Problemas a la vista

Las divisiones al interior del partido en el poder y la violencia política que se prevé para los próximos comicios repercutirán en la estabilidad social del país
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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El 2022 cerró con dos fracturas al interior de Morena las cuales dejaron ver a la oposición que la gran maquinaria en el poder no es indestructible.

Por un lado, está la situación de Ricardo Monreal, quien insiste, a pesar de la falta de espaldarazo, en ser el sucesor de López Obrador, lo que lo ha convertido en un opositor en el Senado de la República a varias de las propuestas del presidente, por lo que varios especialistas prevén su salida de Morena.

En el caso de la elección gubernamental en Coahuila, el aspirante y subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía, criticó la encuesta que otorgó la futura candidatura a su compañero de partido, el senador Armando Guadiana.

Para Enrique Ortega, especialista en imagen, opinión pública y redes sociales, la designación del candidato que busque ser el sucesor de López Obrador generará una factura irreparable al interior de Morena, lo cual seguramente viviremos durante este año.

“La ruptura de Morena va a pasar, la pregunta es cuándo, si antes o después de la elección. Esta película ya la vimos en el PRD. Al momento de que el presidente López Obrador salga del poder, va a haber un rompimiento inevitable, pero hay que estar atentos porque podría darse antes.

“Tenemos a Movimiento Ciudadano que muy seguramente será el partido que aglutine a la gente de Morena que no esté tan contenta con la designación y a un Marcelo Ebrard muy fuerte porque aglutina el voto de Morena pero también de la oposición.

“Si no es él el elegido, sabe lo competitivo que puede ser y lo atractivo que es para cualquier partido tenerlo. Marcelo Ebrard va a ser la figura que defina todo”, prevé.

Además del tema de la sucesión presidencial, Ortega define otros temas que se podrían convertir en crisis para la actual administración, como la poca aceptación que está teniendo entre la población la vacuna contra COVID-19 Abdala y otras posibles filtraciones como ocurrió con los Guacamaya Leaks.

“Estoy seguro que habrá más filtraciones de supuestos actos de corrupción en el primer círculo de la familia López, ya que se ha hablado mucho de sus hijos.

“También hay que estar atentos a qué tanto le afecta o beneficia al presidente todo lo que dice en sus conferencias mañaneras”, concluye.

Los retos en seguridad

Juan Manuel Aguilar Antonio, especialista en seguridad nacional e investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), opina que es importante señalar que no han habido soluciones reales en el combate a la delincuencia organizada en los últimos años a pesar de que que cada vez se ha posicionado más el militarismo en el país.

“Son muy buenos (los militares) recopilando y obteniendo información de inteligencia. Por eso sorprende que no haya una aplicación táctica bien operada de los recursos que ellos mismos producen como pueden ser mapas de distribución del crimen organizado. Vemos que son estudios muy completos pero que no tienen una correlación estrecha en la aplicación táctica operativa para el combate a los grupos criminales”, opina.

El especialista señala que los recientes ataques en contra de altos mandos del Ejército y de la Guardia Nacional en Jalisco y Zacatecas por parte de miembros del crimen organizado deja entrever que este año habrá un recrudecimiento de la violencia en contra de las Fuerzas Armadas.

“Se va a poner a prueba qué tan efectivos y qué tan importante va a ser el papel del Ejército en esa labor. Pueden haber dos escenarios inmediatos: el primero es un desequilibrio en la seguridad pública, un desgaste con altas tasas de violencia y homicidios o puede que haya una aplicación operativa exitosa de contención de la delincuencia organizada porque las Fuerzas Armadas generan muchos recursos de inteligencia que les pueden funcionar”, explica.

Aguilar Antonio además pide prestar especial atención a la violencia política que puede detonarse este año, especialmente en los territorios en donde gobierna la oposición.

“Se puede augurar que nos estaremos enfrentando (entre 2023 y 2024) al proceso más violento con ataques en contra de candidatos y aspirantes. No será una violencia con ataques a la población civil, pero la violencia política sí será muy fuerte.

“También hay que estar atentos a los nuevos contratos políticos y de gobernabilidad que puedan hacer en las diferentes entidades los gobernantes de Morena”, finaliza.

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