ACAPULCO, GUERRERO, 07AGOSTO2012.- El Instituto Guerrerense de la Cultura inició este lunes la segunda etapa de los talleres artísticos Creación y Recreación, dirigido a los jóvenes en conflicto con la ley en el Centro de Ejecución de Medidas de Chilpancingo, donde tomarán clases de canto, teatro, pintura y baile. la directora de Enseñanza y Patrimonio Cultural del IGC, Citlali Guerrero Morales, destacó que para el Instituto es importante atender a los jóvenes que se encuentran privados de su libertad. 
FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

¿Por qué los adolescentes mexicanos se vuelven criminales?… Aquí los factores

Hasta septiembre de 2018 había 6 mil 144 adolescentes en conflicto con la ley en México, de los cuales mil 512 tienen alguna medida privativa de libertad

Violencia intrafamiliar, experiencias traumáticas y abuso de sustancias son algunos de los factores de riesgo que incidieron en los adolescentes que cometieron delitos de alto impacto en México a una edad más temprana que el promedio.

Así lo indica el Estudio de Factores de Riesgo en Adolescentes que Cometieron Delitos de Alto Impacto Social presentado el día de hoy por la organización Reinserta, realizado a 102 adolescentes privados de su libertad en 10 estados del país (Estado de México, Ciudad de México, Yucatán, Michoacán, Puebla, Tabasco, Guerrero, Veracruz, Nuevo León y Sinaloa).

“Tenemos con este estudio tres factores identificados muy claros que adelantan el inicio de la vida delictiva. (…) Si nos preguntábamos que influyen sabemos ahora qué y además cuántos años adelantan la vida delictiva”, explicó la investigadora de Reinserta, Ana Paola Sáenz Jiménez.

En los casos de abuso de sustancias y experiencias de trauma el adelantamiento es de 1.5 años, mientras que la violencia intrafamiliar adelanta 3 años al promedio, pues aunque en general se suele empezar a los 16, en este último caso suelen comenzar a los 13 años, señaló.

De acuerdo con la organización, hasta septiembre de 2018 había 6 mil 144 adolescentes en conflicto con la ley en México, de los cuales mil 512 tienen alguna medida privativa de libertad.

Según el estudio, 4 de cada 10 de los jóvenes vivían con sus padres o hermanos, el 53 por ciento con ingresos menores a los 7 mil pesos y el 36 por ciento vivió violencia dentro de la familia.

El informe señala que el 17 por ciento de los adolescentes vivió violencia sexual en su infancia y el 48 por ciento tenía algún familiar en la cárcel, además de que el 44 por ciento vivió con alguien con problemas de adicciones.

Además, el estudio alerta sobre los niños y adolescentes que entran a trabajar al crimen organizado, quienes tienen factores de riesgo como la existencia de grupos delictivos en la zona en la que viven, el acceso a armas de fuego y vivir con personas que cometieron delitos.

“Los principales delitos que en las comunidades viven los adolescentes son el asalto y la venta de drogas en su colonia, con la venta de drogas hay una cadena muy obvia respecto a reclutarlos, ya sea como consumidores o como vendedores de las mismas”, explicó Sáenz Jiménez.

Un caso es el de Cristian, quien vivía en una zona rural y su familia se dedicaba a la venta de mariguana. Cuando tenía 8 años a su padre lo asesinaron de forma violenta y cuando tenía 10 a él lo reclutaron miembros de cárteles, a los 12 cometió su primer asesinato y a los 13 y 14 recibió entrenamiento militar para ser sicario.

A los 16 años fue detenido por actos relacionados con grupos delictivos organizados, su medida privativa es de 5 y actualmente le falta uno, señala el informe.

La organización Reinserta recomienda políticas públicas enfocadas a la adolescencia y niñez, así como a la prevención de la violencia intrafamiliar, y programas para prevenir el abuso de drogas y sustancias.

Además, Mercedes Castañeda, directora general de Reinserta, urgió un protocolo de desmovilización para jóvenes y que éstos se conviertan en testigos protegidos, ya que muchos temen por su vida al salir de los centros de tratamiento.

También pidió un modelo de reinserción nacional y que los centros tengan ejes de vinculación educativos-laborales, así como que se capacite al personal de estos espacios.

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