No ha terminado el año, apenas ha comenzado la era Mancera y ya el nuevo jefe del Gobierno capitalino puede sumar otro fuerte dolor de cabeza: las pretensiones de los jefes delegacionales sobre los presupuestos de 2013, cuya anunciada reducción podría quitarles margen de maniobra y poder.
La discusión presupuestal comenzó ayer de manera formal en la sede de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, pero las diferencias surgieron ya el pasado viernes, día en que el Gobierno local (GDF) entregó a la Asamblea su propuesta para el primer año de gobierno de Miguel Ángel Mancera.
Según el documento, las delegaciones volverán a ser los entes más castigados.
Reporte Indigo ya adelantó en su edición del 14 de diciembre de 2012 que el apoyo incondicional de los delegados a la administración mancerista podría llegar a su fin.
La razón es que, antes de su toma de protesta, Mancera abanderó a los titulares de las demarcaciones en sus pretensiones de obtener más recursos públicos y dotarlas de más autonomía. Una propuesta que, a medida que fueron transcurriendo los días de diciembre y las reuniones entre ambas partes, se quedó en eso: en una propuesta.
Frente común
Por eso ahora los delegados han cerrado filas y han formado un bloque para exigir más dinero para su ejercicio fiscal 2013.
Los números arrojan un incremento estimado menor al 1.9 por ciento, para la mayoría de las delegaciones. En algunos casos, se observan recortes que no están justificados, según los jefes delegacionales.
Así, el bloque de delegados ha iniciado una fuerte campaña en las redes sociales, donde demandan a los diputados locales más recursos de los que sugiere el GDF. Todo el guión, según lo previsto.
Aunque todos de acuerdo, los diputados panistas se han pronunciado en contra de la política que el nuevo gobernante de la ciudad pretende poner en marcha en las 16 jefaturas delegacionales. En concreto, los delegados Priscila Vera y Édgar Borja afirman que el proyecto del GDF es aumentar el centralismo y el gasto de las demarcaciones territoriales.
De acuerdo con el jefe delegacional en Álvaro Obregón, Leonel Luna, el tema es prioritario pues están en juego los servicios básicos de los capitalinos, sobre todo en el apartado de alumbrado público, bacheo, poda…
“Lo que estamos buscando en esta discusión es que nos aumenten al 25 por ciento del total de los recursos que estima recibir el gobierno entre aportaciones locales y federales”, dijo Luna, quien considera que la petición es factible si se transparenta cada una de las partidas que proyecta el gobierno de Mancera.
En el primer día de debate presupuestal, los legisladores y delegados cabildearon por separado, y hasta en grupo, a fin de conseguir una mayor tajada del pastel .
Mesa de negociaciones
Desde el pasado lunes se instaló una mesa de negociaciones entre los titulares de las demarcaciones y el gobierno de la ciudad, a fin de llegar a un acuerdo y despejar la idea de que se está afectando este rubro.
Los secretarios de Gobierno, Héctor Serrano, y de Finanzas, Édgar Abraham Amador, fueron los encargados durante horas de desactivar una bomba de tiempo llamada “jefes delegacionales”.
En dicha reunión, también estuvo presente el mandatario local, Miguel Ángel Mancera, quien argumentó que las delegaciones sí tienen un aumento en el proyecto presupuestal 2013.
En su discurso, afirmó que la dependencia encargada de velar por los recursos públicos (Finanzas) tiene la instrucción de garantizar la operatividad de las demarcaciones.
“No habrá cabildeo. Lo haremos bien. Estamos platicando para ello”, aseguró Mancera.
Ópticas diferentes
Sin embargo, la óptica de los diputados locales –de todas las bancadas– es muy diferente. Incluso se plantean una redistribución de los recursos públicos del año próximo por varios motivos: el interés de los partidos de oposición (específicamente, el PRI y PAN) por fortalecer su único bastión, la intención de los legisladores de meter mano en la delegación donde se encuentra su distrito electoral, y la pugna entre René Bejarano y Mancera, en la que el primero tratará de sacar ventaja.
La intención de estos movimientos sería reorientar el gasto en cuatro ejes fundamentales: establecimiento de nuevas fórmulas de asignación donde no solo se tome en cuenta el factor poblacional de cada demarcación, la revisión de los recursos que el gobierno central busca enviar a las delegaciones como etiquetados (cifras fijas que los delegados no pueden cambiar), la reducción de compras centralizadas (fijadas por el Gobierno capitalino) y la reasignación de una bolsa cercana a los 28 mil millones de pesos.
En vista de la situación, se prevé que el jaloneo entre los delegados y el GDF desembocará en una discusión que puede alargarse hasta el próximo 31 de diciembre.
Fuentes consultadas por esta casa editorial detallaron que el poderoso grupo bejaranista y algunas tribus de menor envergadura utilizan ya la discusión presupuestal como excusa para formar parte de la estructura de gobierno.
Sería la única solución para que los grupos de poder –dentro del partido del sol azteca– se saltaran el obstáculo del 5 de diciembre, fecha en la que quedaron relegados del gabinete mancerista, por lo que buscan la forma de presionar al mandatario local para que les abra espacios.
La negociación con los delegados está en los extremos. Por un lado, no les dan aumentos más allá del 2 por ciento y, por el otro, aspiran a un mínimo de 7 puntos porcentuales. Pero las estimaciones reales de los legisladores apuntan a que se quedarán con una bolsa similar a la del año pasado y antepasado para subir dos puntos más.