Habiendo iniciado los procesos electorales en Aguascalientes, Tamaulipas, Durango, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca, todos en manos de la oposición, esta dinámica entre “investigación o invitación” sirve también como un mensaje de López Obrador para los gobernadores que dejarán sus cargos.
En este panorama, hay escenarios como el del priista Alejandro Murat, quien en la reciente visita del primer mandatario a Oaxaca lo reconoció por no solo llevar alegría a la población, sino también por obras y resultados.
En contraste, el panista Francisco García Cabeza de Vaca fue sentenciado por Mario Delgado a que “su destino es la cárcel” luego de que Morena ganó la mayoría en el Congreso de Tamaulipas.
Al respecto, el estratega político José Manuel Urquijo, comenta a Reporte Índigo que ve en la dinámica de investigaciones a administraciones salientes o invitaciones al gabinete “una especie de amenaza muy sutil, muy fina, bastante elegante, pero no deja de ser una amenaza. Si te confrontas y no te alineas, si no quieres cooperar, vendrá el garrote.
“El mensaje va para los que son más duros, más combativos. ‘Mira, si no te alineas, así te puede ir, te van a investigar’. Es una especie de amenaza no oficial, no directa. Mientras que en el caso contrario, “te damos unas vacaciones si te alineas, te dejamos tranquilo, no pasa nada”, dice.
Ricardo Tapia Basurto, académico de la UNAM, agrega que López Obrador también busca desarmar a la oposición.
Ahí está la excelente relación que tiene el presidente con el gobernador de Oaxaca y con José Murat padre. Desde hace tiempo se ha hablado que Alito y Murat pertenecen a este grupo del PRI que ha pactado de facto con el presidente”.
Basurto incluso ve intenciones de hacer algo similar en Yucatán, único estado de la región sureste que no controla Morena y en donde no parte como favorito electoral, siendo que, con la invitación que hizo al panista Mauricio Vila para sumarse al gabinete, López Obrador mostró una intención de mantener una buena relación con el gobernador en funciones.