Preservar la salud mental de los trabajadores
Tras la incorporación de trastornos mentales como el burnout, la depresión, la ansiedad y el insomnio a la tabla de enfermedades relacionadas con el trabajo, la necesidad de preservar la salud mental de los trabajadores en los centros laborales se hace más patente y urgente
Elizabeth González-ManriqueDespués de que en octubre de 2023 el Senado de la República permitiera la adición de cuatro trastornos mentales como enfermedades del trabajo, la importancia de la salud mental en el ámbito laboral se ha hecho más patente que nunca.
De acuerdo con una encuesta realizada por Indeed, motor de búsqueda de trabajo que opera en más de 50 países y en 28 idiomas, 67 por ciento de los trabajadores de México consideran a la salud mental como un aspecto muy importante de sus vidas.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su informe Panorama de la Salud 2023, durante 2020 la tendencia a padecer depresión creció un 71 por ciento, en tanto los casos de ansiedad escalaron a tal punto que 5 de cada 10 personas la tienen o presentan síntomas.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la importancia de contar con un trabajo, pues esto garantiza un medio de vida, da un sentido de confianza, propósito y logro, ofrece oportunidad para las relaciones positivas y la inclusión en una comunidad y otorga una base para establecer rutinas estructuradas.
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Sin embargo, la falta de estructuras eficientes y apoyo en el trabajo, especialmente para quienes viven con trastornos mentales, puede afectar la capacidad de las personas para ser eficaces y disfrutar con su trabajo, menoscabar la asistencia a los centros laborales y dificultar la búsqueda y permanencia en otra fuente de empleo.
Diana, una psicóloga de profesión residente en el Estado de México, relata que renunció a su trabajo tras laborar en el sitio durante 15 años después de desarrollar depresión profunda, ataques de pánico y ansiedad, bajar de peso y perder cabello debido al estrés, violencia y presión que ejercían sus empleadores en contra de ella.
Las consecuencias
La OMS menciona que los riesgos para la salud mental en el trabajo, también llamados riesgos psicosociales, pueden estar relacionados con el contenido o el horario del trabajo, las características específicas del lugar de trabajo o las oportunidades de desarrollo profesional.
Entre los riesgos a la salud mental se encuentran: cargas o ritmo de trabajo excesivos, falta de personal; horarios excesivamente prolongados, antisociales o inflexibles; condiciones físicas de trabajo inseguras o deficientes; apoyo limitado por parte de colegas o supervisión autoritaria, entre otras.
Diana laboraba para una universidad, bajo honorarios asimilados, sin condiciones mínimas de trabajo que le otorgaran seguridad social.
“Empecé ahí mis prácticas profesionales, posteriormente fui capturista y luego me ascendieron a jefa de departamento. Después me cambiaron a otro departamento donde yo me dedicaba a muchas cosas al mismo tiempo, entre evaluación de revistas científicas, comunicación con editores, visitas guiadas, conferencias, elaboración de presentaciones, administración del personal, protección civil, entre otras.
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“El problema comenzó cuando mi jefe inmediato renuncia y colocan en su lugar a otra persona, que ese no fue el problema ya que hicimos buen equipo, el problema es que los directores decidieron querer tener más ‘control’ de mi departamento, ya que no tenían ni idea de que hacíamos y como lo hacíamos solo veían los resultados que mi jefe anterior y yo lográbamos.
“Por eso fue que comenzó el acoso, querían a cada rato reportes, exceles, gráficos, elevaron la producción, veían errores en cualquier cosa. Hasta ahí estaba soportable por qué la mayor parte se la llevaba mi jefe Venezolano, hasta que él tuvo que renunciar para regresar al país del que es originario. Antes de esto fue la pandemia y el Home Office, razón por la que se les olvidó que teníamos horarios laborales y me llegaban a escribir a todas horas todos los días, ya fuera fin de semana, vacaciones o la 1 de la mañana. Fue ahí donde empezó la ansiedad”, relata Diana.
De acuerdo con Sheyla Zavala Gutiérrez, psicóloga experta en Desarrollo Humano y Habilidades Directivas, uno de los primeros síntomas de estrés laboral se manifiesta en los materiales que un subordinado entrega a un superior.
“Una de las primeras evidencias de que el rendimiento del colaborador se ha visto afectado por el estrés laboral es medible en sus entregables que son medibles para su desempeño. Entrega a destiempo, no hace las cosas como se le solicitan, que algunas cosas ya ni siquiera las esté entregando, que ya no se note la proactividad que en algún tiempo hubo. También se presenta aislamiento, especialmente si el ambiente laboral es hostil, ya sea por las actividades, los demás colaboradores o los líderes del proyecto”, explica Zavala.
En un informe realizado en 2023, Indeed mencionó que las generaciones compuestas por menores de 30 años manifestaron, en una proporción de 6 de cada 10, que consideran la salud mental como un asunto muy importante en sus vidas.
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De que esta condición se cumpla dependen temas como su seguridad financiera, relaciones personales, equilibrio entre la vida laboral y personal, salud física y éxito profesional y laboral.
“En los últimos años hemos experimentado cambios en las prioridades y necesidades de los empleados. Ya no basta con tener un buen salario. Las personas necesitan un ambiente saludable para desarrollarse en un lugar de trabajo seguro para tener crecimiento personal y profesional, sin sacrificar su salud que puede causar efectos secundarios como depresión o agotamiento, por ejemplo”, explicó entonces Madalina Secareanu, manager de Comunicación Corporativa de Indeed para América Latina.
Con la ley de su lado
El llamado burnout, la depresión, la ansiedad y el insomnio son trastornos mentales que fueron reconocidos como padecimientos que pueden ser causados por las actividades en los centros de trabajo.
En octubre del año pasado, el Senado de la República aprobó una reforma a los artículos 513, 514 y 515 de la Ley Federal del Trabajo (LFT), con el objetivo de actualizar la tabla de enfermedades laborales, que tenía más de 50 años sin modificarse.
Aunque desde 2018, a través de la NOM-035, se reconoce que las condiciones en las que se desarrolla un trabajo, como la sobrecarga, las jornadas extensas, o los malos liderazgos, tienen un impacto negativo en la salud mental, fue hasta 2023 que se incluyeron a estas enfermedades entre los padecimientos causados por las malas prácticas laborales.
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Laura Lara, quien ha laborado como personal administrativo en hospitales, padeció varias de estas condiciones, hasta que finalmente consiguió un traslado a otra unidad, donde estos problemas no se presentaron más.
“Estuve cuatro años en la recepción del laboratorio clínico de un hospital público. Aunque el servicio tenía suficiente personal administrativo para la carga de trabajo, la jefa no repartía equitativamente las actividades y toda la carga de trabajo recaía en tres personas. Yo era una de ellas, llegaba a atender unos 500 pacientes por turno y tenía que hacerlo rápido.
“Literalmente no podíamos pararnos al baño porque los usuarios se molestaban, y con justa razón porque la fila era larga pues sólo atendíamos dos personas. En casa surgió una situación de salud, más esta situación de estrés e infravaloración a mi trabajo, lo que me obligó a hacer uso de todos mis días sindicales, y como metí todos mis permisos en 8 meses pues no les pareció; tampoco me quisieron mover de turno, así que terminé por pedir mi cambio de servicio y turno”, relata Laura.
Antes del reconocimiento de estas cuatro enfermedades mentales, el único padecimiento mental reconocido en la LFT como causante de incapacidad era la neurosis, asociada a la fatiga industrial.
En la actualización de la tabla se consideró que todos los trabajadores podían ser víctimas de estos trastornos mentales, sin embargo, se distinguió a los de ciertos sectores como más susceptibles de padecerlos.
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Personal de campos como salud, educación, transporte, atención a usuarios, seguridad pública y privada, fuerzas armadas, atención a desastres y urgencias, buceo industrial, comercio, banca y finanzas, así como el sector industrial, presentan más frecuentemente cuadros de esta enfermedad.
Mitzy Reyes, quien labora en el sector salud, menciona que recibió acoso laboral por parte de su superior, lo que le ocasionó estrés que derivó en insomnio, uno de los padecimientos reconocidos en la nueva tabla.
“Soy enfermera y hace un tiempo estuve laborando en un hospital donde la jefa nos acosaba al punto de gritarnos enfrente de los pacientes únicamente por llevar mal amarrado un zapato. En esa época yo ya no podía pegar el ojo en toda la noche por el estrés que me causaba pensar que al día siguiente tenía que ir de nuevo al trabajo y llegué a pesar 42 kilos.
“Mi otra experiencia fue en mi servicio social. La directora de la clínica nos hacía hacer todo el trabajo que debía repartirse entre ella, la jefa de enfermería, los médicos pasantes y los médicos de base. No nos dejaba comer a nuestras horas y no podíamos sentarnos ni 5 minutos, nos llegó a confiscar los celulares por días a pesar de que los tres teníamos hijos. El tipo de plaza era de pernoctar, estábamos de lunes a viernes viviendo ahí sin celulares, mal comidos, maltratados y sin paga, Quedé traumada, sin uñas, sin mechones de cabello y sin ganas de volver a trabajar nunca jamás en mi vida”, relata.
Hacia la salud mental laboral
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que empleadores, gobierno y organizaciones representantes de trabajadores pueden ayudar a mejorar la salud mental en el trabajo mediante la adopción de medidas orientadas a prevenir los problemas de salud mental relacionados con el trabajo mediante una labor de prevención consistente en proteger y promover la salud mental en el trabajo, apoyar a los trabajadores con problemas de salud mental y creando un entorno propicio.
Por su parte, Indeed recomienda a las empresas, para identificar y ayudar a los empleados, que evalúen periódicamente la satisfacción y el desempeño laboral a través de encuestas o reuniones uno a uno, ya que así será más fácil atender a un trabajador que muestre impactos en su salud mental derivados del trabajo.
Al respecto, Zavala Gutiérrez menciona que es básico que los empleadores conozcan a sus trabajadores más allá de sus funciones y de los resultados que deben entregar.
“Es muy importante que conozcan con quienes están trabajando. Qué los motiva, qué los preocupa, si una persona ya viene con problemas de su casa y a eso le sumas que el ambiente laboral no es el más óptimo, los resultados no serán ni la media de lo que los empleadores están esperando, entonces es básico que los empleadores conozcan a sus colaboradores. Sé que hay empresas donde hay miles de personas y es muy complicado que el dueño conozca a todos, pero esa es la razón por la que hay área y encargados, quienes deben saber con qué personas están trabajando.
“Es prioritario estar alerta ante cualquier signo de un trastorno o una crisis, es importante estar alerta, concientizar a todos los niveles que la salud mental propia es importante y la de nuestros compañeros también, por ello hay que comenzar por educarnos en el valor que tiene el bienestar mental en los centros de trabajo”, explica.
Los trabajadores también pueden cuidar su salud mental a través de varias acciones como incorporar actividades para potenciar el bienestar tanto físico como mental y establecer una rutina, lo que ayuda a reducir el estrés y la ansiedad y mejorar la salud mental.
Los colaboradores deben establecer límites firmes entre el trabajo y la vida personal, mantener horarios regulares para comer, tomar descansos periódicos, realizar actividades físicas como caminar, mantener un espacio de trabajo exclusivo, practicar la meditación o simplemente comunicarse con un amigo o familiar fuera del entorno laboral para aclarar la mente, de acuerdo con Indeed.