PRD, la lucha por los despojos
El perredismo encara una etapa de definición y el rumbo que seguirá este instituto político para el proceso electoral 2017-2018 en medio de una más de sus crisis internas que amenazan con hacer saltar por los aires lo que queda del otrora emblemático partido de izquierda.
A unos días de que -en teoría- se celebre el Consejo Nacional extraordinario del PRD en donde se decidirán temas fundamentales como la renovación de la dirigencia nacional y la política de alianzas electorales, la falta de acuerdos entre las tribus tienen al Sol Azteca sumido en la inmovilidad y la incertidumbre.
Carlos Salazar
El perredismo encara una etapa de definición y el rumbo que seguirá este instituto político para el proceso electoral 2017-2018 en medio de una más de sus crisis internas que amenazan con hacer saltar por los aires lo que queda del otrora emblemático partido de izquierda.
A unos días de que -en teoría- se celebre el Consejo Nacional extraordinario del PRD en donde se decidirán temas fundamentales como la renovación de la dirigencia nacional y la política de alianzas electorales, la falta de acuerdos entre las tribus tienen al Sol Azteca sumido en la inmovilidad y la incertidumbre.
En los últimos días, las reuniones y los encuentros entre las diversas expresiones políticas al interior del PRD se han multiplicado, sin embargo no ha habido avances significativos y hasta el día de hoy no hay acuerdos definitivos entre los distintos grupos.
Según los estatutos del PRD, la convocatoria para un Consejo Nacional extraordinario tendría que ser emitida por lo menos 48 horas antes de su celebración, por lo que las siguientes horas serán cruciales. Si para las primeras horas del día de hoy no se emite la convocatoria, el cónclave tendrá que posponerse nuevamente.
La versión oficial de los liderazgos perredistas es que el consenso entre los grupos va bien encaminado y que el nuevo aplazamiento obedece a un tema de cálculo político y no precisamente a la falta de acuerdos.
La primera fecha tentativa para la reunión del Consejo Nacional fue el pasado 19 de agosto, pero ante la falta de acuerdos se pospuso a este sábado 26 de agosto, aunque el desarrollo de los acontecimientos no ha sido el esperado y al interior del PRD se da por hecho de que el encuentro se aplazará para el 3 de septiembre próximo.
En lo único que sí parecen coincidir las diferentes tribus del Sol Azteca es que emitir la convocatoria y celebrar el Consejo en las actuales condiciones de polarización sería estéril y sobre todo resultaría propicio para ahondar la división entre las corrientes.
Por si fuera poco, el éxodo de cuadros del PRD rumbo a Morena está lejos de haber terminado, y la desbandada podría acelerarse tras las decisiones cupulares que se tomen en el cónclave perredista.
Mientras la dirigencia, respaldada por algunas corrientes afines, continúa impulsando un Frente Amplio con Acción Nacional y otros partidos y sectores de la sociedad civil, hay otros grupos que se resisten, argumentando que se trata de un pacto contra natura y amagan con dejar las filas perredistas.
Las dos posturas prevalecientes, que incluso ya se han ventilado públicamente son, por un lado, los grupos que impulsan la alianza con el PAN, y por el otro los que defienden que la política aliancista del PRD debería privilegiar una alianza amplia con las fuerzas de izquierda.
La tercera vía, que es la que podría destrabar las negociaciones es que las corrientes perredistas aprueben la conformación del Frente Amplio pero que el candidato que lo encabece sea ciudadano.
Esta alternativa viene respaldada por la corriente Izquierda Democrática Nacional, cuyos liderazgos han recalcado que no apoyarán un frente amplio con un panista como candidato, escenario que incluso los llevaría a evaluar su permanencia en el Partido.
La pugna por la dirigencia
Más allá de las decisiones que se tomen sobre formar o no parte del Frente Amplio Democrático, la pugna entre los grupos internos por quedarse con la dirigencia del partido se cierne como otra amenaza dentro del partido del Sol Azteca.
Aunque al interior del PRD la sensación es que en cuanto al relevo en los órganos de dirección del partido se van acercando las posturas y que hay más coincidencias que en el tema de la política de alianzas, aquí son más las propuestas que se están estudiando.
Sobre la mesa de negociaciones se han considerado las alternativas de que se prorrogue la actual dirigencia, de que sea un Consejo selectivo el encargado de la renovación e incluso de que se haga una elección interna entre la militancia.
Según fuentes al interior del PRD, en las discusiones prácticamente se ha descartado la posibilidad de una elección abierta ya que los tiempos y las condiciones políticas ya dejaron de ser favorables.
De igual forma, una designación de la nueva dirigencia a través de un Consejo electivo -propuesta de la dirigente Nacional Alejandra Barrales- despierta dudas entre ciertas expresiones que temen que esta decisión pueda ser impugnada y que el proceso se pueda judicializar.
La propuesta con mayor coincidencia y en la que más se ha avanzado -aunque tampoco hay acuerdo definitivo- es que la renovación sea a través de la fórmula de sustituciones de los órganos internos y al mismo tiempo emitir una convocatoria para elecciones en agosto del próximo año.
Las principales tribus perredistas han hecho sus cálculos y saben que nadie tiene los números para imponerse en el Consejo Nacional, en donde se requieren al menos dos terceras partes para aprobar cualquier propuesta.
Los días pasan, los plazos legales se van agotando para el PRD y la posibilidad de que el Consejo Nacional sea pospuesto nuevamente -por lo menos una semana más- está cada vez más cerca de convertirse en un hecho.
Con el PRD cada vez más alejado de sus principios fundacionales y en medio de una nueva crisis interna, con posturas cada vez más alejadas entre sus principales actores, el personaje o grupo que se quede con el partido podría tener que enfrentar la tarea de administrarlo y reconstruirlo a partir de despojos.
Sigue la desbandada
Otro riesgo que se advierte al interior del PRD es que la desbandada de militantes -ya sea para continuar haciendo política por la vía independiente o para adherirse a Morena y al proyecto político de Andrés Manuel López Obrador- pueda crecer en los próximos días tras las decisiones que se tomen en el Consejo Nacional.
Sin embargo, en esta ocasión, a diferencia de lo que ha sucedido hasta el momento, donde las renuncias han sido individuales, de diputados, senadores o liderazgos, ahora podrían ser grupos organizados o expresiones los que podrían romper definitivamente con el Sol Azteca.
Uno de los grupos que ha amagado con abandonar las huestes perredistas en caso de que el partido apruebe una alianza con Acción Nacional ha sido Izquierda Democrática Nacional (IDN), cuyos líderes más visibles son René Bejarano y Dolores Padierna.
La senadora ha declarado públicamente que está en contra de una posible imposición de un candidato panista respaldado por el PRD y ha recalcado que no votarán por ningún panista.
Sin embargo, al interior del PRD hay voces que ven en estas señales una medida de presión hacia la dirigencia en búsqueda de mayores posiciones de poder.
Alejandro Sánchez Camacho, secretario de Acción Política del PRD e integrante de IDN asegura en entrevista que la posibilidad de un rompimiento en bloque con el Sol Azteca es un escenario probable en caso de que se imponga un Frente Amplio con el PAN.
“Abandonar el partido es una posibilidad. Nosotros no nos vemos apoyando a un candidato del PAN, evidentemente tampoco del PRI, en todo caso podría ser una figura independiente o incluso una candidatura de izquierda”, advierte.
IDN tiene programado su encuentro nacional el próximo 2 de septiembre en donde se tomarán decisiones fundamentales sobre el futuro de esta expresión política, las cuales estarán supeditadas a lo que se decida en el Consejo Nacional del PRD.
Para el Sol Azteca, una desbandada de tal calibre sí sería un severo golpe, sobre todo si Bejarano y sus afines decidieran dar el salto hacia Morena para ofrecerle su capital político. El efecto sería doble, debilitar al PRD y fortalecer a López Obrador, que sigue sumando adeptos a su proyecto.
El pasado lunes 21 de agosto, seis diputados federales más renunciaron al PRD para sumarse a las filas de Morena. Se trata de Jesús Valencia, Carlos Hernández, Alberto Martínez, Natalia Barón, Héctor García y Ana Leticia Carrera y no se descarta que en las próximas semanas más legisladores puedan seguir el mismo camino.
Ha sido precisamente el partido de Andrés Manuel López Obrador el que más ha crecido, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados desde el inicio de la LXIII legislatura que se instaló el 1 de septiembre de 2015.
Hasta el día de hoy a las filas morenistas se han sumado 21 diputados y 9 senadores, no solo del PRD, sino también de Movimiento Ciudadano e incluso del Partido Verde y el PRI.
Recientemente López Obrador publicó un video en el que adelantó la adhesión de 10 diputados federales del PRD a la bancada de Morena en San Lázaro, lo que de confirmarse llevaría a Morena a convertirse en la tercera fuerza política en la Cámara de Diputados, una posición nada despreciable para un partido de reciente creación de cara a las elecciones de 2018.
‘Choque de trenes’
Para Alejandro Sánchez Camacho, secretario de Acción Política del PRD, la celebración del Consejo Nacional extraordinaria en las condiciones actuales, sería perjudicial para el partido y abonaría a una división más profunda.
“No sería recomendable, si no hay acuerdo lo mejor es no convocar este sábado y mejor convocarlo para la siguiente semana. Tendríamos que llegar con un acuerdo bien construido porque estamos ante una encrucijada histórica en el PRD.
“Estas horas serán determinantes para saber si hay condiciones para convocar al Consejo Nacional este fin de semana o no porque la idea es llegar a un Consejo con gobernabilidad, porque de otra manera puede ser un choque de trenes”, apunta.
Sánchez Camacho reconoce que hasta el momento las negociaciones entre las corrientes no han sido fructíferas y prevalece un ambiente de polarización, y advierte que en caso de una imposición de una alianza con el PAN, la escisión al interior del partido sería mayúscula.
“Sería un escenario de una catástrofe partidaria porque se perdería identidad de izquierda y seguramente la población, la ciudadanía le cobraría la factura en las urnas.
“Ocasionaría una escisión al interior del partido, no solo de IDN sino de otras corrientes. Sería una escisión orgánica, es decir de grupos organizados, ya no serían renuncias individuales como hasta el momento se han hecho, lo que es una diferencia sustancial”.
Mecanismo democrático
Guadalupe Acosta Naranjo, diputado federal perredista y líder de la corriente Iniciativa Galileos, asegura que no es momento de entrar al debate de poner vetos o no a la candidatura del Frente Amplio, uno de los temas sensibles en las negociaciones previas al Consejo Político extraordinario.
“Ha habido opiniones a favor y en contra de poner vetos en el Frente Amplio. En lo particular creo que esas cosas se resuelven con un mecanismo democrático para elegir el candidato, más que con un veto a personas.
“Si el mecanismo es democrático el candidato será legitimado, no debe de estar predestinado a que sea del PAN o a que sea del PRD. Yo creo que esa es la ruta por la que vamos a ir, proponer mecanismos democráticos que resuelvan el problema y que legitimen al candidato o la candidata”, apunta.
Sobre el riesgo de una posible escisión tras las determinaciones que se tomen en el próximo Consejo Nacional, el legislador se muestra confiado a que la hipotética ruptura no llegue a materializarse y que prevalezca el interés común, ya que la conformación del Frente sería un paso para el cambio del rumbo político en el país.
“La unidad para nosotros es muy importante y debemos de trabajar en ella. Donde hemos hecho frentes amplios, hemos salido victoriosos, cuando hemos ido divididos ha ganado el PRI, en todos los casos.
“Creo que estamos por la ruta correcta, el de convocar a un frente amplio, plural, incluyente, que sin duda tendría amplias posibilidades de ganar la Presidencia de la República, gubernaturas y la mayoría del Congreso”, concluye.