No solo la oferta de comida chatarra al interior de las escuelas acerca a los niños al sobrepeso, obesidad y otras enfermedades derivadas de una mala alimentación.
Alicia Ramírez Huerta, expresidenta de la No solo la oferta de comida chatarra al interior de las escuelas acerca a los niños a enfermedades derivadas de una mala alimentación, aseguró que una alimentación adecuada no se circunscribe al ámbito escolar, sino que se cuida desde la primera vez que comemos a través de la lactancia.
“La alimentación básica más fundamental de un individuo es la lactancia materna y ese es un punto que nos perdemos, que cuando tienes un buen fundamento todo lo demás irá mejor.
“Una buena dieta empieza desde el nacimiento, nunca será lo mismo un niño que toma seno materno al que toma leche de lata. Por ello, es primordial que un niño desde que nace y hasta los 6 meses, mínimo, no tome nada que no sea leche materna”, menciona.
Ramírez Huerta explica que otro de los errores relacionados con la alimentación que se comete en el ámbito familiar es saturar de otros sabores los alimentos naturales, lo cual hace a los niños buscar comidas con un alto contenido de sal, azúcar y grasa.
Aunque la extitular de la Asociación Mexicana de Nutriología reconoce que desde hace varios años el Gobierno federal realiza un esfuerzo importante en esta materia, cree que la regulación de venta de comida al interior de las escuelas sigue siendo un tema fundamental, pues aún no se encuentra resuelto.
“Muchas veces pasa que aunque la familia tenga mucho cuidado en el tema de la alimentación en casa, si un día le dan dinero al niño porque no tuvieron oportunidad de mandarle lunch, ese mismo niño puede adquirir una gran variedad de alimentos embolsados, procesados, que tienen una fuerte cantidad de aditivos al interior de la escuela”.
Alicia Ramírez remarca la importancia de que la familia muestre con el ejemplo a los más pequeños, las bondades de comer de manera saludable para mantener la salud.
“Esto no tiene que ser caro, ni platillos complicados, solo tiene que ser la comida que tradicionalmente comemos, la llamada dieta de milpa, la cual le haría mucho bien a los niños, pero desafortunadamente cada vez se le destina mucho menos tiempo a la preparación de alimentos y entonces ¿qué hacemos? Recurrimos a la comida rápida.
“Si vas por cualquier avenida principal de la ciudad vas a hallar una gran cantidad de comida rápida, la cual no es una alimentación original y no contribuye a mantener un buen estado de salud. Estas y otras situaciones van poniendo a los niños en contacto, tanto en la casa como en la cooperativa escolar, con la comida chatarra”, asegura.
De acuerdo con Ramírez, no solo es importante leer el etiquetado frontal de los alimentos, hay que saber interpretar el contenido de los mismos en la tabla nutrimental impresa en el empaque de cada comida procesada.
Te puede interesar:
Sobrevive comida chatarra en las escuelas
Acceso a comida saludable, responsabilidad social