Política sin edecanes

El Gobierno de la Ciudad de México fue el primero en restringir la participación de asistentes en los eventos que organiza y la bancada de Morena en transformar esta figura en el Congreso local, pero aún no existe un marco normativo que lo regule de manera oficial
Luz Rangel Luz Rangel Publicado el
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La capital del país le lleva ventaja a las otras entidades al ser la primera en dejar de incluir edecanes o promotoras en los eventos del Gobierno de la Ciudad de México, pero aún tiene el pendiente de crear un marco normativo que lo prohiba formalmente.

En agosto de 2018, el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, restringió la participación de edecanes en actos gubernamentales sin que ello significara su despido, más bien fue una reasignación de sus funciones con el fin de combatir los estereotipos de género

“Lanzamos un oficio-circular en donde viene previsto que en ningún evento del Gobierno de la Ciudad van a existir lo que se denomina edecanes o promotoras”, sostuvo el mandatario local.

Hasta entonces eran contratadas para darle la bienvenida a los invitados en eventos y ofrecer agua a los asistentes, acomodar el estrado y los asientos, indicar el tiempo de las intervenciones en una conferencia de prensa y otorgar el micrófono para la sesión de preguntas y respuestas.

En la Primera Legislatura del Congreso local que inició en septiembre pasado, el grupo parlamentario de Morena eliminó el servicio de cafetería y fotocopiado que prestaban durante las sesiones. Para no quitarlas de la nómina, la diputada Ernestina Godoy, ahora procuradora de Justicia, propuso certificarlas como técnicas parlamentarias y analizar la participación de edecanes hombres.

“De entrada, está bien cambiar el nombre porque hay una carga sexista en la palabra edecán, pensamos en mujeres automáticamente. Pero también hay una confusión acerca de lo que es la equidad de género, se piensa que es únicamente introducir a hombres y mujeres, cuando se trata de notar las diferencias que hay para tomar medidas compensatorias.

“Así que al incluir hombres no siempre vamos a desmontar esta idea de las mujeres al servicio, debe hacerse algo más profundo y complejo”, explica la doctora en Ciencias Políticas y Sociales, Raquel Ramírez Salgado, en entrevista con Reporte Índigo.

Sin embargo, aún no existe un marco normativo que se encargue de prohibir formalmente la participación de edecanes en actos de gobierno. Esto explica que el Departamento de Edecanía en el Congreso, encargado de proporcionar el servicio de esta figura en los eventos institucionales convocados por los diputados, no se eliminó del órgano legislativo.

De acuerdo con la información disponible sobre remuneraciones, la encargada de esta área recibe un ingreso de 23 mil 68 pesos brutos. Sus funciones forman parte del Manual de Normas, Políticas y Procedimientos de la Dirección de Eventos, coordinada por la Oficialía Mayor.

“Tiene que haber ya una normatividad que obligue, porque por voluntad propia, los congresistas no quieren perder privilegios. No sé qué tan dispuestos estén a debatirlo pero tendría que ser así, hay mujeres que están sirviéndole agua a los diputados y no puede ser que estos legisladores no lo hagan por sí mismos”, dice Ramírez Salgado

Un tema polémico

Con lencería blanca, tacones y alas de ángel un grupo de edecanes desfiló el pasado 17 de marzo en Agua Dulce, Veracruz, para conmemorar el 81 aniversario de la Expropiación Petrolera.

Su aparición revivió el debate sobre la participación de estas figuras en eventos relacionados con la política o patrocinados por funcionarios públicos.

“Esto nos da pie para dejar claro que la política es un campo dominado por los hombres, a pesar de que las mujeres han conseguido un liderazgo muy importante.

“Ello explica que se tengan este tipo de prácticas en donde las ven como un mero adorno y además lo hacen con dinero público”, señala Raquel Ramírez Salgado, doctora en Ciencias Políticas y Sociales.

Integrantes de la Sección 22 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) fueron los responsables de la contratación, lo que causó polémica en redes sociales al difundirse fotografías del evento.

Roberto Fonseca, secretario de Organización y Estadística de la Sección 22, negó que la presencia de las siete edecanes se haya pagado a través de los recursos que Petróleos Mexicanos (Pemex) otorga a la gente del secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps.

Dijo que el gasto fue cubierto por patrocinadores y que no se trata de un acontecimiento único, sino de una tradición que se realiza desde la década de los setenta.

A través de un comunicado publicado en su cuenta oficial de Twitter, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) reprobó los actos de los sindicalistas, los cuales calificó como sexistas.

“La Conavim conmina a que, siguiendo el ejemplo de gobiernos e instancias públicas, prohiban la participación de edecanes en actos oficiales”, dice el documento.

Ramírez Salgado reconoce la importancia de esta invitación de Conavim, ya que podría dar una idea de la política pública de género que implementará la titular nombrada el 12 de marzo. Sin embargo, insiste en la necesidad de legislar.

“Definitivamente debería ampliarse a todos los estados. La Conavim recientemente exhortó a que se prohíba a nivel nacional la contratación de edecanes para eventos públicos, pero aún no queda algo que esté dentro de la normatividad”
Raquel Ramírez SalgadoDoctora en Ciencias Políticas y Sociales

Pendiente nacional

En el Senado de la República sólo existió un primer día de extrema austeridad en donde los legisladores prescindieron de los servicios de edecanes para servir agua y café.

La investigadora Raquel Ramírez Salgado, doctora en Ciencias Políticas y Sociales, comenta que si existiera una legislación se podría mantener esta medida no sólo para eliminar gastos superfluos, sino también para quitar el estigma de mujeres al servicio.

Para ello, la académica expresa la necesidad de discusión para que el gasto público se oriente a fortalecer a las mujeres, no a cosificarlas, y se cuente con una educación libre de estereotipos de género.

Al anunciar el retiro de edecanes y promotoras en eventos del Gobierno de la Ciudad de México el año pasado, el entonces mandatario capitalino José Ramón Amieva se dijo comprometido a que los funcionarios promuevan el desarrollo profesional de las mujeres por su experiencia y no por su apariencia. Pero el vacío legislativo es el gran pendiente.

En la Primera Legislatura del Congreso local que inició en septiembre, el grupo parlamentario de Morena eliminó el servicio de cafetería y fotocopiado que las edecanes prestaban durante las sesiones y se propuso certificarlas como técnicas parlamentarias
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