentrarnos ahí mismo en la institución”, menciona.

Brote entre residentes

En el hospital hubo un brote de SARS-CoV-2 que afectó a una decena de residentes.

La médica entrevistada por Reporte Índigo narra que ella fue una de las personas que se contagió. Empezó con síntomas como estornudos, congestión nasal, dolor de garganta y avisó al hospital, pero le dijeron que parecían señales de resfriado y que tomara a su consideración acudir o no, recuerda.

“En la noche inicié ya con la falta de olfato y me asusté. Al día siguiente me contactaron para ver cómo estaba, comenté eso y me dijeron ‘busca dónde te hagan la prueba’.

Con el resto de mis compañeros también ha sido lo mismo, les han dicho que busquen por su parte dónde hacerse la prueba, no hay un apoyo real para realizarnos la prueba o para un seguimiento”, agrega.

Ella acudió a realizarse la prueba al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y resultó positivo. Algo que preocupa a la comunidad hospitalaria es la falta de seguimiento de quienes se contagiaron, ya que ellos se enteran por sus mismos compañeros y no porque las autoridades lo notifiquen.

Hace dos semanas apenas empezaron tomar signos a raíz del brote que hubo entre nosotros los residentes, pues obviamente hubo un brote entre los pacientes y nos empezaron a tomar signos a todos. Varios compañeros empezaron con saturación baja, de hecho una compañera salió con saturación de 87 y continuó la guardia como tal (…). Sabemos que no hay mucho presupuesto, pero tampoco se trata de arriesgar la vida de nosotros, ni las de los pacientes, ni las de nuestros familiares que no tienen nada que ver
Residente del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez

Desafío doble en Fray Bernardino

El Fray Bernardino Álvarez es un hospital donde se atiende a personas con padecimientos psiquiátricos y está dividido en dos áreas: hospitalización continua y consulta externa.

En la primera se interna a pacientes que tienen algún problema psiquiátrico agudo que puede poner en riesgo su vida o la de otras personas, como esquizofrenia, trastorno bipolar o ideas suicidas. En la segunda se brinda seguimiento a esos pacientes que ya salieron de hospitalización para que sigan estables.

No es considerado un hospital Covid, pero brinda atención a pacientes que muchas veces llegan asintomáticos y desarrollan los síntomas una vez internos. Incluso a quienes no son recibidos en otros hospitales debido a sus padecimientos.

“Son más vulnerables porque son más difíciles, cuando están en una fase aguda es más difícil que acaten las indicaciones. Por ejemplo: el uso de un cubrebocas, que se laven las manos, que no se toquen la cara o algunas otras partes de su cuerpo.

“En esa parte sí es algo más complejo para nosotros, aunque no es un hospital Covid en muchos otros hospitales no los quieren recibir por la misma cuestión de que a veces se ponen agresivos, se agitan o son difíciles de manejar o de controlar. Eso es a lo que nos enfrentamos nosotros como psiquiatras en un psiquiátrico”, dice la residente.

Médicos residentes denuncian que no hay desinfección constante en varias zonas del hospital ni protocolos para el manejo de materiales

Exponen irregularidades

Debido a la situación, residentes del cuarto año de psiquiatría en Fray Bernardino hicieron público el 3 de agosto un comunicado dirigido a directora del hospital, Rosa María Pazarán Galicia, para exponer las condiciones en las que laboran.

Entre estas se menciona la carencia de condiciones adecuadas para resguardar al personal médico en el área del Triage respiratorio y la falta de señalización en la zona de pacientes positivos o sospechosos.

También denuncian que no hay limpieza o desinfección constante en otras zonas, la nula implementación de protocolos para el manejo del material y, en el caso de los residentes de cuarto año, la falta de equipo de protección especial.

Tras la carta, médicos del hospital señalaron que recibieron una respuesta favorable de las autoridades, aunque no mencionaron cuáles.

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