Linaje de opacidad
La generación de panistas jaliscienses que alcanzó la esfera más alta de la política nacional, durante las administraciones federales emanadas de su partido, se caracterizó por la barrera de opacidad con la que sus integrantes ocultaron su patrimonio y el nivel de su riqueza.
Luis Herrera
La generación de panistas jaliscienses que alcanzó la esfera más alta de la política nacional, durante las administraciones federales emanadas de su partido, se caracterizó por la barrera de opacidad con la que sus integrantes ocultaron su patrimonio y el nivel de su riqueza.
Actores de la política jalisciense con esa trayectoria federal como el exgobernador Francisco Ramírez Acuña; el expresidente del PAN local, Tarcisio Rodríguez Martínez, y el exalcalde de Guadalajara, Alfonso Petersen Farah, comparten todos ese “talón de Aquiles” por rehuir el escrutinio público sobre sus bienes.
Ayer Reporte Indigo presentó otro caso: el del exgobernador y exsecretario de Estado, Alberto Cárdenas Jiménez, quien comenzó a resguardar con celo los datos de su patrimonio en 2007, tras alzas importantes en sus ingresos.
Opacidad a la que se suma el exsubsecretario de Gobernación, Abraham González Uyeda (“Bienes bajo la alfombra”, 13 de diciembre de 2016).
Francisco Ramírez Acuña fue el gobernador de Jalisco de 2001 a 2006, después de Cárdenas Jiménez, para luego sumarse al gabinete del expresidente Felipe Calderón, donde nunca permitió que la sociedad pudiera conocer el tamaño y la evolución de su patrimonio.
Llegó al gobierno de Calderón como su segundo de a bordo, en la titularidad de la Secretaría de Gobernación que ocupó de diciembre de 2006 a enero de 2008.
Durante el tiempo que Ramírez Acuña despachó en Bucareli, con un sueldo de 205 mil 122 pesos, nunca autorizó que se publicara el registro de sus bienes acumulados, según lo muestra la declaración patrimonial que presentó el 25 de enero de 2007, y otra modificatoria del 29 de mayo de 2007.
Ambas declaraciones ante la Federación consignaron: “el servidor no aceptó hacer públicos sus datos patrimoniales”.
El exilio
En abril de 2012 Ramírez Acuña dejó su curul como diputado federal para ser reintegrado al servicio federal, ahora como embajador de México en España, donde permanecería aun tras la llegada del gobierno de Enrique Peña Nieto.
En España tuvo un salario de 119 mil 670 pesos hasta su salida el 15 de octubre de 2013, y presentó tres declaraciones patrimoniales: una del 18 de junio de 2012, otra del 23 de mayo de 2013, y una conclusiva del cargo el 10 de diciembre de 2013, pero todas niegan el acceso público a los detalles de los bienes en su posesión.
Ramírez Acuña nunca destacó por su transparencia: en el 2005 se negó a entregar una copia de su recibo de nómina como gobernador, para lo cual incluso se pertrechó en tribunales, y lo cual le ameritó una denuncia penal, una multa y una amonestación por el Instituto local de Transparencia.
La marca de Tarcisio
Con el mismo velo resguardó su patrimonio Tarcisio Rodríguez Martínez, quien llegó a ser el secretario particular del expresidente Calderón Hinojosa, con un salario de 203 mil 487 pesos –apenas menor al del mandatario con 208 mil 570 pesos-.
Antes de ingresar al Gobierno federal, Rodríguez Martínez presidió el PAN Jalisco (1990-1996). La primera declaración patrimonial de Rodríguez Martínez ante la Federación fue del 14 de febrero de 2007, como coordinador general de Planeación y Centros de la SCT, y una modificatoria del 29 de mayo de 2008.
Asumió la titularidad de Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe), donde presentó una declaración inicial el 5 de junio de 2008, y tres más el 29 de junio de 2009, 31 de mayo de 2010, y 31 de mayo de 2011.
Salió de Capufe en diciembre de 2011 cuando Calderón lo hizo su secretario particular, cargo que ejerció hasta el final de sexenio; ahí presentó una declaración patrimonial el 30 de mayo de 2012, y otra conclusiva el 29 de enero de 2013.
No obstante, desde el primero y hasta el último de los ocho registros de bienes que presentó el jalisciense en sus cargos federales, jamás consintió que la sociedad pudiera conocer el patrimonio del que se había hecho.
Bienes subvaluados
Alfonso Petersen Farah fue otro jalisciense que llegó al Gobierno federal en el sexenio de Calderón, como secretario técnico del Consejo Nacional de Salud, donde presentó su primera declaración patrimonial el 12 de mayo de 2012.
Había sido secretario de Salud local (2001-2005; y 2009- 2011), y alcalde de Guadalajara (2007-2009). Ya en el Consejo Nacional de Salud, Petersen Farah presentó una segunda declaración el 14 de mayo de 2013, otra el 15 de mayo de 2014, y una que finaliza su cargo el 1 de diciembre de 2014.
Aunque sí validó la publicación de sus datos patrimoniales, al final estos no arrojan una imagen ajustada del valor real de sus bienes.
Desde su primer reporte y al último, el panista dijo poseer una propiedad inmobiliaria de 579 metros cuadrados, cuyo valor registró en 549 mil 954 pesos. En las cuatro declaraciones aparece ese mismo costo.
Sin embargo, cuando contendió nuevamente por la alcaldía en 2015 –que perdió con Enrique Alfaro-, y ante la mayor exigencia social por la transparencia que trajo la iniciativa 3de3, Petersen Farah publicó en esta que su inmueble, en realidad, tenía un valor de 6 millones de pesos.
El ingreso anual que reportó Petersen Farah ante la Federación el 15 de mayo de 2014, es coincidente con el de su declaración 3de3 de 2015, por un millón 992 mil 924 pesos, de los que un millón 927 mil 224 pesos vino de su sueldo, y 65 mil 700 pesos por actividad industrial o comercial.
Sin embargo, según la clave presupuestal del cargo federal que ocupó -KC2-, su sueldo en los años 2013 y 2014 fue de 171 mil 901 pesos, que suma un ingreso total anual por 2 millones 062 mil 816 pesos, poco más de lo publicado.