Proponen Obispos una Mayor Cercanía con la Sociedad

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó su proyecto global de pastoral con miras a la celebración de los 500 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe y 2 mil de la crucifixión y resurrección de Jesús
J. Jesús Lemus J. Jesús Lemus Publicado el
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Reconociendo que México enfrenta una serie de problemas que van desde el uso de nuevas tecnologías comunicaciones hasta fenómenos sociales como Migración y Ecocidios, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó su proyecto global de pastoral con miras a la celebración de los 500 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe y 2 mil de la crucifixión y resurrección de Jesús, los que acontecerán en los años 2031 y 2033 respectivamente.

En ese contexto los obispos mexicanos proponen “acercarse a la realidad del mundo y del Pueblo de Dios, para apacentarlo” luego de considerar que “ahí contemplamos los dolores, las luchas y los sufrimientos más sentidos, por lo que los representantes de la Iglesia Católica se dicen con la intención de acercarse a la sociedad “para escuchar los gritos de nuestro pueblo”.

En el documento de 74 páginas los obispos reconocen que “el sistema neoliberal, que privilegia lo económico por encima de las personas, está poniendo en riesgo también nuestra casa común”, donde se resalta que “el agua, el aire, el campo y la biodiversidad, se están viendo gravemente dañados por una peligrosa contaminación que afecta a millones de personas por desechos tóxicos y toneladas de basura que se producen cada día, afectando la naturaleza”.

Como parte de los problemas que en México los obispos están dispuestos a encarar dentro de la agenda pastoral para los próximos años, para conmemorar la fe, se destaca también la migración forzada “que ha obligado a muchos hermanos a dejar su pueblo y su cultura, lo que deriva en pobreza, violencia, falta de oportunidades, rechazo racial, político y religioso”.

Así mismo se hace también un llamado a “valorar el rol tan importante que la mujer está desempeñando. Hoy es más evidente, y nos alegra constatar, el arribo de muchas mujeres a los puestos de grandes responsabilidades en sus países, el acceso a la educación de una manera más amplia, la lucha por consolidar cada vez más sus derechos en todos los campos de la vida social, política y económica, así como su presencia valiosa e imprescindible dentro de la Iglesia”.

Pero frente al papel de inclusión que ha asumido la mujer persé, en la agenda del proyecto pastoral los obispos dicen: “vemos con tristeza que aún los rasgos más dolorosos de la pobreza, la desigualdad y la violencia, tienen rostro de mujer, y existe todavía un largo camino con esfuerzos que tendrán que redoblarse para darle el lugar que le corresponde”.

Así mismo, de manera oficial fustigan lo que refieren algunos políticos como logros y avances en materia de gobierno, al referir que “por supuesto, no podemos estar satisfechos con los avances que se han realizado hasta el momento, porque estamos muy lejos de que esta nueva etapa haya traído bienestar, seguridad, paz, justicia y equidad a la mayoría de nuestro pueblo”.

En este planteamiento se reconoce que “hay millones de pobres que siguen clamando por lo necesario para comer dignamente, para tener una educación de calidad, una vivienda digna, un trabajo estable con salario suficiente y una seguridad social que les haga vivir sin angustias su vida de cada día”.

Aun cuando los propios obispos reconocen que “en diferente medida, todos los ciudadanos somos responsables de esta situación que vivimos”, también refieren que “es innegable que hay personas que tienen una responsabilidad más grande sobre esto, porque se han aprovechado de cargos públicos, políticos o influencias inmorales para enriquecerse escandalosamente, dejando en la pobreza y bajo condiciones inhumanas a un gran número de ciudadanos”.

En el proyecto de agenda pastoral también se insiste en que “los mexicanos como sociedad en su conjunto, no hemos sabido involucrarnos responsablemente en el destino de nuestro país, y hemos dejado muchas veces en manos deshonestas y gente sin escrúpulos, el desarrollo de nuestra patria”.

Como obispos, dice el documento, “vemos con inquietud que nuestro Pueblo reclama un mayor acompañamiento espiritual y un especial coraje profético frente a las circunstancias actuales, basado en el testimonio humilde, la vida sencilla y la cercanía habitual al Pueblo de Dios. Como nos lo señaló el Papa Francisco”.

Este documento será el que rija la actividad de pastoral de los obispos católicos en los próximos años, a fin de subsanar lo que allí mismo se reconoce, que actualmente muchas de las órdenes religiosas “han perdido su espíritu evangélico original y les cuesta trabajo integrarse a los planes de pastoral de las diócesis en las que se encuentran”.

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