La corrupción en México es un mal que a pesar de las alternancias, los cambios de Gobierno y de partidos en el poder no se ha podido erradicar, incluso, se ha perpetuado.
De acuerdo con la edición 2022 del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), elaborado por Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana, México obtuvo en percepción de corrupción 31 puntos de 100 posibles.
Por tercer año consecutivo, México mantuvo la misma calificación, ubicándose en la posición 126 de los 180 países evaluados y en el país peor evaluado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a las principales economías del mundo.
Estos últimos años han sido críticos para la percepción de la corrupción en el país, ya que en 2019 y 2020, México había detenido la caída de años anteriores e iniciado un repunte, pero el actual Gobierno federal no consiguió mantener la tendencia positiva por los nulos resultados en el combate a la corrupción y la revelación de nuevos escándalos ligados con la administración en turno.
México evidencia un mayor nivel de percepción de corrupción en comparación con países de la OCDE como Colombia🇨🇴 y Turquía🇹🇷.
En México influyen fenómenos como la ausencia de sentencias en grandes casos de #corrupción, lo que ha puesto en duda la capacidad de la @FGRMexico. pic.twitter.com/TbayYi23i3— IMCO (@imcomx) January 31, 2023
Ante este escenario, especialistas y organizaciones sociales proponen una serie de recomendaciones para comenzar a erradicar este mal.
En lo que coinciden, es que la principal “cura” contra la corrupción es combatir la impunidad a través de más sentencias.
De acuerdo con la organización Impunidad Cero, en México de cada 100 delitos que se cometen, solo 6.4 por ciento se denuncian y de cada 100 delitos que se denuncian, solo 14 se resuelven.
Esto quiere decir que la probabilidad de que un delito cometido sea resuelto en el país es tan solo de 0.9 por ciento, dejando una puerta giratoria para la impunidad.
Las recomendaciones
En el apartado concreto del combate a la corrupción, Transparencia Mexicana recomienda al Gobierno federal aprovechar al máximo el potencial del Sistema Nacional Anticorrupción para orientarlo y sancionar a los responsables de casos emblemáticos de sexenios pasados como el de la Casa Blanca, la Estafa Maestra y Odebrecht.
Pero en días recientes el SNA fue el blanco de ataques por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo calificó de una simulación y un gasto innecesario.
“Lo quiero decir con toda franqueza, ese Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) se creó en plena corrupción, para simular que se iba a combatir la corrupción. No se necesita el aparato ¿Saben para qué se utilizó ese aparato? Para ocultar la información, y así como ese, muchos otros”, arremetió el jefe del Ejecutivo federal.
Se estanca México en percepción de la corrupción: Transparencia Mexicana | Transparencia Mexicana https://t.co/jFL1vIPBXJ
— Eduardo (@CarlosETorres_) January 31, 2023
Sobre estos ataques, el director ejecutivo de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez, critica la postura del presidente, ya que el SNA forma parte de la administración pública federal.
“Hay que tomarse en serio el sistema, coordinarlo bien, asegurarse de que tenga resultados, cambiar la tónica y reconocer que no es tan fácil combatir la corrupción y que no bastaba con que cambiara la Presidencia. Se tiene que hacer una transformación profunda del Gobierno y su relación con el sector privado”, propone.
Transparencia Mexicana además recomienda la recuperación de activos desviados, la cual es una oportunidad para cicatrizar la herida social dejada por años de corrupción e impunidad, la reparación del daño a las víctimas y especialmente garantizar la no repetición.
“Lo más importante son las sentencias porque si no todo se va a quedar en puras declaraciones. Un ejemplo de esto son las 7 mil carpetas de investigación abiertas en la FGR por huachicol de las cuales ninguna tiene sentencia.
“La opinión pública antes compraba, cuando abrían una carpeta de investigación, que estaban haciendo algo, pero la sociedad mexicana es más madura hoy y más educada y sabe que si no hay sentencia no cuenta. En resumidas cuentas las sentencias no han llegado y no se han recuperado los activos desviados”, insiste Bohórquez.
El pasado, el presente y el futuro
El especialista señala que a inicio de esta administración federal hubo un repunte positivo en la percepción de la corrupción en el país, México mejoró algunos lugares y un par de puntos gracias a la expectativa de la alternancia y a que el presidente López Obrador aceptó que la corrupción no era un problema cultural, sino uno sistémico de la clase política.
“Esto generó una enorme expectativa dentro y fuera del país, pero conforme ha ido pasando el sexenio hemos descubierto que ya hay casos de corrupción de los propios funcionarios del presidente López Obrador y en los problemas pasados no ha habido resultados, por eso ha habido un estancamiento”, dice Bohórquez.
Aunque es difícil predecir qué puede pasar al finalizar el sexenio, el especialista considera que viviremos días complicados por las elecciones de 2023 y 2024, procesos en los que seguramente se destaparán varios actos de corrupción.
“Dentro y fuera del partido en el poder están dispuestos a jugar con todo. (…) Si el Gobierno reacciona bien a este llamado de atención y cierra fuerte el sexenio podrían mantener la calificación actual. Pero si en cambio se extravían en una defensa de lo que han venido haciendo hasta ahora, muy probablemente caiga la calificación”, prevé Bohórquez.
Finalmente, el especialista considera que si bien la percepción de la corrupción en México afecta la imagen del país hacia afuera, lo que podría desencadenar fugas en las inversiones extranjeras, la mayor afectación es interna.
“La mayor afectación no está afuera, está adentro. El Gobierno federal hizo una promesa pública de erradicar la corrupción en este sexenio y la sociedad mexicana está esperando resultados que no se han visto ya que no hay ninguna sentencia por los grandes casos de corrupción que el propio Gobierno federal escogió para ir en contra.
“Ha habido una mayor expectativa de que esta vez sí se le dé la vuelta al problema y no parece haber resultados”, concluye.