Monreal proyecta CDMX para 2050

“En su más reciente libro, Proyecto 2.5, una Visión Metropolitana al 2050, el Jefe Delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila presenta una propuesta integral para la sustentabilidad de la Ciudad de México en los próximos años.

Basada en ejes fundamentales como la seguridad pública, movilidad, servicios públicos, medio ambiente y derechos humanos, Monreal Ávila pone sobre la mesa un proyecto de largo alcance para asegurar la viabilidad de la metrópoli rumbo al 2050.

Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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“En su más reciente libro, Proyecto 2.5, una Visión Metropolitana al 2050, el Jefe Delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila presenta una propuesta integral para la sustentabilidad de la Ciudad de México en los próximos años.

Basada en ejes fundamentales como la seguridad pública, movilidad, servicios públicos, medio ambiente y derechos humanos, Monreal Ávila pone sobre la mesa un proyecto de largo alcance para asegurar la viabilidad de la metrópoli rumbo al 2050.

“Una visión muy integral que se llama 2.5 porque se establecen propuestas de políticas públicas de largo alcance hasta el 2050. Tienes que establecer periodos de 15, 20 0 25 años para poder atender adecuadamente la solución de los problemas que te plantean este tipo de ciudades”, sostiene Monreal.

Para el político zacatecano, el cortoplacismo del programa de gobierno es uno de los principales problemas que han ocasionado el rezago que existe en el país, del cuál, la Ciudad de México no es una excepción, por lo que considera que el gran proyecto de ciudad debe de estar por encima de cualquier proyecto político personal.

“Los políticos pragmáticos de los últimos tiempos han estado trabajando casi con una inercia electorera y han descuidado los planes de largo plazo”.

“El político se distingue del estadista en que el político piensa en la próxima elección y el estadista piensa en la próxima generación de ciudadanos, y yo soy de los que piensa que el proyecto es lo más importante, más que el carisma del hombre, más que la personalidad”.

A pesar de priorizar la planeación a largo plazo, Monreal también diagnóstica que hay problemas latentes que requieren soluciones inmediatas, como la seguridad pública, la movilidad y los servicios públicos indispensables, principalmente el agua.

“La basura, la iluminación, las calles y banquetas, los espacios públicos, sí es conveniente meterles la mano pero creo que en el plazo mediato puede irse resolviendo y atendiendo estas necesidades colectivas”.

Proyecto que trascienda

Para que el proyecto planteado por Monreal pueda ser viable a pesar de las restricciones presupuestales y los cambios de gobierno, el jefe delegacional propone el establecimiento de programas multianuales que sean de cumplimiento obligatorio para los futuros gobernantes.

“Yo hablo de programas y proyectos de largo plazo que no deben suspenderse de nuevos partidos o nuevos actores políticos sino continuar los planes fundamentales del desarrollo de la ciudad”.

“Son inversiones multianuales, debidamente programadas en el Congreso de acuerdo con tu presupuesto y sacrificando algunas otras situaciones que la ciudad necesita, pero tienes que priorizar frente a la escasez del recurso, que es lo que podemos garantizarle a la población”.

Asimismo, no cierra la puerta a la participación del capital privada en el proyecto de ciudad a través de esquemas mixtos, porque ante la realidad política que se vive en el mundo, ya quedó atrás el tiempo en que el gobierno lo podía hacer todo.

“No nos podemos cerrar ante una realidad y eso no es estar de acuerdo con políticas neoliberales, ni con el capitalismo salvaje sino simplemente es una economía mixta y creo que la iniciativa privada y la inversión pública deben de mezclarse para poder satisfacer necesidades públicas”.

El mal del siglo

Monreal Ávila recalca que el mayor problema que existe en el país es la corrupción, que se ha convertido en lastre para el desarrollo sustentable, aunque sostiene que ya dejó de ser un problema atribuible a la esfera público sino que se ha arraigado también en el sector privado.

“Los esquemas de corrupción, no solo son institucionales, sino que también son establecidos en el sector privado y la maquinaria de la corrupción cada vez funciona con mayor perfección”.

“la gente ha dejado de creer en las instituciones, en los políticos y en los hombres públicos por los grados de corrupción tan vergonzosos y tan alarmantes que se han observado en los últimos años”, concluye.

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