Son contados –pero muy notorios- los miembros de la comunidad de la diversidad sexual que participan activa y abiertamente en la política mexicana.
La discriminación que todavía priva en el país ha provocado que muchos políticos mexicanos decidan dejar su orientación sexual en el closet.
Sin embargo, hay quienes deciden vivir su vida en congruencia.
La Ciudad de México ha sido pionera en el combate a la homofobia. En la capital del país se permitió, primero, el establecimiento de las sociedades de convivencia; después se legalizaría el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En los estados del país, sin embargo, la apertura ha sido más lenta.
En la mayoría, los códigos civiles no contemplan la figura del matrimonio igualitario y solo algunas parejas han logrado casarse una vez que han ganado amparos judiciales.
México ocupa el segundo lugar, a nivel mundial, de crímenes por homofobia.
Un informe de la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia señala que en los últimos 20 años se han registrado mil 218 homicidios por homofobia en México.
Algunos miembros de los grupos Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero, Transexual, Travesti e Intersexual (LGBTTTI), sin embargo, han tenido las condiciones para dedicarse al trabajo político y representar no solo a los ciudadanos de la diversidad sexual, sino de sus comunidades.
En el Día Nacional de la Lucha contra la Homofobia, Reporte Indigo presenta dos historias sobre políticos que han ejercido su vocación a pesar de la adversidad.
Rubí Araujo, primer regidora transgénero
Cuando le avisaron a José Luis Suárez Araujo que dos de sus amigos habían sido asesinados en la capital de Guanajuato, supo que debía hacer algo para detener los crímenes de odio en su estado.
Junto con sus amigos comenzó entonces a hacer labores de activismo: dar pláticas, recibir donaciones para ayudar a la comunidad de la diversidad sexual o promover las prácticas sexuales seguras. Comenzaron hace nueve años.
Tiempo después, José Luis y sus amigos pudieron tener el apoyo de una diputada local para conseguir el registro como asociación civil. Buscaron un nombre adecuado al trabajo que hacían, el de una piedra preciosa. Y así dieron con el nombre de “Rubí”.
La gente comenzó a adjudicárselo a José Luis, un hombre transgénero que cambió su nombre a “Rubí” Araujo, y quien se convirtió en la primer regidora transgénero de México.
Lo hizo en uno de los estados más conservadores del país: Guanajuato.
En el Ayuntamiento de la capital estatal, Rubí tomó protesta como regidora suplente el 10 de marzo de este año, cargo al que llegó después de que el titular del puesto, Julio César García Sánchez, pidió licencia de dos meses para enfrentar una acusación judicial por supuestamente golpear a su pareja.
Vestida con un traje sastre color gris y zapatos de tacón; con el pelo y el maquillaje impecables, Rubí Araujo tomó protesta en una sesión de cabildo donde su primer petición fue que la llamaran como Rubí, aunque legalmente sea José Luis.
La llegada al Ayuntamiento de Guanajuato representó para Rubí la culminación de un camino cuesta arriba.
“Ser una persona de la diversidad sexual, en Guanajuato, ha sido mucha carga. Éste es un gran paso que hemos dado y ahora la comunidad lésbico gay estamos ya un paso adelante. Es muy duro, pero vamos abriendo espacios.
“Una vez en campaña me aventaron limones y jitomates, por mi condición; pero lo más duro fue en la escuela, en la secundaria, ahí fue cuando tenía miedo hasta seguir con los estudios porque nos fueran a hacer algo. Antes hasta los maestros eran parte del maltrato. Ahora sí se vive el maltrato, pero se aprende a concientizar a la gente de alrededor que es algo normal”, refirió Rubí, en entrevista.
Su principal logro en el tiempo que estuvo como regidora fue que dos mujeres pudieran contraer matrimonio. Ella llevó el caso ante el cabildo y ahí fue aprobado.
Aunque el titular de la regiduría ya regresó a su cargo, el siguiente proyecto de Rubí es apoyar a una de sus amigas para que cambie su nombre de acuerdo a su identidad sexogenérica.
¿El siguiente paso? Una diputación local o federal. Para Rubí Araujo lo importante es continuar apoyando a la comunidad LGBTTTI en Guanajuato, donde las barreras son más grandes que en otras regiones de México.
Benjamín Medrano, primer alcalde gay
Hoy diputado federal por el PRI, y antes primer alcalde abiertamente gay de Fresnillo, Zacatecas –y del país-, Benjamín Medrano Quezada resume todo en una frase: es más hombre el que cumple sus compromisos.
Parte de una familia de 11 hermanos, desde muy pequeño Medrano tuvo que salir de la comunidad de Nochistlán, Zacatecas, para buscar la manera de ayudar a sus padres a sacar adelante a su familia.
A los seis años de edad Benjamín se incorporó a un mariachi infantil y se fue de gira por varias ciudades de Estados Unidos.
Durante cuatro años, Benjamín enviaba 30 dólares a su familia cada mes. Eran “teloneros” de artistas como Juan Gabriel, Angélica María y muchos otros que cantaban a los paisanos en tierras del norte.
A los 10 años de edad, Benjamín regresó a su natal Nochistlán para continuar estudiando. Se mudó después a la capital del estado donde culminó su carrera y donde también abriría el primer bar gay de la entidad, hace 25 años.
“Hoy día cualquier niño puede decir que es gay y hasta lo celebran; pero en aquel entonces no era nada fácil. Había redadas, nos metían a la cárcel; había jóvenes que se vestían de mujer en mi negocio, y eran a los primeros que se llevaba la policía.
“Desde aquel entonces encabezamos un movimiento en Zacatecas, que era donde ya no permitíamos que nos llevaran detenidos por reunirnos en casas o por bailar entre nosotros. Eso fue bonito porque empezamos a luchar por los derechos humanos”, relató Medrano, en entrevista.
A la par de sus negocios, Medrano se desempeñaba como funcionario. Fue agente del Ministerio Público, secretario general del Sindicato de Músicos y síndico municipal de la ciudad de Zacatecas, por el PRI.
Trabajó como coordinador de asesores de Amalia García y Ricardo Monreal, ambos gobernadores del PRD, y ahí consolidó su carrera política.
Sobrevino después un rompimiento con Ricardo Monreal cuando no dejó que Medrano tuviera acceso a una diputación federal. El PRI lo invitó nuevamente a sus filas y él aceptó.
En el 2013, Benjamín Medrano compitió en las elecciones para ser el nuevo alcalde de Fresnillo, el municipio más grande de Zacatecas, y se convirtió así en el primer presidente municipal abiertamente gay, de todo el país.
“Yo creo que es más hombre no al que le cuelga lo que trae entre las piernas, no es más hombre el que trae un sombrero; es más hombre aquel que cumple sus compromisos y cumple su palabra”, sentenció Medrano.
Ahora, como diputado federal, Benjamín Medrano ha impulsado iniciativas de todo tipo, pero una de las principales es para eliminar los criterios de discriminación para acceder a apoyos por practicar algún deporte.