Por un México Solowsiano

Luis Videgaray se define a sí mismo, no como monetarista o Neokeynesiano, sino como Solowsiano.

Es decir, que se apega más a la corriente derivada de Robert Solow, economista neoyorkino conocido por sus trabajos sobre teoría del crecimiento económico.

Según esta teoría, el crecimiento económico no es la adición de trabajadores o el incremento en el capital, es la eficiencia tecnológica. Es el progreso técnico que determina los salarios reales.

Georgina Howard Georgina Howard Publicado el
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Para elevar la productividad y la capacidad de generar ingresos, hay que invertir en innovación y en tecnología, gobierno, universidades y sector privado

Luis Videgaray se define a sí mismo, no como monetarista o Neokeynesiano, sino como Solowsiano.

Es decir, que se apega más a la corriente derivada de Robert Solow, economista neoyorkino conocido por sus trabajos sobre teoría del crecimiento económico.

Según esta teoría, el crecimiento económico no es la adición de trabajadores o el incremento en el capital, es la eficiencia tecnológica. Es el progreso técnico que determina los salarios reales.

Así, sin tapujos, el secretario de Hacienda habló de su tendencia económica y de la corriente que está aplicando México para recuperar los crecimientos que se registraron en las décadas de la posguerra.

Videgaray participó en la conferencia Emtech México, organizada por MIT Technology Review en el Instituto Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe.

Ahí, el funcionario a quien muchos consideran artífice de algunas reformas económicas y financieras que ha presentado el gobierno de Peña Nieto o que están en proceso, explicó los cambios que ha tenido el país en material de productividad en los últimos 30 años.

Entre 1950 y 1980 se registraron altas y bajas, dijo, un crecimiento sostenido de la productividad total de los factores, pero después algo ocurrió y comenzó a registrarse una tasa negativa.

Países como Chile, Irlanda y Corea, que hace tres décadas tenían niveles de ingreso muy distinto al nuestro, hoy tienen tasas de productividad positivas de 1.1 por ciento, 1.9 y 2.4, mientras México reporta una tasa de menos 0.7 por ciento, indicó Videgaray.

“¿Esto se refleja en el crecimiento económico? Sí, de manera muy importante, porque el repunte económico del país es de 2.4 contra 4.9 por ciento en Chile o 6.2 en Corea”.

Esos tres países, precisó el funcionario, ya no son emergentes sino con amplias clases medias que han superado los niveles de pobreza.

Puso como ejemplo la contabilidad del crecimiento en Estados Unidos y lo que expuso Solow en su artículo que ganó el Premio Nobel.

“El crecimiento en los Estados Unidos no se explica por la adición de trabajadores o por la adición de capital físico, sino por la eficiencia con que se utilizan las nuevas tecnologías”, recalcó.

En cambio, aclaró, el panorama de México es muy distinto porque el crecimiento económico lo aporta la fuerza de trabajo y la adición de capital.

“Y la productividad, en lugar de estar contribuyendo a la contabilidad del crecimiento, está siendo un freno”.

En pocas palabras, el secretario de Hacienda reconoció que nos hubiera ido mejor si tuviéramos la productividad que se registraba en 1980. 

“Estamos quedando a deber en materia de crecimiento económico”.

México se rezaga

Si lo vemos en los últimos 10 años, comparado con los países de América Latina, México es el que menos ha crecido en la región, con excepción de El Salvador, acotó el secretario de Hacienda.

Videgaray plasmó esa proyección a 2013 cuando se espera un crecimiento de la economía de 3.1 por ciento, que si bien superior al de nuestro vecino del norte, es insatisfactorio para Europa y muchas naciones de Latinoamérica, porque no ayuda a combatir la pobreza y generar empleos bien remunerados.

Ante este fenómeno, Videgaray propuso crear las condiciones para que la economía sea más productive, basándose en la teoría de Solow.

Una de las formas, detalló a los participantes del MIT, es a través de una rápida adopción de las tecnologías transformacionales, como el Internet de banda ancha, que debería de ser ya un estándar en el mundo.

Pero México, reconoció, es una de las naciones que de manera más lenta está adoptando esta tecnología.

De ahí la importancia de la reforma de telecomunicaciones que presentó el gobierno de Enrique Peña Nieto para abrir la competencia y el acceso a Internet de banda ancha en todos los segmentos, destacó.

Presume sus bondades

Videgaray enumeró lo que se ha hecho hasta ahora con el actual gobierno: se elevó este año el gasto público en innovación y tecnología 11 por ciento y el objetivo es llegar al uno por ciento del PIB en 2018.

Se va a utilizar la banca de desarrollo, en colaboración con la banca comercial, para incrementar el número de patentes.

En México se registran 7.7 patentes por cada millón de habitantes, mientras que en Corea son 2 mil 611, refirió el titular de Hacienda.

Registrar una patente requiere inteligencia, talento, innovación y financiamiento. Uno de los objetivos de la reforma financiera que se presentó es que la banca de desarrollo financie patentes, aseguró.

Y por último, Videgaray señaló que se impulsará el “emprendedurismo” de las mujeres mediante una política de Estado que financie proyectos de innovación y creación de empresas encabezados por este sector.

Apuesta al ‘fracking’

Otra de las tecnologías que deben adoptarse en el país, dijo Videgaray, son las transformacionales.

El “fracking” o la fracturación hidráulica, que es la tecnología que permite explotar el gas y el petróleo de las lutitas, lo que se conoce como el shale gas and oil.

“No es una tecnología emergente, se ha desarrollado en el mundo hace ya varios años y que está en Estados Unidos transformando la competitividad en materia energética”.

Pero México, lamentó, no ha empezado siquiera a aproximarse a este desarrollo tecnológico. Para lograrlo se requiere una reforma energética.

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