La amenaza ecológica que representa el aprovechamiento de materiales pétreos por parte de la pedrera Matrimar S.A. de C.V., podría frenarse gracias a la Asociación Ecológica de la Sierra de Picachos A.C. (AESPAC).
Los profesionales crearon un estudio técnico justificativo para ampliar de 75 mil a 163 mil hectáreas el Área Natural Protegida (ANP) bajo la calificación de reserva natural a través de un decreto estatal.
El documento, al que Reporte Índigo tuvo acceso, tendría que ser promulgado por el Gobierno de Jaime Rodríguez Calderón en el Periódico Oficial del Estado y ya está sobre la mesa del secretario de Desarrollo Sustentable, Manuel Vital.
“El presente estudio técnico justificativo considera necesario integrar las Áreas Naturales Protegidas denominadas Cerro El Peñón y las dos áreas denominadas Cerro Picachos, a fin de tener un solo programa de manejo. Así como incorporar, además, áreas que se encuentran fuera de la protección del actual decreto”, menciona el archivo.
Inexplicablemente este documento aún está en la “congeladora” de esta dependencia estatal porque aún faltan algunos detalles por modificar al estudio técnico justificativo.
El tema también ha llegado al Poder Legislativo, pues Luis Armando Torres, diputado de Morena, explica que aunque hay avances para crear el decreto, espera que sea aprobado por el Gobierno estatal.
“Va muy avanzado el tema de ampliar el área protegida de la Sierra Picachos. La ciudadanía exige que sea cuidada de amenazas graves, como la instalación de nuevas pedreras en ese territorio”, expresa el legislador.
La Sierra Picachos cuenta con más de 9 mil 200 ejemplares animales y vegetales y atraviesa los municipios de Agualeguas, Doctor González, Higueras, Marín, Sabinas Hidalgo, Salinas Victoria y Cerralvo, donde existe una pedrera que no sería afectada, según informa Torres.
“Esta propuesta de ampliación no afecta los derechos adquiridos de la pedrera existente en el municipio de Cerralvo y, en consecuencia, favorece el cuidado de los ecosistemas y la biodiversidad existentes en Sierra de Picachos” declara.
Las hectáreas ya reconocidas como Área Natural Protegida de la Sierra Picachos fueron decretadas como zona sujeta a conservación ecológica, conforme a la entonces Ley del Equilibrio Ecológico y la de Protección al Ambiente del Estado de Nuevo León, abrogada por la Ley Ambiental del Estado de Nuevo León actualmente vigente.
Esta última ley no contempla en su clasificación de áreas naturales protegidas las identificadas como “Zona Sujeta a Conservación Ecológica”, por lo que resulta necesario modificar su tipo y homologarlo con aquellas que están permitidas por la Ley Ambiental estatal, entre las cuales está la identificada como reserva natural.
Hábitat del lobo mexicano
La Sierra Picachos alberga el único centro experimental de recuperación del lobo gris mexicano en el país. Sin embargo, no hay un programa de manejo de rehabilitación de animales silvestres.
En todo el mundo sólo existen tres centros experimentales para la conservación de esta especie en peligro de extinción. Los otros dos se localizan en Arizona y Nuevo México, en Estados Unidos.
En la reserva de la Sierra Picachos se han gestado 18 crías en lo que corresponde a la reproducción en semicautiverio del lobo gris mexicano, según refiere la Asociación Ecológica Sierra Picachos (AESPAC).
Esta reserva del lobo está constituida a través de un programa binacional de recuperación, coordinado por la Organización Vida Silvestre, A.C. (OVIS A.C.). El ecosistema dominante es el Bosque Encino, hábitat natural de este animal silvestre.
La Sierra Picachos también es el hogar de al menos 16 especies tales como el puma, el oso negro, el águila real y la codorniz moctezuma, que tiene protección especial según la NOM-059- ECOL-2001.
Blindaje a la sierra de Picachos
El estudio técnico justificativo para decretar una ampliación de ANP bajo la calificación de reserva natural estatal en la Sierra Picachos establece la necesidad de contar con un programa de manejo.
Se trata de blindar la zona para que no sea posible el aprovechamiento de gas de lutitas.
“Al ampliar el polígono de esta importante área natural protegida se pretende blindar la totalidad de esta isla biogeográfica de las amenazas a su integridad. El cúmulo de amenazas ha crecido y destacan el posible aprovechamiento de gas de lutitas”, menciona el documento.
Este proceso implica la fracturación hidráulica, la extracción de minerales no reservados a la federación, la extracción de madera y leña y la cacería furtiva.