Más que oportunas, las declaraciones de Enrique Peña Nieto como presidente electo han sido pertinentes. Rara vez un tema actual queda fuera de su agenda.
El fin de semana fue durante la X Cumbre de Negocios en México donde el priista aprovechó para hablar de su próximo gobierno. Habló desde la necesidad de una reforma enérgetica para permitir la inversión privada y los beneficios de reforma laboral, hasta el combate al crimen.
Al respecto, el próximo presidente atinó a una de las debilidades de Calderón, fuertemente criticada “por su ausencia” en los últimos meses: la estrategia de seguridad.
Peña Nieto anunció que en su administración no habrá estrategia, sino una política. “Esto significará pasar de una estrategia de seguridad a una política del Estado mexicano para la seguridad y para la justicia”, dijo.
Quizá cuando ocupe su lugar en Los Pinos a Peña Nieto no le pase lo que a Calderón, cuya administración nunca pudo presentar un documento oficial de la estrategia actual.
También ayer, Peña se reunió con la mandataria de Costa Rica, Laura Chinchilla, a quien no visitó durante su gira por Latinoamerica. Durante el encuentro tocaron asuntos regionales, de cooperación y económicos, además de que la costarricense aceptó venir a su toma de posesión el 1 de diciembre.
