La industria de las flores se marchita en la primavera. Por primera vez, millones de madres en México se quedarán sin un detalle durante los festejos del 10 de mayo a causa de las restricciones de movilidad por la pandemia.
Aunque el sabor más amargo será para los productores y comerciantes de flores, ya que aproximadamente el 90 por ciento de sus ventas dependen de esta fecha.
Al no ser una actividad prioritaria, y con el objetivo de evitar aglomeraciones, todos los mercados dedicados a este giro bajaron la cortina del 7 al 17 de mayo, situación de la que muchos no se recuperarán en lo que resta del año.
En México, esta industria emplea de manera permanente al menos a 188 mil personas, genera 50 mil puestos de trabajo eventuales y más de un millón indirectos, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader)
El país cuenta con una posición geográfica privilegiada y esto le ha valido que sea la tercer nación con la mayor superficie destinada al cultivo de plantas ornamentales.
Por entidad, el Estado de México encabeza la lista como el mayor productor a nivel nacional seguido de Morelos, Puebla, y Sinaloa, según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
La floricultura es un negocio vivo en cualquier época del año, pues está presente en eventos religiosos, como bodas, XV años, bautizos o funerales. Además, las flores se utilizan para decorar los hogares e incluso tienen un papel relevante en el sector restaurantero por el lugar que ocupan en las mesas.
Sin embargo, el Covid-19 provocó que muchos productores y comerciantes desperdicien hasta el 80 por ciento de su producción.
Una de ellas es Claudia Tress Valdelamar, quien tiene más de 28 años trabajando por su cuenta en el sector y asegura que nunca había vivido una crisis de esta magnitud, ni siquiera cuando en 2009 se decretó la pandemia de influenza H1N1 tuvo que cerrar su local.
Sequía de ventas de flores en Xochimilco
Cientos de productores de plantas y flores de ornamento ven cómo su inversión se esfuma. Así como en años anteriores, lo apostaron todo pero en esta ocasión recuperarán muy poco.
El suelo de Xochimilco, uno de los más fértiles del país, sigue su ciclo y no entiende de pandemias ni de la sequía de ventas provocada por el aislamiento y la crisis económica por la que atraviesan los clientes.
Las flores que adornaban las casas, las iglesias o los negocios de la capital hoy permanecen con sus tallos aferrados a la tierra de las chinampas.
“Es un golpe muy fuerte para mí y la gran mayoría de mis compañeros. Más por la fecha que se acerca, el 10 de mayo, para la planta ornamental con flor es la temporada con mayor venta en el año. Todos tiramos la casa por la ventana, lo invertimos todo y a la mera hora pasa esto”, cuenta Javier Pérez, productor de plantas en el Barrio Caltongo.
El también biólogo dice que las pocas ventas registradas orillaron a que productores prescindieran de jornaleros que apoyaban en las zonas de cultivo.
Aunque el impacto lo resienten desde hace semanas por la poca afluencia de compradores, Javier asegura que lo más complicado de esta crisis está por venir, debido a que el Día de las Madres es para esta actividad un empujón económico que soporta la inversión de cempasúchil y nochebuena, plantas que se mercan a finales de cada año.
“Si invertimos 100 pesos en enero o febrero ya no estamos recuperando el dinero, sobrevivimos con la poca venta”, añade Pérez.
Otra de las graves problemáticas que afectan a los floricultores de Xochimilco es la pérdida de empleos temporales, debido a que ante la falta de ingresos parte de los productores prescindieron de los servicios de jornaleros quienes apoyaban en las labores de cultivo.
Javier pertenece a una organización llamada Palacio de la Flor, afirma que la integran entre 400 y 600 productores, los cuales se encuentran en la misma situación.
Aun cuando Xochimilco es uno de los puntos de venta más importantes de la capital y del país, a nivel nacional se estima que la industria de las flores registrará pérdidas históricas. Esta actividad deja una derrama anual que se aproxima a los 6 mil millones de pesos de acuerdo con Sader.