En la época colonial un mito circulaba por la Nueva España: en Toluca crecía un “árbol diabólico” de cuyas flores de rojo intenso asomaban unas garritas demoniacas.
“Se cuenta que había unos en la Iglesia del Carmen y que fueron talados, imagínate la idiosincrasia de la época que lo relacionaban con el diablo”, narra el doctor Miguel Ángel González Colín, ecologista y científico de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) especializado en arboricultura.
El también docente de la Facultad de Ciencias Agrícolas, donde se forman técnicos en esta área de conocimiento dedicada a la propagación, cuidado y administración de plantas, señala que desde entonces ya se relacionaba a los diablos con Toluca, lo cual explica la adaptación del mote del club de futbol de la capital mexiquense.
Antes de la conquista, la especie ya era muy conocida entre las personas nahuas de la región, quienes la nombraron siglos antes como mecapalxochicuahuitl o mācpalxōchitl cuya traducción al español es árbol con manos de flor.
“Hay investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia que comparten que, en la época de Nezahualcóyotl, por allá de 1495, mandó a traer árboles, plantas y aves de todo el país, principalmente del sureste por su riqueza de biodiversidad y mandó a traer el árbol de las manitas para su jardín principal en el cerro de Tetzcotzinco, en Texcoco, y para su palacio que hoy es el palacio nacional”, añade Miguel Ángel González, estudioso de esta especie en peligro de extinción.
En la época virreinal, el árbol de las manitas se volvió muy famoso, tanto que los célebres científicos Alexander Von Humboldt y Aimé Bonpland visitaron Toluca para conocerlo durante su expedición continental en 1803 con la idea de que era el único ejemplar del mundo.
Por su valor histórico e identitario, la UAEMéx realizó un inventario y plantó retoños en espacios académicos, además de que estudia y protege a este emblema botánico y cultural de Toluca. La Facultad de Ciencias Agrícolas, por ejemplo, fue sede del Primer Foro Árbol de las Manitas con la participación de especialistas que resaltaron su dimensión cultural, propiedades medicinales y recomendaciones para su propagación.
En este evento se plantó un ejemplar de este árbol en el Campus El Cerrillo, que se suma a los del Museo Universitario Leopoldo Flores, la Facultad de Turismo y el plantel “Adolfo López Mateos” de la Escuela Preparatoria.