Tras el paso del huracán “Beryl” por Quintana Roo y mientras avanza por la Península de Yucatán, muchos se cuestionaron por qué disminuyó la peligrosidad de la tormenta tropical, la razón se basa en la biodiversidad de la zona, cuyo elemento principal son los manglares. Te contamos más sobre este tipo de ecosistemas.
Un manglar es un ecosistema costero caracterizado por la presencia de árboles y arbustos adaptados a vivir en condiciones de alta salinidad, suelos anóxicos, es decir, que no contienen mucho oxígeno y tienen fluctuaciones de mareas.
Se encuentran principalmente en zonas tropicales y subtropicales, donde la mezcla de agua salada del mar y agua dulce de ríos y arroyos, crea un ambiente único para el crecimiento de especies vegetales pertenecientes a varias familias botánicas.
¿Qué tipos de manglares existen en México?
Datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) aseguran que existen cuatro tipos de mangles en México: Rhizophora (mangle rojo), Avicennia (mangle negro) y Laguncularia (mangle blanco), y Conocarpus erectus (Mangle botoncillo), cuyas raíces son raíces aéreas.
Al interior de los manglares habitan muchas especies de peces, aves y otros animales, contribuyendo así a la biodiversidad marina y terrestre. También actúan como sumideros de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático al almacenar grandes cantidades de carbono en su biomasa y en los sedimentos del suelo.
Los manglares son esenciales para la protección de las líneas costeras contra la erosión y los daños causados por tormentas y huracanes, ya que sus raíces y su estructura densa absorben y dispersan la energía del oleaje y los vientos fuertes.
¿Qué es un manglar?
Por tal razón, los manglares funcionan como una barrera natural para aplacar la fuerza del viento y proteger tanto a las construcciones costeras como a la vida de la población. Su protección también sirve para guardar pequeños botes y lanchas dentro de su estructura.
Cuando el manglar tiene dimensiones considerables, como en el caso de los que se encuentran en las costas de Quintana Roo y Yucatán, impiden la penetración del agua de mar tierra adentro, por lo que protege a las comunidades costeras.
Si una ola de dimensiones considerable golpea a un manglar, su energía cinética es absorbida por la masa de troncos, ramas y hojas. Esto resulta en una disminución significativa de la altura y potencia.
Lo mismo sucede en el caso de las ráfagas de viento, pues entre más denso sea el follaje del manglar, más disminuye la velocidad del viento a medida que pasa a través del ecosistema.
¿Qué tipo de seres vivos habitan en un manglar?
Es necesario precisar que los manglares también son hogar de varias especies de animales e incluso albergan una variedad de especies de animales adaptadas a sus condiciones únicas:
- Peces: pez loro, el pez ángel, gobios, blénidos, mero y el pargo
- Crustáceos: cangrejos, como el cangrejo violinista y el cangrejo ermitaño, así como camarones y langostinos.
- Moluscos: caracoles, almejas y ostras se encuentran comúnmente en los manglares, adheridos a las raíces de los árboles o enterrados en el sedimento.
- Aves: garzas, ibis, pelícanos y diversas especies de aves zancudas y acuáticas.
- Reptiles y anfibios: cocodrilo de agua salada y varias especies de serpientes y lagartos.
- Mamíferos: monos, murciélagos frugívoros y roedores
- Invertebrados: insectos, gusanos y esponjas
¿Cómo se forma un manglar?
La revista Ciencia UNAM señala que este conjunto de árboles crecen en las desembocaduras de cuerpos de agua que constituyen una parte importante de la riqueza natural costera en México.
Se constituyen por plantas como:
- Helechos
- Bejucos
- Acarreadas por los ríos
- Lirio
- Apompo
La interacción entre las plantas de mangle y su entorno es crucial para la formación y expansión de los manglares. Las raíces de los manglares no solo proporcionan estructura y soporte, sino que también mejoran la calidad del agua al filtrar sedimentos y nutrientes.
Expertos resaltan la importancia de los manglares en la protección de las costas contra la erosión y las tormentas, así como su papel en la captura de carbono, lo que los convierte en componentes vitales para la salud ambiental y la mitigación del cambio climático.
