Policía Federal: rebelión esperada

Las manifestaciones de los policías federales eran cuestión de tiempo. Con el discurso de funcionarios que han cuestionado su actuación y con la futura disolución de esta corporación ante la aparición de la Guardia Nacional, los elementos exigen una indemnización justa u opciones de trabajo en las que no pierdan prestaciones o antigüedad
Eduardo Buendia Eduardo Buendia Publicado el
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El cambio está dicho: el Gobierno federal disolverá a la Policía Federal en 18 meses. Los elementos de esta corporación decidirán su propio futuro. Así lo informó el presidente, Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina de ayer.

La desaparición de esta corporación y la llegada de la Guardia Nacional, es el cisma que hoy tiene a los policías federales manifestándose en las calles y en algunos de sus centros de trabajo.

Entre los cambios y definiciones de los ejes de seguridad con los que la Cuarta Transformación quiere combatir la delincuencia organizada y el incremento de delitos, los policías federales quedaron en el limbo de la discusión.

Además de ello, la Policía Federal ha sido cuestionada por el mismo presidente, quien en noviembre de 2018 la denominó como corrupta.

A eso se suma que recientemente Francisco Garduño, quien dirige el Instituto Nacional de Migración (INM), llamó “fifís” a un grupo de efectivos que se quejaron de las malas condiciones en las que se encontraban en el sur del país mientras esperaban cumplir con los mandatos migratorios que se negociaron con Estados Unidos, de vigilar y detener el flujo de migrantes hacia esa nación a cambio de la no imposición de un arancel impulsado por Donald Trump a productos mexicanos de exportación.

Es por ello que esta rebelión era cuestión de tiempo. Los federales aseguran sentirse desdeñados.

A esta serie de hechos, se añadió que luego de que se difundiera en medios de comunicación que un elemento de la Policía Federal pidió que fuera el expresidente Felipe Calderón –quien fundó esta corporación– el líder sindical del movimiento, Alfonso Durazo, titular de la SSPC, infirió la probabilidad de que el exmandatario pudiera estar interviniendo en las manifestaciones de los efectivos.

No es casualidad que uno de los líderes de la Policía Federal solicitara que Felipe Calderón fuera su representante, dijo Durazo en conferencia de prensa. Lo cual más tarde fue desmentido por el expresidente, quien le exigió pruebas

Entre gritos e incertidumbre Mario Alberto Lorde Martínez, policía federal originario de Oaxaca, asegura que por mandos que están implicados en actos de corrupción, pagan aquellos que solo se dedican a hacer bien su trabajo.

“Realmente la Policía Federal en su estructura sí ha tenido corrupción porque han llegado mandos a los que les dieron un cargo, como comisionados o como jefes; y nosotros, la escala básica, que estamos desplegados, que difícilmente pisamos el centro de mando, estamos siendo acusados de algo que no es verdad.

“Si usted hace una visita económica a nuestras casas verá que no vivimos con los lujos con los que viven ellos. Y toda esa gente que ha pasado por la Policía Federal nos ha dejado mal a nosotros”, asegura el elemento de 31 años, quien hace días patrullaba en Guanajuato.

Ayer, en el Centro de Mando, ubicado al oriente de la Ciudad de México, Mario Alberto era parte del grupo de cientos de policías federales que estuvieron atentos a las mesas de negociación que se llevaron a cabo entre representantes de los efectivos y funcionarios de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), encabezados por el subsecretario Ricardo Mejía.

Con la incertidumbre de a qué se van a dedicar más adelante, los policías gritaban a las afueras del edificio en el que se estaba negociando que se les explicara cuanto antes qué sería de ellos. Alrededor de las cinco de la tarde, los líderes de los policías que los representaron en la negociación salieron a darles más información y a reiterar un hecho que ya sabían.

Megáfono en mano, uno de los líderes de la institución confirmó que la Policía Federal desaparecería en 18 meses y les enlistó las opciones entre las que podrían elegir para seguir siendo servidores públicos

En un inicio, dijo que aquellos que se quisieran adscribir a la Guardia Nacional y que cumplieran con los requisitos, podrían hacerlo. De no querer formar parte de la naciente corporación, los policías podrían unirse a otras dependencias para la realización de labores de seguridad o administrativas.

Trabajar en aduanas, añadirse al INM, a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), a Protección Federal, al Sistema Penitenciario, a la Dirección General de Seguridad Pública, entre otras dependencias, fue el abanico de posibilidades.

También se dio la opción de cambiar de oficina administrativa durante los meses que le quedan a la Policía Federal; es decir, que si alguno de ellos prefiere laborar en una oficina más cercana a su entidad de origen, también puede hacerlo.

Para los que opten no tomar ninguna de las propuestas, con base en un tabulador serán liquidados este mismo fin de semana, de acuerdo con la información que difundió el líder.

Parte de la multitud no quedó conforme con el anuncio de su compañero; las voces empezaron a exigir la salida del subsecretario Ricardo Mejía para que diera la cara por parte del Gobierno federal y él mismo les expusiera su futuro.

Después de minutos de exigencia, y la no aparición del subsecretario, la discusión se rompió y algunos policías entraron al edificio de negociación donde estaba Mejía.

La insistencia surtió efecto. El subsecretario salió y ante los efectivos replicó el mensaje del líder policiaco y escuchó algunas inquietudes.

Aunque Mario Alberto levantó la mano en varias ocasiones para preguntarle a Mejía qué pasaría con su plaza y su antigüedad si se añadiera a otra dependencia, fue ignorado. El temor de él se multiplica, los federales hablaban entre el discurso del subsecretario y aseguraban que el propósito del Gobierno federal es dividirlos para después darles plazas temporales por menos de un año.

“En cuanto a los otras opciones de ir a Migración o a otra institución no pienso tomarlas, porque nos van a contratar solo por seis meses, nos quieren dividir para despedirnos y no darnos la indemnización correcta”, agrega el policía.

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