La complicada situación que enfrenta el INAH debido a su falta de recursos y de personal es otra de las aristas a analizar.
En un comunicado, el Instituto aseguró que su presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados fue de cuatro mil 11 millones de pesos, el cual representa un incremento de 93 millones de pesos con relación al autorizado para 2021.
No obstante, no es suficiente comparado con la labor que las y los investigadores tienen que realizar.
“El patrimonio requiere una atención y un proceso puntual, efectivo, no solamente sacar lo que se recuperó, cuando además, hay materiales que no son prehispánicos, son reproducciones, y da vergüenza ajena. Nosotros, en vez de decir ‘oiga, autoridad, esto no es prehispánico’, nos quedamos callados y es ridículo”, dice la especialista del INAH que pidió no mencionar su nombre.
Para Luis Alberto López Wario, arqueólogo e investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico, no conviene que todos los bienes sean repatriados, pues al no existir una área especializada para examinar su estado, pueden ponerse en riesgo.
Un ejemplo son las exhibiciones que se han organizado para exponer las piezas rescatadas; no obstante, la primera acción que se debe realizar es su estabilización para evitar más daños, porque muchas veces su material es endeble, por lo que tendrían que pasar por procesos de investigación y estudio.
“Necesitamos gente en laboratorios, bodegas adecuadas para su resguardo, también un gran proyecto de trabajo, un plan verdadero hacia dónde queremos ir y cómo queremos lograrlo.
“En el INAH, si las cuentas no me fallan, somos menos de 400 arqueólogos, y la edad de la mayoría de los especialistas ya es alta, de 60 años en adelante, los padecimientos físicos y de salud son muchos, necesitamos relevo generacional”, impera López Wario.
